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LO CONOCÍA A LOS OCHO AÑOS
El sacerdote Jaime Pizarro, conoció a los ocho años al obispo Fernando Ariztía y fue un ejemplo a seguir. "Cuando me inscribí para hacer la primera comunión en la parroquia de la Catedral, ahí lo conocí. Fue mi inspiración y mi modelo para ser sacerdote".
Respecto a lo que resalta del obispo explicó que "su fe profunda, pero al mismo tiempo muy aterrizada. Me impresionó la capacidad de don Fernando de ver a Jesús en todas las personas y acontecimientos. Ese tipo de fe tan encarnada fue lo primero que me motivó. Su cercanía a la gente, especialmente a los niños, los enfermos, los más pobres, luego su amor a la iglesia, profundo, muchas veces sufrido".
Derechos humanos
Respecto a la labor de defensa de los Derechos Humanos, comentó que tras el paso del tiempo queda en evidencia que "fue capaz de entusiasmar a muchas personas para que tuvieran esta actitud de acogida, de defensa de los Derechos Humanos, conozco personas a las que don Fernando llamaba por teléfono para que fueran a visitar a un relegado en El Salado, en Domeyko, Inca de Oro. Creó una red de personas que vencieron el miedo en la época, no necesariamente militantes de partidos políticos, sino cristianos comprometidos. Logró poner en el corazón de mucha gente esta preocupación".
Monseñor Fernando Ariztía falleció el 29 de noviembre de 2003, y su funeral fue multitudinario, asistiendo incluso el Presidente de la República de esa época, Ricardo Lagos, junto a su esposa Luisa Durán.
Tras su fallecimiento, existieron sectores que buscaron levantar un monumento con su figura en la Plaza de Armas de Copiapó, el que nunca se concretó.
El financiamiento sería a través de una colecta pública regional, así como de aportes de los municipios y del sector privado. La colecta se realizó en 2008. La idea de construir un monumento de homenaje a Monseñor Ariztía surgió de la gestión de parlamentarios de la época, apoyados por el entonces obispo Gaspar Quintana, y fue aprobada unánimemente por el Congreso Nacional, en la Ley 20.081 que data de 2005.
Sin embargo, pasó el tiempo y quedó sólo en la idea, pero en 2013 el senador Baldo Prokurica recordó la iniciativa en el Senado.
Según la página web del Senado, el parlamentario señaló que "don Fernando entregó un periodo importante de su vida a la región de Atacama, siendo durante 25 años Obispo de Copiapó, rol desde el cual dirigió diferentes causas en defensa de los más débiles, haciendo que su figura trascienda a nivel nacional, esto gracias a su fortaleza y voluntad".
El senador Prokurica, en ese entonces recordó que el citado cuerpo legal fue publicado en el Diario Oficial en noviembre de 2005, por medio del cual se autoriza a que en la Plaza de Armas de Copiapó se construya un monumento en honor de monseñor Fernando Ariztía, fallecido obispo Emérito de la ciudad. Durante su tramitación, se estableció que esta obra fuera financiada con aportes privados, colectas y donaciones.
Según los antecedentes, los fondos serían administrados por una comisión formada por el obispo de Copiapó, el alcalde de la ciudad, el gobernador de la provincia de Copiapó, dos senadores y dos diputados.
Actividades de conmemoración
Hoy que se conmemoran los cien años del natalicio de monseñor Fernando Ariztía y, se realizarán distintas actividades abiertas a la comunidad. Una de ellas comenzará a las 10 horas en el liceo que lleva su nombre en Paipote.
Hoy a las 17 horas habrá una liturgia y una exposición fotográfica en la estatua de la Alameda Manuel Antonio Matta.
A las 18 horas se efectuará una caminata hacia la Catedral donde se realizará una velatón en su memoria.
El 30 de mayo a las 17 horas en el Centro Cultural Atacama se realizará el lanzamiento de un libro biográfico de don Fernando Ariztía.
El miércoles 4 de junio se realizará a las 12 horas una solemne eucaristía en la Catedral de Copiapó.
MONUMENTO