Cesantes revelan sus dificultades para sobreponerse a la pandemia
TESTIMONIOS. Desde profesionales que se han reinventado con trabajos informales, hasta quienes además de la inestabilidad financiera no tienen asegurados los servicios básicos, contaron cómo sobreviven al día a día. Director del Observatorio Laboral indicó que hay más de 100 mil personas inactivas en Atacama.
Van más de cuatro meses desde que el COVID-19 llegó a la región, modificando el estilo de vida de las personas y siendo sinónimo de desempleo para más de 100 mil personas según informó el director del Observatorio Laboral en Atacama, Raúl Díaz. Situación que en algunas realidades va de la mano con la dificultad para acceder a servicios básicos, en otras ha estancado el sueño de una casa propia, forzando a que la comunidad se reinvente.
Por ese motivo El Diario de Atacama conversó con distintos atacameños desempleadas, quienes compartieron las tareas que hacen en su día a día para sobrevivir sin un trabajo estable a la peor pandemia del último siglo. Además el Observatorio Laboral de Atacama entrega datos concluyentes: más de 100 mil personas están inactivas y más de 15 mil sin empleo, lo que casi iguala la tasa de ocupación regional que es del 51,6%, lo que equivale a 125.676 personas.
Historias
Sobrevivir sin empleo es complicado y más cuando el domicilio está en un campamento, esa es la realidad de Daniela Saavedra, una joven de 23 años, tiene un hijo de 7 años y ella al igual que su pareja actualmente están desempleados. Viven en el campamento Buena Vista, en la parte alta de Copiapó subiendo por calle Ramón Carnicer, ahí el acceso a servicios básicos no es constante pero se las arreglan para soportar el día a día.
Respecto a cómo generan ingresos para sus gastos diarios, Daniela explicó que "en cuanto a servicios básicos, para tener agua voy donde mi mamá, ella trabaja vendiendo plantas, me ayuda cuidando a mi hijo para que a él no le falte comida. Cuando puede me pasa agua para comprar uno o dos bidones de agua (...) entre varios vecinos hicimos una cuota para comprar cables y una especie de postes. Hay una persona que está dando luz".
Y en cuanto a las oportunidades de empleo para conseguir una estabilidad, la joven señala que "Mi pareja trabajaba en construcción de forma particular con su papá, se les terminó un trabajo que hacían y no han salido más trabajos de ese tipo. Yo estaba de reponedora, bodeguera, ese tipo de empleos pero son esporádicos y ahora ya definitivamente no salen trabajos".
Una situación similar a la de Daniela afronta "Nayeli", ciudadana boliviana que también vive en el campamento Buena Vista. Nayeli comenta que actualmente "estoy sola, con la pandemia es muy difícil encontrar trabajo porque en las empresas han reducido personal, el restorán donde trabajaba no fue la excepción y quedé sin empleo".
"En el campamento Buena Vista al principio no teníamos luz, se nos hace difícil conseguir agua porque para comprar casi nadie quería venir a dejarnos agua", sostuvo Nayeli en cuanto a los servicios básicos.
La extranjera agregó que genera ingresos con uno que otro trabajo esporádico. "A veces me llaman por algún empleo de uno o dos días como jornal, eso no es seguido. Lo que se gana en el día hay que aprender a distribuirlo entre alimentos, comprar agua (...) tenemos plantas pero ahora se están muriendo porque no nos alcanza el agua para abastecernos a nosotros y cuidar plantas. Aquí somos varios sin trabajo encerrados en casa y sobreviviendo a la cuarentena. Desde que inicié aquí he estado con velas, en la noches paso con velas, para cargar el teléfono iba donde una vecina".
Trabajos informales
Por otra parte, hay personas que poseen un título profesional que antes de la pandemia les facilitaba obtener un empleo, pero que ahora pierde relevancia, forzándolos a optar por trabajos informales para subsistir. Este es el caso de Rudy Álvarez, ingeniero en Metalurgia y operador de planta que lleva meses sobreviviendo