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Desarrollándose en el mundo ferroviario

ESFUERZO. Con los años logró convertirse en Asistente de Tráfico y hoy luce orgullosa su cargo de Controladora de Tráfico.
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No pasa desapercibida. Nolvia es alta y siempre lleva en su rostro una mueca de concentración extrema. El mismo gesto que la acompañó hace 10 años cuando llegó a Ferronor a postular al cargo de Asistente de Tráfico de Operaciones. Le fue bien, comenzó a trabajar de inmediato con ganas y dedicación, lo que le ha significado ir ascendiendo paulatinamente y adquirir cada vez más conocimientos.

Con los años logró convertirse en Asistente de Tráfico y hoy luce orgullosa su cargo de Controladora de Tráfico, una carrera notable que ha desarrollado en apenas una década.

"Junto con mi personal coordinamos el movimiento de trenes en toda la vía. Nuestro trabajo es de alta responsabilidad, tenemos que darle prioridad al circuito de los trenes y usar todas las herramientas, a los trenes, usar de la mejor manera todas las herramientas que tenemos como el GPS y otras para el control de los carros. Todo debe ser perfecto lo que conlleva altos niveles de concentración", dice Nolvia.

Es esa misma adrenalina la motivación diaria para esta mujer, que es madre, reconocida por sus pares como de carácter fuerte, pero muy comunicativa y cercana. Pero, por sobre todo, con la camiseta puesta por su empresa y trabajo, el que ha sabido complementar con la cercanía con su familia y los turnos 5x5 que le permiten estar cerca de los suyos bastante seguido.

"Es muy rápida para solucionar problemas que tienen que ver con el flujo de los trenes. Posee un alto desarrollo para resolver conflictos en la vía, está en permanente comunicación con todas las máquinas que están en movimiento, es una especie de controladora de vuelo que nos da plenas garantías", destaca uno de sus jefes.

"Llevo tres años en este cargo y me encanta. Estamos encargados de movilizar los trenes en movimiento y optimizar los tiempos de traslado entre Los Colorados y la Planta de Pellets, sin duda algo fundamental para la empresa", dice.

Finalmente, destaca que en todos los puestos por los que ha pasado, jamás ha tenido algún problema por ser mujer. "Esta empresa nos da muchas facilidades por temas de maternidad y hay mucho respeto. Entré a los 21 años a un lugar que normalmente se consideraba para hombres, eso no es así, las mujeres deben atreverse a trabajar dónde quieran. No hay empresas de o para hombres, nosotras también tenemos espacio. Hay que buscar los horizontes en el lugar que nosotras queramos".

Nolvia Alvarez (32)

Manteniendo una historia familiar

EMPRENDEDORA. Lucy es propietarias de la Gelatería Jamaica en Vallenar. Son los helados artesanales más famosos de la provincia
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Todo Vallenarino conoce la Gelatería Jamaica. De la misma forma que es un destino obligado para quien pase por la ciudad. Nadie puede resistirse a los sabores y aromas de una tradición que partió en los años sesenta cuando las recetas caseras de estas delicias comenzaron a refrescar a los clientes que aumentaban cada día. Son los helados artesanales más famosos de la provincia, desde que partió en su primer local cerca de la Plaza de Armas de la ciudad y que se mantienen hasta hoy gracias a la señora Lucy Ordenes, hija de los fundadores de una de las marcas registradas de la zona.

En los años que partió el negocio, Lucy cursaba Tercero Medio y decidió ayudar a sus padres. Aprendió las técnicas de los helados artesanales, manteniendo el sabor y textura característicos. En 2009 se hizo cargo del local implementando cambios tecnológicos que han permitido mejorar la producción que era más baja porque se trabajaba con máquinas antiguas. "Invertimos en esta área y ahora aplicamos la cuatro P: producto, plaza, promoción y precio y nos ha dado buenos resultados", dice.

Con orgullo cuenta que el negocio da empleo a cinco personas, es una fuente laboral importante que partió en 1959 cuando mi padre compró los derechos de un negocio que quedaba al costado de la plaza. En su letrero aparecía una palmera y nosotros la mantuvimos y le agregamos un barquillo. En 1979, nos fuimos de ese lugar y mi padre construyó el nuevo local frente al Terminal de Buses y aquí seguimos".

La dueña de la Gelatería Jamaica agrega que "hemos dado alegrías y sabor a muchas generaciones. Yo espero que siga la herencia y mis nietos y nietas se sigan interesando en el negocio". Para ello, deberán seguir vendiendo los clásicos conos sabor a canela, trufa, coco chocolate, maracuyá, pan de pascua, harina tostada o los nuevos cola de mono, yogurt griego, arroz con leche, entre otros. "Son más de noventa sabores los que ofrecemos", dice Lucy.

El amor al trabajo es clave. El negocio solo para en el mes de junio para que ella, su hijo y su nieta -que la acompañan en la gelatería- descansen. "La perseverancia y el esfuerzo son la clave, atreverse, no tener miedo a lo desconocido, siempre hay riesgo, pero también eso desencadena utilidades y beneficios. He trabajado toda mi vida, desde tercero medio y no he parado. Me dicen que soy la matriarca del clan, mi esposo falleció hace poco, antes éramos la imagen corporativa del negocio, pero ya no está. Sin embargo, no me eché a morir, seguí adelante porque mi marido me lo pidió, fue un proceso difícil, pero la función y, en este caso, el negocio, debe continuar".

Lucy Ordenes (72)