Especial es la atención que se debe tomar al contagio de una mujer en la cárcel de Copiapó, dado los distintos alcances que pueda tener al interior del recinto penitenciario como afuera de éste.A través de un video un grupo de internos pidió explicaciones recalcando el alto hacinamiento, el que puede ser un alto foco de casos positivos, lo que debe ser aclarado por Gendarmería y las autoridades sanitarias. No es adecuado relativizar estos contagios por su condición de reos, bajo la tesis de que la cárcel no es un "hotel" como se estila en las redes sociales donde se llama a no brindar los cuidados pertinentes. Un contagio en centro penitenciario no solo es un peligro para internos, sino que para funcionarios como gendarmes, como también para la población en general.

No hay solamente un tema sanitario, sino que sicológico con la consecuente alza en la tensión en los internos, lo que requiere ser canalizado por distintas vías para evitar situaciones lamentables propias de un encierro.

Por otra parte, los reos tienen familiares que van a mostrar una consecuente preocupación y, como ha pasado en otras ocasiones, pueden llegar a movilizarse, por lo que Gendarmería y autoridades deben ser capaces de dar respuestas a los requerimientos.

Es necesario que evitemos las lecturas de contagios de "primera" o "segunda categoría", dado que se trata de una emergencia que no discrimina y realizar esta acción es perjudicial para la salud en general de la población y para la lucha de la sociedad contra el covid-19.

Por otra parte, quedan demasiadas dudas acerca del contagio de la interna. Hace cerca de tres semanas que los reos no reciben visitas y hasta ayer no se había informado que algún funcionario de Gendarmería u otro que trabajara en la cárcel copiapina tuviera coronavirus, lo que pone la alerta de los protocolos establecidos en estos establecimientos. ¿Qué fue lo que pasó?

Ya las cárceles fueron cuestionadas por un informe de la Fiscalía Judicial de la Corte Suprema, advirtiendo condiciones no adecuadas para frenar la pandemia en estos espacios.

Por lo tanto, debemos hacernos cargo de lo que está sucediendo en los penales, evitando sesgos que solo nos conducirán a tener diagnósticos errados lo que puede agravar las situaciones tanto al interior como en el exterior de los recintos.

Fue tan grande la desesperación de Ingrid al saber que su padre se había contagiado con el horripilante coronavirus, que necesitó con urgencia una terapia sicológica. El profesional que comenzó a tratarla le explicó que la depresión o "melancolía "como la denominó Areteo de Capadocia, médico griego de la época imperial romana "es un estado de la mente y del cuerpo. De la mente, porque es una condición psicológica que cambia de acuerdo como se piensa o siente y del cuerpo, porque afecta la conducta social y el sentido de bienestar físico". Queridos amigos lectores, estamos todos transitando difíciles instantes y una profunda prueba de valentía, fe, resiliencia y capacidad de autocontrol frente algo desconocido, violento, arrasador y asesino de múltiples vidas humanas. Es parte del camino encontrarnos de vez en cuando ante situaciones de adversidad, sin embargo, esto, nos ha llevado al límite de la comprensión y las fuerzas.

El mundo ha palpado instantes de desazón, unos y otros hemos sentido que cada camino se cierra y es profunda esta adversidad con permanente miedo y sensación de pérdida.Pero veamos que podemos hacer para salir del infierno que nos consume. Yo propongo que reconozcamos el riesgo del coronavirus, cuidándonos, cumpliendo cada protocolo con seriedad y serenidad, identificando su amenaza en una verdadera dimensión, sin preocuparnos, pero si ocupándonos del problema.La idea es transitar la pandemia con equilibrio, sin torturarnos viendo en exceso noticias o escuchando comentarios sobre el virus de personas que no manejan el tema médico, para no sentirnos desarmados ante el miedo. También es urgente y necesario realizar alguna actividad física, ya que la liberación de endorfinas producidas durante el esfuerzo suministra al organismo un pasaporte inmediato a la apertura de conciencia, se agudizan los sentidos y podemos incluso, percibir paz, entusiasmo y alegría. Aunque no parezca real, esta es una gran oportunidad para descubrir nuevos talentos, para reencontrarnos con lo esencial de la vida, para revisar nuestra escala de valores, que puede estar dormida o definitivamente trastocada. Cuidémonos y que DIOS nos ayude a todos.

Mily Soler Grez

Comunicadora social

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