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La llamativa violencia que se ve en las redes sociales

En tiempos complejos para el país, Twitter se ha transformado en algunos casos en un ring de peleas entre personas que piensan distintos, sin primera el respeto. Pero no es culpa de la red social, no hay dudas de aquello, sino de usuarios que la usan para criticar, herir y dañar, no siempre con fundamentos, sin importar el color político.
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Durante mediados de la década de 1990, la cadena norteamericana de música y entretención, emitió un programa llamado "Celebrity Deathmatch", en donde muñecos de plastilina representaban a famosos a nivel mundial que se batían en una violenta pelea en un ring, con los irónicos comentarios de dos animadores que llamaban mucho la atención. En 2007 se emitió el último capítulo de este programa, aunque muchas veces esto se puede ver replicado en las redes sociales, especialmente en Twitter. Es que esta red social ha generado una inmediatez en temas noticiosos, pero al mismo tiempo, más aún con los complejos momentos que vive el país tras el estallido social de octubre y la pandemia que actualmente estamos viviendo, se ha transformado en un verdadero ring al estilo del programa de MTV, en donde la violencia y la falta de argumentos, muchas veces juega en contra del vivir en comunidad.

Mucho se habla en la actualidad de estar unidos para vencer la pandemia, pero Twitter se ha transformado en un cultivo de dime y diretes en algunos casos, muchas veces de forma muy violenta.

Pero no es culpa de la red social, no hay dudas de aquello, sino de usuarios que la usan para criticar, herir y dañar, no siempre con fundamentos, sin importar el color político. Además, se ha transformado en una muestra de intolerancia y cierta polarización en el país, en momentos en que lo que más se necesita es unidad.

No todos tenemos la obligación de pensar de igual forma, pero sí de respetar al que tienen una mirada diferente. Todas las opiniones son válidas si se utilizan con argumentos y puntos de vistas en donde prime el respeto y el bien común.

La redes sociales tiene que ser herramientas que permitan la unión de los chilenos, en donde el debate sea con altura de miras y no para denostar l que piense distinto, sea un ciudadano a pie o una figura pública.púiblica.

Letra chica para la discapacidad

La Dirección del Trabajo evidenció un total de 25.607 contratos laborales registrados desde la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión, de los cuales 5.509 personas ya han sido despedidas. La desprotección de los trabajadores con discapacidad se hace evidente Andrea Zondek, presidenta de Fundación Tacal
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Tanto hemos hablado de los avances legislativos para lograr la inclusión laboral de las personas con discapacidad, que la damos por hecho. Sin embargo, en esta pandemia ha quedado en evidencia que no es así. Las personas que están contratadas, pero que están pensionadas, no cotizan en la AFC, por tanto quedan excluidas de la cobertura de la Ley de Protección al Empleo. No tienen derecho a la suspensión de su lazo laboral ni a pactar la disminución en el 50% de su sueldo con la empresa ¿Qué cabe entonces? ¡La desvinculación!

La Dirección del Trabajo evidenció un total de 25.607 contratos laborales registrados desde la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión, de los cuales 5.509 personas ya han sido despedidas. La desprotección de los trabajadores con discapacidad se hace evidente.

Cuando el Estado dice que se ocupa de las personas con discapacidad en momento de crisis, se olvida que tiene personas que son más vulnerables que el resto de los ciudadanos de este país; la discapacidad sumada a la pobreza es altamente excluyente y, no es suficiente tener leyes de inclusión si vivimos esta exclusión tan horrorosa. Por esto, no debemos olvidar que en Atacama las personas con discapacidad en situación de pobreza (entre el I y V quintil), superan el 47% y son el vivo ejemplo de esa indefensión.

Con cifras en mano, está claro que la caída de 21% en la masa de trabajadores que fueron desvinculados en el marco de la Ley 21.015 de inclusión laboral a nivel nacional, se convertirán en los más pobres de los pobres.

Me encantaría ver con hechos concretos que el gobierno y el Estado se ocupen del bienestar de las personas con discapacidad y que el 1% de inclusión laboral exigido por la norma, no esté en jaque. No solo hay que ser proactivos y mirar la "letra chica" de las normas pensando en la mayoría, lo importante es generar políticas públicas en todo momento inclusivas, donde de verdad importe la calidad de vida de cada una de las personas con discapacidad. Políticas que den cuenta que nuestras autoridades parlamentarias y gubernamentales consideran a todos, evitando -como acaba de ocurrir- que las personas con discapacidad queden sin empleo y a la deriva por leyes que los olvidaron, en plena pandemia.

Ni "mandarinas" ni "sumisas"

. Fue en abril de 2019, cuando el papa Francisco reconoció la existencia del machismo en la iglesia católica, asegurando que "el machismo ha contribuido al autoritarismo masculino, la dominación y otras formas de esclavitud" Claudia Peñailillo Cronoro, Periodista, Licenciada en Comunicación Social
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La frase en el pizarrón señala: "María es la mujer de José", la tendencia no es a la inversa: "José es el hombre de María". La construcción machista viene anquilosada desde tiempos inmemoriales. Desde la antigua Grecia, al desarrollo de las distintas religiones. En la Islámica, por ejemplo, un hombre puede casarse con varias mujeres, pero no así ellas. En el budismo, las mujeres monjes son tratadas como inferiores, respecto a los hombres. En la religión hinduista, se compra a una mujer para casarse y con un precio debajo del valor que se adquiere una vaca.

Así ocurre también con la religión católica. Fue en abril de 2019, cuando el papa Francisco reconoció la existencia del machismo en la iglesia católica, asegurando que "el machismo ha contribuido al autoritarismo masculino, la dominación y otras formas de esclavitud" y admitió que las quejas sobre este tema tienen grandes dosis de legitimidad.

El sometimiento no sólo es atribuible hacia una mujer. En la Real Academia Española (RAE) se define el machismo como "un tipo de violencia que discrimina a la mujer y a los hombres homosexuales". Por eso es necesario dejar de ver la superioridad de nuestra cultura en la imagen masculina. Debemos avanzar para que la mujer no sea considerada como "sumisa", o al homosexual como "mandarina" o "maricón" por sus actitudes femeninas.

Cuando la sumisión o el descrédito supera toda irracionalidad, se genera un quiebre que conlleva a la violencia física y psicológica con tintes de odio, celos e, incluso, asesinato.

La defensora ecuatoriana de los territorios indígenas y derechos humanos, Nina Gualinga, hizo pública su experiencia sobre la violencia que vivió por años de su pareja y dijo en junio de 2020: "dejemos de preguntarles a las mujeres ¿por qué?, sino que cuestionemos más al que perpetúa la violencia".

Los cuestionamientos suceden en casos de femicidio donde se deslegitima la violencia porque se señala que ella "tomó alcohol o viajaba sola". Las publicidades sexistas, con mujeres vestidas con prendas pequeñas para incentivar las ventas, son otra forma de machismo. Debemos contribuir a un trato justo e igualitario, desde la casa, las escuelas, la sociedad y la política, en su conjunto. Por eso no más, "ni mandarinas ni sumisas", sino personas respetadas y únicas.