Año Nuevo Indígena
En esta nueva conmemoración del año nuevo indígena -wiñol tripantu para el pueblo mapuche, machaq mara para el pueblo aymara-, la invitación es incorporarse a esta celebración de una manera activa, participando en actividades y sobre todo, apreciar la relevancia del conocimiento y espiritualidad de los distintos pueblos indígenas que habitan este territorio ahora llamado Chile, valorando su riqueza y reconociendo su gran influencia sobre nuestras propias formas de conocimiento occidental.
Debemos avanzar hacia una nueva forma de conocer y comprender la realidad, con base en un diálogo a nivel epistemológico, que permita una apertura respetuosa respecto de las formas de construcción y validación del conocimiento, así como su utilidad, pertinencia e importancia para nuestras relaciones como sociedad y formas de entender e interpretar la realidad.
¿Cuánto de nuestra formación universitaria incorpora dichos conocimientos? ¿Conocemos y difundimos los instrumentos y normativas nacionales e internacionales sobre pueblos indígenas (Convenio 169 OIT 1989, Ley Indígena 1993, Declaración UNU 2007 y OEA 2016)? ¿Desde dónde nos habla la academia? ¿Incorpora nuestra formación otras formas de conocimiento subalternizado, ya sea indígena, campesino, barrial, de la disidencia sexual?
Una formación integral, que apunta hacia una ciudadanía cultural, radica en contar con una mirada amplia y diversa, que valida distintas fuentes de conocimientos, que incorpora variables históricas, materiales y subjetivas; comprendiendo y abordando la diferencia cultural y las relaciones de poder: el poder de conocer y el poder de actuar en consecuencia.
Luis Aravena, académico Escuela de Psicología Universidad de Las Américas
La nueva generación de familias COVID
Las familias chilenas, como las del mundo entero, hemos debido cambiar nuestras rutinas, focos, preocupaciones y prácticas producto de la pandemia. Sin duda cambios que han tenido de dulce y de agraz, dependiendo del grupo sociodemográfico de cada una, con efectos negativos y positivos, mayores o menores. Por una parte, el confinamiento en espacios reducidos evidentemente es más estresante y duro de sobrellevar en zonas vulnerables, a diferencia de aquellos casos en que las familias disponen de mayor lugar en casa. En tanto, quienes han logrado sostener su fuente laboral o ingreso mínimo, han mantenido niveles de estrés y angustia en grados tolerables y menos tóxicos.
Lamentablemente, la inmensa mayoría de las familias de nuestro país no ha tenido la misma suerte, y hoy se encuentran sometidas a una gran presión personal, familiar y laboral, lo que en algunos casos puede llevar al maltrato físico y psicológico al interior de los hogares.
No obstante, hay algo loable que ha ocurrido en algunas y es que, como padres, madres y familias, hemos debido acercarnos más a nuestro rol de primeros educadores. Por primera vez sentimos que la educación de nuestros hijos/as ya no depende de los jardines infantiles, los colegios, ni los centros de educación superior. Hoy abrazamos el reto de educar en casa, no solo como tutores de nuestros hijos sino al educarlos y formarlos; un desafío que, en ciertos casos, ha sido acompañado desde los centros educativos permitiéndonos adoptar técnicas favorables, además de contar con más tiempo y espacio para enseñar valores y compartir experiencias significativas.
Bajo este contexto, cabe preguntarnos ¿cómo vamos a seguir? ¿De qué manera debemos integrar en las políticas públicas y en las prácticas y proyectos pedagógicos futuros este elemento? ¿Cómo perpetuar este rol clave de las familias y padres en la educación, y a la vez poner en perspectiva el rol acompañador y apoyador de los centros educativos en esta tarea?
Con todas las dificultades que nos han traído estos meses de pandemia, hemos logrado reafirmar nuestro modelo como comunidad educativa, destacando el rol clave de las familias como primeros educadores. Sin duda, están volviendo al origen, su esencia, y seguiremos trabajando para que la nueva generación de familias COVID mantengan esta práctica y su valioso papel en el tiempo.
José Manuel Jaramillo Vergara, gerente general Fundación Educacional Choshuenco
Kinder obligatorio
Después de casi dos años de tramitación, y con la importancia que tiene, aún existen parlamentarios que insisten en oponerse a materializar la ley de obligatoriedad del kínder. ¿Por qué se preguntarán? Porque en el fondo los intereses de los niños son menos importantes que los intereses políticos.
Verónica Santana, profesora