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Hambre, desnutrición y niños quemados: el bloqueo israelí tiene a Gaza en la agonía

Esta semana entró a su tercer mes la prohibición para que entre ayuda humanitaria, combustible, medicinas y alimento al enclave palestino. Además, comenzó una ofensiva extendida que hace temer lo peor para los más vulnerables.
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Haneen al-Khazandarcuida a su hija Mira, de 10 años, tras sufrir quemaduras en un bombardeo.

El bloqueo continuado de Israel a la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza obligó el jueves a un grupo de ayuda internacional a cerrar sus últimos comedores comunitarios, ante la falta de suministros y el desabastecimiento de sus almacenes en el sitiado enclave devastado por la guerra.

En las últimas semanas, World Central Kitchen estaba sirviendo 133.000 comidas al día y horneaba 80.000 panes, pero dijo que se vio obligado a suspender sus operaciones debido a que en Gaza no queda comida para que la organización cocine.

La falta de alimentos amenaza a la población de la Franja, golpeada ya por 19 meses de guerra. El Programa Mundial de Alimentos, una agencia de Naciones Unidas, anunció en abril que sus reservas de alimentos en el territorio se habían agotado debido al bloqueo, poniendo fin así a una fuente principal de sustento para cientos de miles de palestinos.

Hambre y malnutrición

La desnutrición y el hambre se están volviendo cada vez más habituales en la Franja a medida que el bloqueo entra en su tercer mes. Los grupos de ayuda sostienen que la escasez de alimentos dejó al territorio al borde de la hambruna, y que los fármacos para tratar y prevenir la desnutrición se están agotando rápidamente. Esta semana, por ejemplo, se constató que ya no queda harina y que los desplazados muelen porotos, pasta o lo que tengan a mano para hacer algún embutido que se pueda convertir en pan.

Israel impuso el bloqueo el 2 de marzo, antes de dar por finalizado un alto al fuego de dos meses al reanudar sus operaciones militares en el territorio el 18 de marzo. Según las autoridades israelíes, estas dos medidas tienen como objetivo presionar al grupo insurgente Hamás para que libere a los rehenes que aún tiene en su poder. Los grupos de derechos humanos califican el bloqueo como una "táctica del hambre" que pone en peligro a toda la población y podría constituir un crimen de guerra.

Esta semana, además, el gabinete de guerra israelí autorizó al Ejército a expandir la toma de territorios a toda Gaza y a no retirarse. La operación extendida ha sido acompañada con bombardeos.

Los comedores comunitarios, como los que gestiona World Central Kitchen, son un salvavidas para que cientos de miles de personas puedan tomar una comida al día, pero muchos cierran debido a la falta de suministros.

En los que aún permanecen abiertos, son habituales las caóticas escenas en las que hombres, mujeres y niños desesperados tratan de obtener una ración. Las panaderías cerraron y la distribución de agua se está paralizando debido a la falta de combustible.

"Nuestros camiones, cargados de alimentos y suministros, están esperando en Egipto, Jordania e Israel, listos para entrar en Gaza", dijo José Andrés, el conocido cocinero que fundó World Central Kitchen.

10 mil niños internados

Cogat, el organismo de defensa israelí que supervisa la ayuda a Gaza, dijo que el bloqueo seguirá a menos que el gobierno israelí cambie de política.

Desde principios de año, más de 10.000 niños han sido internados o tratados por desnutrición severa, según la Organización Mundial de la Salud. El repunte fue drástico en marzo, con 3.600 casos, 80% más que en febrero, según Unicef.

Casi la mitad de los 200 centros de nutrición en toda la Franja han cerrado sus puertas debido al desplazamiento y los bombardeos.

World Central Kitchen había suspendido sus operaciones en abril del año pasado después de que siete trabajadores humanitarios fueron asesinados en ataques israelíes, pero retomó su labor semanas después.

"la ayuda en arma"

Las agencias internacionales de ayuda advirtieron el viernes que los planes israelíes para controlar la distribución de ayuda en la Franja de Gaza, incluyendo una propuesta respaldada por Estados Unidos, sólo aumentarán el sufrimiento y la muerte en el devastado territorio palestino, y pidieron a Israel retirar su bloqueo.

El embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, dijo que el nuevo sistema de ayuda diseñado por Estados Unidos se lanzaría pronto, instando a la ONU y a otros grupos de ayuda a participar. Hasta el cierre de esta edición, la ONU rechazaba el nuevo sistema, diciendo que "convierte la ayuda en arma", amenaza con causar un desplazamiento masivo de palestinos, viola los principios de neutralidad y simplemente no podrá proporcionar la escala de ayuda necesaria.

"Es probable que más niños sufran y corran el riesgo de muerte y lesiones como consecuencia de este plan", señaló James Elder, portavoz de Unicef en Ginebra.

En lo que se ha convertido en una escena diaria de desesperación en Gaza, miles de palestinos se agolparon en una cocina de caridad en la ciudad sureña de Jan Yunis, empujándose y agitando sus ollas para recibir porciones de pasta. Estas cocinas son prácticamente la única fuente de alimento que queda para los 2,3 millones de personas del territorio.

Israel ha dicho que no reanudará entregas de ayuda hasta que instale un nuevo mecanismo de distribución, reemplazando la operación masiva liderada por la ONU y grupos de ayuda independientes a lo largo de los 19 meses de guerra. Israel acusa a Hamás y otros grupos de desviar la ayuda, aunque no ha presentado pruebas de ello. La ONU niega una desviación significativa y dice que monitorea la distribución.

La guerra comenzó cuando terroristas liderados por Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre del 2023, matando a 1.200 personas y tomando a 251 como rehenes. Israel dice que 59 cautivos permanecen en Gaza, aunque se cree que sólo 21 siguen con vida.

El hambre quema

Hamza Abu Shabab se estremeció de dolor cuando su madre le quitaba la camisa y apoyaba su cabeza vendada sobre la almohada para poder aplicarle ungüento en su pequeño cuerpo quemado.

El niño de siete años sufrió quemaduras de tercer grado en la cabeza, el cuello y los hombros cuando, aterrado por un ataque aéreo israelí, derramó un plato caliente de arroz y lentejas sobre sí mismo en la tienda de su familia en el sur de Gaza el mes pasado. Este accidente se ha vuelto muy común en tiendas de campaña y refugios abarrotados de gente viviendo en condiciones miserables y muchas veces con sólo fuego de leña.

La recuperación de Hamza se ha visto frenada por el bloqueo de Israel y el sistema inmunológico del niño está debilitado por la mala nutrición, dijo su madre, Iman Abu Shabab. "Si no hubiera habido un asedio o si fuera otro país, habría sido tratado y curado de sus heridas", indicó sentada en la cama de su hijo en el hospital Nasser en Jan Yunis. Sólo aquí hay 70 niños con quemaduras dolorosas y susceptibles a infecciones.

Desde que Israel reanudó los bombardeos en Gaza a mediados de marzo, el número de pacientes con quemaduras relacionadas con los ataques que llegan al hospital Nasser ha aumentado cinco veces, de cinco al día a 20, según Médicos Sin Fronteras. Las quemaduras también son más grandes, cubriendo hasta el 40% del cuerpo de los pacientes.

el jueves se acabó la harina en Gaza y cerraron comedores masivos: se agotaron suministros.