En el día de las y los profesores, honrarlos
El 16 de octubre, se celebra en todo el país el día del Profesor y de la Profesora, conmemorando la fecha en que se publicó el decreto ley 678 de 1974, que creó el Colegio de Profesores de Chile, A.G. En estricto rigor, abarcaría a los profesores de Educación Básica y Media, pero se ha extendido a todos los niveles y especialidades que ejercen la función docente, integrándolos en esta celebración. De esta manera, desde los Jardines Infantiles a las Universidades, se festeja.
Fechas como estas son siempre importantes para repensar la situación del profesor y de la profesora y más aún en el complejo Chile actual. No es ninguna novedad señalar la pérdida de estatus, de respeto, e incluso de su rol profesional saturado por marcos regulatorios exagerados, donde todos los problemas de la educación se hacen descansar en el docente. Se les hace responsable de actitudes y del rendimiento de los escolares y jóvenes, como si fueran estos últimos 'entes' aislados de sus familias y de la sociedad. Y, sin embargo, ahí están los profesores y profesoras trabajando a pesar de la falta de una comunidad educativa de apoyo, porque la familia está muy ocupada o agobiada y no hay tiempos para criar, amar y educar que son los roles básicos de todo núcleo familiar.
Entre los actores que han construido país en nuestros 200 años de existencia republicana, los miles de profesores y profesoras que en los escenarios más variados han estado siempre con los niños y niñas, sin dudas son de los más importantes. Las condiciones laborales, las distancias, las escaseces, las incomprensiones no han menguado el atender en todos sus aspectos a sus alumnos en forma integral, acogiendo sus penas, sus alegrías junto con sus aprendizajes.
En esta sociedad líquida donde las instituciones y los líderes se han caído, los profesores, aún siguen siendo los referentes para la mayoría de los alumnos. Por tanto, en estas fechas y en todo el año, honrémoslos con afecto, comprensión, reconociendo su rol formador de personas integrales, pero que no pueden hacer solos esta compleja labor, que es de la sociedad entera. ¿Puede haber algo más importante que formar un ser humano? En ello está el Chile que queremos. Valoricemos el actuar docente.
M. Victoria Peralta, Académica U.Central y Premio Nacional de Educación 2019
Más que amigos, son chilenos...
Ante la gran expectación que se ha formado por el llamado reencuentro entre el capitán Claudio Bravo y el rey Arturo Vidal, después de haber tenido una serie de impasses entre ellos, es bueno reflexionar y con preguntas...
¿Usted, si usted, es amigo de todas las personas, sin excepción, con las cuales comparte su lugar de trabajo?
¿Acaso, más de alguna vez, no le ha tocado desarrollar un gran trabajo que tuvo un final exitoso y entre sus más cercanos colaboradores había personas que solamente saludaba cuando llegaba y se retiraba de su pega?
De seguro, no todos son amigos en su trabajo, ni menos es condición necesaria, serlo, para que el grupo tenga buenos resultados laborales, solo basta que cada uno tenga muy claro su papel a realizar, su sola positiva actitud, junto a los de los otros integrantes provocara la sinergia, para que el efecto grupal sea mayor al efecto individual...
En este caso es en el ambiente deportivo, pero sin lugar a ninguna duda, la situación es la misma, no todos los jugadores obligadamente deben ser amigos para que lleguen los buenos resultados, ¿O a caso nunca a usted lo han invitado a una actividad deportiva grupal de fin de semana y solo conociendo al que lo invitaba e igual ganaban y la pasaban muy bien, luego se despedían y cada uno para la casa?
Más que ver un gran abrazo entre el capitán y el rey de reconciliación, pidiéndose mutuamente perdón, los chilenos esperamos verlos en la cancha, haciendo lo que mejor saben hacer, uno atajando y el otro defendiendo, armando y atacando, lo demás es parte del futbol, pero claro, si además se materializara un franco y respetuoso diálogo entre ambos, mucho mejor...
"No preguntes si estamos plenamente de acuerdo, si no tan solo si marchamos por el mismo camino"
Goethe (1749-1832) Filósofo alemán
Luis Enrique Soler Milla