Este año, la celebración del día del padre es diferente. Muchos no podrán disfrutar junto a sus hijos e hijas por la distancia social que hay que aplicar para evitar los contagios de Covid-19. El caso de Daniel no es muy diferente. Hoy está lejos de sus hijos, pero por trabajo exclusivamente, debido al sistema de turnos que debe cumplir en otra ciudad. "La verdad es que no podría separarme de ellos. Son el mejor regalo que me ha dado la vida" asegura el orgulloso padre.

Daniel, junto a su esposa Patricia, intentaron incansablemente agrandar la familia, no obstante el destino les tenía preparado otro plan. "Se nos vino en mundo abajo cuando el médico nos confirmó que no podríamos ser padres biológicos, nos preguntamos mil veces porqué nos pasó a nosotros. Fue una etapa muy dolorosa, tuvimos que vivir un duelo", manifestó. Sin embargo, eso no les impidió seguir adelante para cumplir su propósito. Tenían muchas ganas de ser papá y mamá, tenían mucho amor para dar.

Fue entonces cuando acudieron a la Unidad de Adopción, del Servicio Nacional de Menores (Sename) Atacama, para obtener información del proceso adoptivo y si podrían acceder a él. "Ahí comenzó a materializarse nuestro sueño. Asistimos a las charlas informativas, en donde nos explicaron a lo que nos estábamos enfrentando; participamos de talleres; nos sometimos a exámenes psicosociales; y tuvimos entrevistas con profesionales del área. Pasó poco tiempo y nos llamaron para confirmarnos que éramos una pareja idónea para adoptar. Estábamos tan felices", manifestó emocionado, tras agregar que lo que siguió sólo fue una cadena de alegrías que culminó con la llegada de su hijo Vicente a sus vidas, con sólo 3 meses de edad, en el año 2011.

Vicente, hoy con 9 años, conoce su realidad gracias al proceso de revelación que iniciaron Daniel y Patricia, acompañados por el equipo profesional de la Unidad de Adopción. Afortunadamente la recepción del niño fue muy positiva y enfrenta muy bien el día a día con la verdad de su origen. "Él es un tipazo, es un niño muy inteligente, comprensivo, analítico. Se desenvuelve muy bien con el tema, para él es normal, no es un tabú, además se siente feliz porque tiene dos cumpleaños", comenta riendo.

Tras esta hermosa experiencia, como familia decidieron embarcarse nuevamente en el proceso adoptivo, gracias al cual tuvieron la posibilidad de convertirse en padres otra vez. En esta oportunidad llegó Jacinta, de un año y medio, quien nació el mismo mes que su hermano y llegó a su nuevo hogar también a los tres meses de edad. "Para nosotros esto no es coincidencia, son lindas señales que además me confirma lo afortunado que soy y refuerza el agradecimiento que tengo con la vida y con Sename, que es el organismo que me permitió ser padre dos veces", señaló Daniel, quien reiteró que tiene la mejor familia del mundo.

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