La disminución de la brecha
Chile, precisamente por quien es hoy, ha sido un país modelo para muchísimos otros iguales en vías de desarrollo, no en cuestiones tan de moda, como el sistema de salud, educación o su historia constitucional, sino que por su política estatal de lucha contra la pobreza. Con números cercanos al 30% en los ochentas, ha llegado al 8% en esta década.
Ello ha generado impactantes cambios en el modo de vivir del país, y en definitiva ha significado un cambio estructural del quehacer nacional: pasar de la lucha contra la pobreza, a descubrir cómo dar un buen vivir a millones de personas que han ingresado a la -por muchos- temida clase media.
En ellos deseo enforcarme. Una clase media que, no siendo el foco de las políticas de gobierno, se ha convertido en el grupo mayoritario del país, y tal como muchos describen, uno de los más perjudicados por las políticas. Sin ir lejos, dando una descripción superficial, su capacidad de inversión es mínima, llegar a fin de mes se hace difícil, y el endeudamiento es el mayor temor en su día a día.
Tal ha sido el impacto -no inesperado, mas sí ignorado por años- de esto, que los múltiples gobiernos han buscado establecer políticas para beneficiarles. Una situación que, a simple vista, ha de resultar hipotéticamente beneficiosa. Sin embargo, en el afán de ayuda, todos los gobiernos han caído en la problemática que ha representado gran parte de las políticas públicas: aumentar los impuestos de quien desean ayudar, acabando en la lamentable opresión de quienes más lo necesitan en el Chile actual.
De allí han resultado diferentes respuestas, siendo todas contrarias al loable objetivo que las políticas públicas inicialmente buscaron: asfixiar la clase media.
Hoy nos vemos ante una crisis inesperada, generada por un virus inesperado. Ante esto, no queda más que soñar con un cambio inesperado. La disminución de la brecha en nuestro país puede darse desde los estímulos a la libertad, con un gran enfoque en la clase media. Nos vemos ante una clara debacle económica, que como el Banco Mundial anticipa, será la peor crisis desde 1929.
No hay momento para las improvisaciones: debemos colocar en la palestra las ideas de la libertad nuevamente, que permitieron el desarrollo económico de Chile hasta hoy, disminuyendo el gasto estatal, estimulando la iniciativa privada, y, ante todo, respetando el sueño de cada chileno: progresar y lograr sus metas.
Finalizo con una frase del filósofo estadounidense Henry David Thoreau: "lo que puede expresarse en palabras, puede expresarse en nuestra vida". La realidad requiere que ante la adversidad nuestras ideas no solo sean en escritorio que tanto hemos refinado, sino que sean la transformación con la que todos hemos soñado.
Luis Gallardo, estudiante de medicina
Infractores, los mejores aliados del COVID 19
Ante el reiterado desconocimiento de cientos de personas de las medidas que han dictado las autoridades con el consiguiente no respeto del toque de queda, tal vez una buena forma para que los infractores aprendan, es el que vivan en vivo y en directo los efectos del contagio del virus y de una vez la tomen en serio, o sea que tengan, un verdadero cara a cara con el COVID 19 y con sus dolorosos efectos que han sido detallados por los contagiados que lo han logrado superar, son tantos los sacrificios y esfuerzos de miles de trabajadores de la salud, que literalmente se van al tacho de la basura por la irresponsabilidad y tozudez de personas.
Que a la luz de sus desobediencias, se deben querer bastante poco ellos mismos, pero esos son sus problemas, no el de millones de chilenos, que sí ponen todo para sacar adelante a Chile, insisto, como los funcionarios de la salud a lo largo de todo Chile, ellos son la verdadera primera línea en la lucha contra el COVID 19, es hora que el gobierno y quien corresponda, se ponga muy serio en esta materia, de sobremanera cuando se está entre la vida y la muerte de miles y miles compatriotas, en especial de los más vulnerables, que sí tienen muy claro que solo la unión de todos, permitirá ir dejando atrás, paso a paso esta mortal pandemia.
Y los otros, allá ellos, pero que sepan y vivan en carne propia de qué estamos hablando y en contra de quién estamos luchando y en una de esas, en ese momento les llegue la cordura y entren en razón, por el bien de Chile...
Luis Enrique Soler Milla