Víspera de aluvión
Enviada por: Irma Naranjo Garrido.
Era la tarde del 24 de marzo 2015, había salido a contemplar un amenazador atardecer, que daba la impresión, se pondría a llover, lo cual me pareció sumamente extraño, por los días tan calurosos que estábamos soportando.
De repente se detiene un vehículo, me doy cuenta que es la pareja de mi nieta, me llama desde su camioneta y me cuenta:
- Señora Irma, se comenta que viene agua por el cauce del río.
- ¿Le gustaría ir a mirar?
- Yo le respondo que con los calores que han hecho, no creo que venga agua.
- ¿Vamos a ver? Insiste.
Bueno, fuimos y entramos por avenida Luis Flores, cruzamos Copayapu y nos adentramos hasta la ribera del río, donde hay una pasarela, que da acceso a la población "El Palomar"
Al contemplar, el deplorable paisaje, siento pena, por la poca cultura y falta de respeto que tenemos, como ciudadanos. Ese lugar estaba cubierto por escombros, basuras y…el hilito de agua, que corría por ese cauce.
Le comento a Esteban, que cuando llegamos a Copiapó con mis padres, el año 1951, el río fue lo más maravilloso que conocimos, ya que nuestro pueblo de origen, estaba situado en el desierto de Atacama, donde el agua era un tesoro, ya que había que guardarlas en tambores, cuando era repartida.
Mi madre, como novedad nos llevó a conocer el río, nosotros éramos varios hermanos, nos sentimos maravillados al verlo, el olor a yerba buena, canutillo, brea, nos sentimos felices, bañándonos en el río… ¡que no era un hilito! Sino que traía bastante agua.
Hoy pienso en esos lindos recuerdos sin pensar en el mañana.