En su interesante charla anual el prestigioso catedrático y orientador español, Enrique Cueto Sierra, radicado en nuestro país y ya fallecido, aseguraba: Una red de apoyo social fuerte, basada en relaciones saludables, aumenta considerablemente la probabilidad de vivir más, con fuerza, optimismo, serenidad y confianza.
Queridos amigos lectores, se sabe que estar rodeados de seres humanos leales, afectivos y cercanos es esencial cuando se padece un Cáncer u otra enfermedad que provoca grandes trastornos emocionales tanto a hombres, mujeres y niños.
Una amistad sanadora la necesitamos todos en algún momento complicado. Que bendición es tener cerca a alguien que ofrece desinteresadamente ayuda y además emite opiniones constructivas, sin insistir en imponer su propio criterio. Escuchan con solidaridad y no juzgan, tienen la disposición de valorar, admirar todo esfuerzo, además de consolar en silencio, cada vez que las emociones desbordan a una amiga o amigo que necesita con urgencia ser contenido.
Un amigo sanador actúa con rectitud cuando está a solas contigo y de igual forma en presencia de terceros. Aun si desaprueba tus decisiones, procurará siempre tener tacto respetando tus sentimientos.
Si te encuentras enfermo, tu amigo orará por ti, estará alerta en cualquier instante que lo necesites, sin dedicarse a hablar a tus espaldas, por el contrario, evitará compartir lo que estás transitando si tu has decidido no hacerlo.
Un amigo sanador, te hace sentir valioso, necesitado, ayudando con esta actitud a que tu estado anímico y corporal se eleve positivamente. Es sabido que, con las relaciones de apoyo, se lidia con mayor facilidad frente el estrés ya que estar conectados fuertemente, provoca un armónico contagio emocional.
Es tan importante frecuentar a personas felices, tranquilas de alma, agradecidas de la vida, constructoras de puentes, envueltas de paz y muy buenas vibras iluminadoras.
Recordemos que nunca es tarde para tener buenos, comprometidos y sanos amigos, seguramente nosotros haremos lo mismo con aquellos que nos busquen, para entregarles a manos llenas nuestro corazón dispuesto y los brazos abiertos.