Covid-19, pobreza y drogas
El Covid-19 nos ha puesto a prueba a todos, incluso a nuestros programas de tratamiento por consumo problemático de alcohol y otras drogas y a todo el sistema de apoyo a los más pobres de nuestro país, sacando a la luz las falencias en temas de salud y protección social, evidenciando que quienes tienen menos, también tienen menos a qué recurrir.
Hoy nuestra gran preocupación es dar continuidad a los procesos de rehabilitación de quienes acogemos en nuestros programas ambulatorios y residenciales, sobre todo en estos últimos, donde aquellos que tienen más avanzado su proceso han regresado a casa para facilitar la distancia social en esos dispositivos. Nuestros equipos están haciendo el mayor esfuerzo para mantener el contacto, vía comunicación remota. Y en ese trabajo, se evidencian también las brechas, como no tener acceso a un celular, a internet, y, en muchos casos, no contar con una red familiar que nos permita saber de ellos.Las personas que participan en nuestros servicios ven que la eventualidad de no poder asistir a su programa, aunque sea momentáneamente, significa perder un espacio de protección y, en ocasiones, regresar a una realidad que deteriora su calidad de vida. Encerrados, sin trabajo, con poco apoyo familiar, en espacios pequeños, en contextos de alta vulnerabilidad sicosocial, se hace para algunos de ellos mucho más difícil cumplir sus metas terapéuticas. A esto se le suma el contexto de la crisis sanitaria, que implica estar atento a otro potencial problema: el contagio con coronavirus, una doble dificultad para seguir adelante. Para una persona en tratamiento, la cuarentena puede resultar el peor escenario. Si no tengo espacio por el hacinamiento, buscaré lugar en la calle, donde estoy más expuesto no sólo a contagiarme, sino a volver a un consumo de alcohol o drogas. Si la ansiedad sobre la situación me complica, aparecerá en mi mente la falsa solución de evadir consumiendo. Si tengo que compartir 24/7 con mi familia, puede que se exacerben los conflictos. Si mi ánimo no está bien y necesito pedir ayuda, tengo que luchar con el estigma de ser alguien "en tratamiento" que suele ser discriminado.Lo que nos queda como tarea, es generar un sistema de atención que pueda realmente conectar con todos los otros aspectos que una persona requiere para recuperarse. Un tratamiento para el consumo de alcohol u otras drogas no es sólo apoyar para dejar de consumir, se requiere vivienda, salud física, apoyo social, potenciar el empleo y un largo etcétera que esta inédita epidemia nos viene a restregar en la cara.
Iván Muñoz M, psicólogo y director Paréntesis ASC del Hogar de Cristo.
Confinamiento y exclusión
Tradicionalmente en la historia humana las personas con discapacidad han sido segregadas de los espacios de participación social. Sin embargo, cuando parecía ser que la inclusión estaba siendo reconocida por gran parte de los países en el mundo y avalada por el carácter internacional de los Derechos Humanos, comienzan a emerger movimientos sociales que reclaman por igualdad y reivindicación. Sumado a ello, recientemente irrumpen violentamente agentes patógenos que atentan contra la vida y la salud pública, exigiendo al máximo, cuidados y cohesión social entre todos.La actual crisis sanitaria generada por el Covid-19 ha significado nuevamente confinamiento y exclusión en las personas con discapacidad pertenecientes al 15% de la población mundial. Hay falta de acciones concretas y oportunas en materia de salud que los protejan, debido a que muchos de ellos se encuentran en los grupos de riesgo y que, en su gran mayoría, residen con sus padres, cuidadores o algún adulto mayor que igualmente pertenecen a los grupos vulnerables en esta pandemia.Con el cierre parcial o total de servicios otorgados por organizaciones públicas y privadas que asisten las necesidades específicas de las personas con discapacidad, sus procesos de rehabilitación se postergan, capacitaciones para el trabajo se suspenden, programas de integración no se ejecutan, solo por señalar algunas de las prestaciones que bajo el contexto de esta crisis no se desarrollan.
Dr. Cristóbal Sepúlveda Carrasco. PcDAcadémico investigador Escuela de Educación Diferencial Universidad de Las Américas
TV
Frente a la medida anunciada por el Gobierno y el CNTV de extender la educación a través de las pantallas de televisión en el nuevo canal TV Educa Chile, es un acontecimiento sumamente importante e histórico. El 98% de los chilenos tienen al menos un televisor en casa y el consumo de televisión ha aumentado un 22% en esta región desde que comenzamos el distanciamiento social, demostrando la importancia que sigue teniendo este medio de comunicación en cuanto a vigencia y responsabilidad social.
La televisión chilena por años ha puesto su foco en informar y entretener, sin embargo, hoy se ha generado un vuelco importante. En esta crisis sanitaria, la televisión nacional retorna a su tercer pilar esencial que es educar.
Francisco Carvajal, CEO Cluster Pacífico Kantar IBOPE Media