¿No son los DD HH uno solo e iguales para todos?
Tras el ir conociendo los diversos informes del INDH (Instituto Nacional de Derecho Humanos) con respecto a los graves hechos acaecidos desde 18 de octubre pasado en adelante y que más de una polémica provocaron por sus conclusiones y estadísticas y ahora al hacerse públicas, las primeras actas de las sesiones del citado INDH, desde el mismo 18 de octubre, en las que quedan de manifiestas las diferentes posturas de sus 11 consejeros que la componen, desde los más comprometidos con los manifestantes hasta los que condenan la violencia , es interesante saber...
¿Cómo se eligen los 11 consejero(a)s del INDH?
Son designado(a)s según el siguiente detalle...
Dos por el Presidente de la República, dos por el Senado, dos por la Cámara de Diputados, uno por los decanos de las Facultades de Derecho del (CRUCH) y de universidades autónomas y cuatro por instituciones vinculadas a la defensa y promoción de los DD HH con personalidad jurídica vigente e inscritas en el mismo INDH.
Por lo que no hay que tener mucha imaginación para ver cómo serán los debates entre ellos para cada situación en particular, por el tenor y la intensidad de cada informe que emiten y del resultado cuando no hay acuerdo y se deben someter a votación, votos más, votos menos, oficialismo v/s oposición, en pocas palabras un "congreso chico", cuando...
¿No debería haber una sola postura, monolítica, firme, sin discusión política partidista, toda vez que el mismísimo INDH lo tiene incluido entre sus lemas y la inmensa mayoría de los chilenos lo pensamos , que los Derechos Humanos son iguales para todos sin excepciones, ni acápites, ó los 11 consejeros, más que defender los DD HH de todos los chilenos como principal misión, simplemente siguen haciendo la misma y fastidiosa "política partidista", los de aquí contra los de allá, que fue una, por no decir la más importante causa que llevó a los chilenos a salir a la calle y hacer sentir sus problemas, en forma clara, precisa y concisa y que ha traído tanto dolor y destrucción a la familia chilena?
Luis Enrique Soler Milla
Ilusiones perdidas
El Gobierno, el Banco Central, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el mercado han reducido sus proyecciones de crecimiento económico para Chile en alrededor de 2 puntos. El FMI, previo a la crisis y violencia surgida hace quince semanas, había señalado que nuestro país crecería 3% durante el 2020; ahora estima que será apenas 0,9%. Sorprende la insensibilidad de algunos sectores del sistema político y de la opinión pública, que tratan los cambios en expectativas de crecimiento como algo lejano, un problema de los empresarios grandes o, cuando más, el costo que sería necesario pagar para alcanzar una sociedad más justa.
La realidad es que la pérdida de crecimiento es pérdida de progreso para la clase media, menores oportunidades de trabajo y menos recursos fiscales para transferencias a los más pobres; en definitiva, mayor desigualdad en salud, educación y pensiones. En términos monetarios, dos puntos de menor crecimiento implican que Chile dejará de generar, durante este año, aproximadamente 4 billones de pesos (5 mil millones de dólares). En magnitud, esta cifra equivale a borrar el PIB de las regiones de Arica y Parinacota, Magallanes y Aysén, sumadas. La recaudación tributaria se reducirá en aproximadamente 1.500 millones de dólares.
Con esos ingresos se podría haber financiado, por ejemplo, la construcción de cinco hospitales de alta complejidad; un incremento en la pensión básica solidaria de $160.000 al mes para cada beneficiario; o las viviendas básicas para un significativo número de personas que no tienen un hogar. Aun cuando algunas de estas políticas puedan realizarse con otros fondos, el impacto del menor crecimiento afectará transversalmente a la ciudadanía y posiblemente generará renovada frustración en muchos compatriotas. Miles de pequeñas y medianas empresas sufrirán el estancamiento en la demanda por sus productos, tendrán dificultades en cumplir sus compromisos crediticios y contratarán menos personas. Muchas pymes estarán en peligro de quiebra. En emprendimientos y empresas de todo tamaño, el menor crecimiento impactará las decisiones de inversión y la creación de empleos. Los sueldos reales y otros ingresos de las personas no podrán aumentarse en lo anhelado en el escenario de crecimiento original.
Los sueños de ser un país desarrollado, de superar la pobreza, de consolidar instituciones democráticas fuertes se desvanecen tristemente y hoy no parecen más que "ilusiones perdidas", como los sueños de gloria del joven de Rubempré, en aquella gran novela de Balzac.
Karin Jürgensen, Decana de Ingeniería Comercial. U de los Andes