Con su aparición a principio del siglo veinte y su posterior expansión planetaria, el plástico se ha convertido en parte indispensable de la vida diaria de las personas, en particular por su bajo costo y alta durabilidad. Sin embargo, esta proliferación indiscriminada se ha convertido asimismo en un problema cada vez más grave para el medio ambiente y la salud de las personas.
Este daño ambiental es particularmente pronunciado en el medio marino. En tal sentido, las denominadas "islas de plástico" que han aparecido en los océanos, en particular la gigantesca mancha de plástico del Pacifico Norte, son una muestra del negativo impacto de estos productos en la flora y fauna marina.
Ante este preocupante escenario, varios gobiernos han comenzado a tomar medidas que desincentivan el uso del plástico. Sin embargo, pocos han tomado medidas tan drásticas como en nuestro país: un ejemplo lo constituye la aprobación en 2018 de la Ley N°21.100 que prohibió la entrega de bolsas plásticas en el comercio, relevante hito legislativo del Gobierno del Presidente Piñera en materia medio ambiental.
La aplicación de esta ley ha sido gradual: en una primera etapa de implementación a partir de agosto de 2018, se estableció un plazo de adaptación de 6 meses, durante el cual se permitió la entrega de dos bolsas plásticas por cada compra de los consumidores en el gran comercio. Luego, en febrero de 2019 los establecimientos del gran comercio, supermercados y retail de todo el país dejaron de entregar bolsas plásticas para el transporte de mercaderías.
Por su parte, las microempresas y "pymes" tienen un plazo de adaptación de dos años a partir de su publicación, periodo durante el cual podrán entregar un máximo de dos bolsas de comercio por cada compra. Este plazo expira el 3 de agosto del 2020, en que regirá la prohibición total de entrega de bolsas plásticas.
Complementando la ley anterior, avanza en el Senado el proyecto de ley del gobierno que regula los productos de un solo uso que se entregan en los restaurantes, casinos, clubes sociales, cocinerías, fuentes de soda, cafeterías, bares, u otros locales similares que comercialicen comida preparada.
Estas medidas legislativas forman parte de una estrategia mayor que abarca a las empresas (mediante la aplicación de la Ley REP), y a los hábitos de vida de las personas (mediante las campañas #chaobombillas, #chaocolillas, entre otras), con el fin de avanzar hacia una sociedad consciente y responsable con nuestro medio ambiente.
Guillermo Ready Salamé
Seremi del Medio Ambiente