Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Espectáculos
  • Contraportada
ENTREVISTA. Carol Bown, subsecretaria de la Niñez:

"Me he disculpado con los magistrados"

Después de mencionar una polémica frase en el caso Ámbar, la autoridad explica que se puso en el lugar de las madres, se refiere a su relación con la defensora de la Niñez, al proyecto para reemplazar al Sename que se entrampó en el Congreso, al Día del Niño y a cómo los menores de edad están sufriendo los efectos de la pandemia y del confinamiento.
E-mail Compartir

"Me puse en el lugar de las mamás". De ese modo la subsecretaria de Niñez (parte del Ministerio de Desarrollo Social y Familia), Carol Bown, explica la impasse que tuvo con Patricia Muñoz, defensora de la Niñez, en un choque público entre los dos organismos nacidos hace poco más de dos años y que son parte de la institucionalidad que busca promover y garantizar los derechos de los menores en el país. Bown dijo que "tenemos que ver cuál es la mejor opción de sancionar a un juez o jueza que, por sus ideologías, se transforma en un peligro para la sociedad", lo que generó una fuerte reacción de Muñoz.

Intentando cerrar el mediático tema, Bown explica que "soy mamá de tres niños chicos… una ve el caso de Ámbar y piensa que si a un hijo propio le pasara esto y el asesino puede que salga... o sea, imagínese la frustración que tiene esto. En el fondo, yo reaccioné en esta forma frente a ese sentimiento de desolación que produce el pensar que podría salir libre un abusador sexual o un sicópata o un asesino. Señalé que había que ver la forma de solucionar esto con el Poder Judicial. Sin embargo, me he disculpado con los magistrados porque entiendo que el Ejecutivo no debe inmiscuirse en los fallos del Poder Judicial y espero que podamos seguir trabajando todos juntos, con el Poder Legislativo también, para poder establecer un mejor sistema de protección para los niños".

-¿Cómo son las relaciones con la Defensoría de la Niñez?

-Hemos tenido diferencias. Sin embargo, a mí me parece que el rol de la Defensoría es muy importante, es parte de la institucionalidad de la niñez y en general me gustaría que a veces se planteara de una forma más colaborativa que crítica, porque nos atribuye todos los problemas que tienen los niños y la verdad es que en dos años de existencia no podemos hacernos cargo y solucionar todos los problemas de la niñez olvidados por más de 30 o 40 años. Así que estamos trabajando y haciendo todos los esfuerzos por mejorar eso, pero no podemos solucionarlo todo de un día para otro, porque muchos de ellos obedecen a cambios estructurales y culturales relevantes. Por lo tanto, yo creo que vamos a seguir trabajando en forma colaborativa y valoro mucho el trabajo que ellos hacen y esperamos que así sea por parte de ellos hacia nosotros.

Día del niño y sename

-Se acerca el Día del Niño… ¿cuál es su visión sobre el estado de la niñez en Chile?

-Para los niños ha sido complejo tener que adaptarse en pandemia a infinitas cosas, desde no ir al colegio, no ver a sus seres queridos, no salir al aire libre. Por otra parte, han tenido que adaptar los horarios y los adultos les hemos tomado sus espacios. Y ellos también sufren los miedos de los adultos. O sea, cuando el papá se queda sin trabajo y está recibiendo menos o no puede salir a trabajar, a los niños les pasa que ellos perciben todo. Saben que el papá lo está pasando mal, saben que está durmiendo mal y a ellos también les pasa. Por otro lado, ha aumentado un montón, y es entendible, la exposición a pantallas y también el sedentarismo. Hemos preguntado informalmente y los niños han engordado y ya teníamos un problema grande de obesidad. Y por último los miedos, porque ahora que comienza a abrirse hay niños que han manifestado que no quieren salir, que tienen miedo.

-¿Cómo ha afectado el confinamiento a la salud mental de los niños?

-Si bien en general los niños se adaptan súper bien a las situaciones nuevas y a los cambios, hay algunos que se ven muy afectados. Algunos dejan de dormir, otros empiezan a comer en exceso o dejan de comer, otros sufren crisis de pánico. Hemos definido ciertos indicios que pueden tener los padres y estamos haciendo campaña de radio en ese sentido también. Tenemos información en nuestra página Chilecrececontigo. Hay ciertas cosas que uno cuando las ve en un niño debiera pedir ayuda.

-¿Cuál es la exigencia que han puesto para el retorno a clases presenciales?

-Se debe considerar todo tipo de factores, vale decir, educacionales, formativos, económicos, la salud mental de los niños, también de sus familias, y de los docentes, porque la educación formal, la académica, es súper importante, pero también para su desarrollo socioemocional, cívico, deportivo, cultural entre otros. Por ejemplo, hay ciertos niveles, en kínder o prekínder, en que los niños aprenden a relacionarse con los adultos y con otros niños. Si un niño tiene una dificultad en ese sentido, y es tímido o le cuesta relacionarse, al año siguiente le va a costar más. Y todas las brechas se profundizan.

-Lo sanitario también debiera importar para el eventual retorno.

-Eso es importante, hay que asegurarlo y también considerar que hay adultos involucrados. Hay que considerar otro punto adicional, para que los papás puedan volver a trabajar, o sea, para que el país se reactive, también tienen que volver las clases. La gente que tiene con quién dejar a los niños no es precisamente la mayoría. Por eso nuestro trabajo va en dos líneas: establecer las condiciones sanitarias, de infraestructura y equipamiento para el regreso a clases seguro, pero también para que las familias y las personas que trabajan en los establecimientos educacionales estén seguros. Por eso se están evaluando mecanismos flexibles en términos de turnos y horarios y también acciones que nos permitan evaluar el estado educativo y de salud mental para que la vuelta a clases no termine perjudicando a quienes han quedado atrasados.

-Los niños de esta generación quedarán marcados por la experiencia del confinamiento. ¿Cuánto van a cambiar?

-Algo un poco en broma y algo en serio. Lo que está claro es que van a ser niños que se van a lavar más las manos. Van a tener ese cuidado, entendieron que hay que cuidarse. Probablemente van a usar mucho tiempo mascarillas. Pero tenemos el deber como sociedad de tratar de que no se produzca ninguna brecha. Para eso en el año 2021 y 2022 no puede ser años iguales al 2019. Vamos a tener que cambiar la educación en ese sentido para equiparar a los distintos alumnos en todas las materias, en lo académico, en lo social, culturales, deportivas. Va a tener que haber una adecuación desde el ministerio de Educación. Y por otra parte, va a haber cosas buenas, vamos a tener niños que valoran un montón el estar en su familia.

-La ley que reemplaza al Sename volvió a trabarse en el Congreso.

-Este fue un proyecto que se tramitó en total transversalidad, en el sentido de que se trabajó en forma conjunta en ambas cámaras buscando acuerdos por el bien de los niños. Sin embargo, en la Comisión Mixta, a donde llegó porque los diputados querían revisar los cambios que se habían hecho en el Senado, a último minuto introdujeron un artículo que amarra este proyecto de ley y no permite que entre en vigencia mientras no se apruebe, promulgue y apruebe la Ley de Garantías y Derechos de la Niñez. Tenemos una discordancia ahí que es muy grave porque en el fondo no podemos avanzar en cosas que para las futuras Ámbar sí pueden evitar una cosa terrible como lo que le pasó a ella. Porque una de las cosas fundamentales que tiene este nuevo servicio es que no solo se preocupa del niño, sino de éste y su familia. Lamentamos un montón, porque sentimos que se está usando a los niños para no darle un punto político al gobierno o para sacar esta ley que es importante, pero que ha sido mucho más controvertida. El nuevo servicio tiene mayores recursos, mayor fiscalización, supervisión. Mejores programas ambulatorios. Por lo tanto, seguir esperando es poner en riesgo a más niños.

-¿Cuál es el punto de mayor discordia?

-Varios, pero el más importante es el que tiene que ver con cuál es el límite de la autonomía de los niños versus el derecho preferente de los padres para educar a sus hijos. Como Ejecutivo no vemos una controversia en este sentido. No creemos que la autonomía progresiva se oponga al derecho preferente de los padres. Nosotros creemos que el enfoque familiar tiene que ser como el paradigma de cualquier intervención, que tiene que ver con el reconocimiento de que el niño no es solo, que es con su familia. Y no es un gallito entre quitarle poder a los niños para dárselo a los padres o al revés, sino que se trata de considerar al niño con su familia en un ambiente de amor y cuidado que el Estado nunca le va a poder dar.

"Soy mamá de tres niños chicos… una ve el caso de Ámbar y piensa que si a un hijo propio le pasara esto y el asesino puede que salga... o sea, imagínese la frustración".

"Para los niños ha sido compleja la pandemia, desde no ir al colegio, no ver a sus seres queridos, no salir al aire libre. Por otra parte, los adultos les hemos tomado sus espacios".