Puquios revive en la memoria: arquitectura y arqueología al rescate de su legado minero
VALOR. El arquitecto copiapino David Cortez, junto a un equipo multidisciplinario, trabajan en estudio del sector, el que fue presentado en congreso internacional.
A 60 kilómetros hacia el este de Copiapó, se ubica el extinto pueblo minero de Puquios, asentamiento que llegó a tener más de 5.000 habitantes, apogeo que terminó a partir de los años 30, al punto que hoy solo quedan restos de lo construido. Hoy este sector vuelve a resurgir de la mano del arquitecto local, David Cortez, quien desde hace un año reconstruye junto a un equipo multidisciplinario su historia, a partir de las distintas piezas arquitectónicas, objetos y testimonios orales de personas que vivieron en esta zona.
Es tal el interés de este profesional, que ayer finalizó su participación en el Congreso Internacional de Patrimonio Arqueológico ICAHM ICOMOS San Pedro de Atacama 2025, donde dio conocer los resultados del estudio de Puquios ante exponentes y expertos reconocidos a nivel mundial en áreas como la arqueología, arquitectura y astronomía.
"Este estudio es parte de mi tesis doctoral que efectúo en la Universidad Politécnica de Valencia, además esto también se enmarca en una investigación financiada por el Fondo Nacional de Patrimonio Cultural (Fonpat), llevada a cabo por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural (Serpat). Indicar que encuentros como el efectuado en la región de Antofagasta, permiten entender las realidades patrimoniales diversas y reconocer que, aunque las problemáticas sean similares, en Chile estamos haciendo un excelente trabajo en la conservación del patrimonio y en la interacción con las comunidades", apuntó Cortez.
¿por qué puquios?
Para Cortez, el explorar el sitio de Puquios, radica en sus raíces profundas y personales que lo ligan fuertemente a la actividad minera. Su padre y abuelo trabajaron por años en este rubro, lo que origina que sus intereses y ganas de profundizar en más aspectos, crezca día a día.
"Cuando realicé mi tesis de magíster en la Universidad de Chile en 2021-2022, empecé a estudiar uno de estos sitios: Cerro Blanco. Ese fue el punto donde me profundicé en el estudio y la puesta en valor de estos lugares, que, a pesar de estar en abandono, aún perduran. La paradoja entre abandono y perdurabilidad resume muy bien la naturaleza de estos sitios", comentó el copiapino.
Algunos resultados
A lo largo de este estudio en Puquios, se ha recopilado información relevante desde la arqueología y la arquitectura, pero sobre todo con la comunidad Colla, que habita en las quebradas de Paipote y San Andrés. Sus antepasados residieron en este asentamiento minero, incluso todavía existen personas que estuvieron cuando estaba en pleno funcionamiento.
"Esta sectorización que hemos realizado en lo que va de estudio, nos ha permitido saber y conocer los sectores de ferrocarril, por ejemplo, la maestranza. Pudimos ubicar donde estaba la tornamesa, donde pasaba la línea del tren, la presencia de andariveles, que nos habla del uso minero que tiene, sumado a las zonas residenciales y zonas de basureros que poseían. El efectuar todo esto, nos da el pie para que la zona sea de actividad turística, por lo tanto lo que se realice tiene que ser y debe ser respetuoso con respecto al sitio, con respecto al territorio", profundizó el arquitecto.
Terremoto
Asimismo, se descubrió que en Puquios usaban mucho la técnica del tapial, metodología de construcción que se basa en unir muros de tierra compactada, muy utilizada en la zona centro y norte del país. No obstante, en este asentamiento minero, dentro de los bloques de tierra compactada, existen adiciones de textiles, de arpilleras.
"Esto lo pudimos observar por microscopio en terreno y tuvimos el resultado comparativo. Estas arpilleras son arpilleras de yute y están relacionadas con la fábrica nacional de textiles del siglo XX. Entonces también ahí nos da una cronología relativa, que también se asocia al gran terremoto de 1922 que hubo en Atacama, por ende a modo de hipótesis todavía, podemos decir que era una zona en reconstrucción", aclaró Cortez.
Cortez junto a su equipo, también han efectuado un interesante análisis en prensa, específicamente a través del diario El Copiapino. En sus publicaciones, se percataron que el descubrimiento de la beta de Puquios data del año 1809, sin embargo, a partir de un estudio de los censos de población, la primera vez que Puquios se identifica como aldea es a contar de 1875.
¿falta de normas?
No hay dudas que, para muchos este tipo de lugares están en una especie de abandono absoluto. Para Cortez aquello no es así, incluso indica que la tenencia de estos sitios es privada, por lo que en la mayoría de los casos, no cuentan con declaratoria de monumento histórico o de sitios arqueológicos, lo que hace que su protección o conservación sea ambigua.
"Es importante evidenciar que, aunque estos sitios puedan parecer en cierto abandono, detrás de ello hay esfuerzos relevantes por preservar y valorizar su historia. De hecho, el Ministerio de Bienes Nacionales tiene un proyecto de señaléticas que aún no ha sido ejecutado en Puquios, pero que ya está en trámite. Esto demuestra que existen iniciativas en marcha, aunque todavía no se han materializado por completo. Por ejemplo, tenemos casos como el sitio de Chañarcillo o Las Chimeneas de Labrar, de las cuales este último está protegido por Ley de Monumentos en la región de Atacama", expresó.