Es posible sostener que ha comenzado la carrera presidencial 2025 y, en consecuencia, podemos conocer algunas propuestas de los distintos sectores que aspiran a llegar a La Moneda.
Desde ya es interesante ahondar en algunas propuestas justas y necesarias, como la reducción del déficit fiscal en USD $6.000 millones de Evelyn Matthei, o el fin de las contribuciones de la vivienda principal que ha hecho resurgir José Antonio Kast.
Estas propuestas cobran especial relevancia, toda vez que, cuando el Estado se endeuda -como lo está haciendo hoy-, aumenta proporcionalmente la presión por subir impuestos y recaudar más a costa del bolsillo de los chilenos, tal y como ha sucedido bajo este gobierno con la campaña del Ministro Marcel por disminuir la evasión fiscal a todo evento, sin cuestionar si los impuestos establecidos son adecuados o no.
Por otro lado, las contribuciones o impuesto territorial, es un impuesto patrimonial que afecta a las personas por el sólo hecho de ser dueñas del hogar en el que viven y que hacen del propietario un verdadero arrendatario del Estado. Es, por tanto, un impuesto injusto que merece ser eliminado de nuestro sistema tributario.
Si bien el diagnóstico es el correcto, la indeterminación de la manera en que dichas propuestas serán llevadas a cabo es preocupante. Recordemos la segunda campaña presidencial de Michelle Bachelet, en la que el desfile de eslóganes fue seguido por propuestas mal pensadas, pobremente implementadas y cuyos resultados fueron opuestos a lo originalmente prometido.
Ejemplo de ello es la reforma tributaria de 2014 que hizo disminuir la recaudación -y de paso nos condenó a la mediocridad económica- o la reforma escolar que eliminó el mérito y el esfuerzo como mecanismos de movilidad social.
Además, a pesar de que las propuestas de ambos candidatos son acertadas, aún no han explicado cómo se relacionarán con otro problema inminente: el déficit estructural del Estado. Sólo en 2024, el Estado chileno tuvo un déficit de cerca de USD $8.800 millones que fueron suplidos con deuda por medio de la venta de bonos del Fisco, que deberán ser pagados a futuro.
De esta manera, a Matthei le faltaría un recorte adicional de USD $2.800 millones para que los ingresos del Estado sean capaces de cubrir los gastos; mientras que Kast deberá realizar recortes en el gobierno central de cerca de USD $9.180 millones si desea abordar simultáneamente las contribuciones (todas las contribuciones, no sólo la primera vivienda) y el déficit.
Para poner estas cifras en perspectiva, el déficit 2024 equivale a más de todo el presupuesto 2024 de los Ministerios de Vivienda y Urbanismo, del Interior y de Seguridad Pública juntos. Por su parte, Kast deberá realizar un recorte equivalente al presupuesto de esos ministerios más el de Cultura, aproximadamente.