En este mes de conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la lucha contra la violencia, la discriminación y la desigualdad estructural provocada por el poder hegemónico hetero-patriarcal, parece ser una cuestión cada vez más comprendida por la comunidad y en el caso de la justicia la incorporación de perspectiva de género resulta cada vez más aceptada entre los operadores del sistema de justicia, no obstante persistir cierta resistencia sobre todo en operadores más alejados de los escasos centros de pensamiento crítico.
Por eso resulta interesante la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Angulo Losada VS. Bolivia de 18 de noviembre de 2022, o también llamado caso Brisa, por cuanto da un nuevo impulso epistémico a la incorporación de la perspectiva de género en la justicia.
En este caso sobre una niña que fue violada y violentada por su primo adulto durante medio año, la Corte realiza un punto de inflexión desde que, en 2006, dictó sentencia en el caso Penal Miguel Castro VS. Perú y con la jurisprudencia que le sigue, donde siempre favoreció el acceso a la justicia de las mujeres, la erradicación de la violencia y el deber reforzado de los Estados, además de las reparaciones. En el caso Brisa, se sigue esta línea jurisprudencial, pero se releva de manera ostensible la ausencia de consentimiento más que la fuerza como constitutiva de la acción de violación y que esta conducta además de constituir un atentado a la libertad sexual de la mujer configura una acción discriminatoria grave originada en los estereotipos de género dominantes y a veces propiciados omisivamente por los Estados.
En este sentido la sentencia se aproxima a la tesis sostenida por la antropóloga Rita Segato donde aborda la violación como una práctica con una fuerte dimensión intersubjetiva que se perpetra como muestra de fuerza y virilidad entre los pares, independiente de si es grupal o no, donde la dimensión de dominación es más relevante que la satisfacción de un deseo sexual, siendo una forma de disciplinar y castigar a los cuerpos femeninos o feminizados. De ahí la relevancia que la Corte ponga el acento en el deber de la erradicación de los estereotipos que promueven esta "cultura de la violación".
La Corte innova de manera interesante en las reparaciones con perspectiva de género ordenando que estas sean transformadoras para desmantelar la discriminación estructural contra las mujeres, ya no basta con que sean reparaciones restitutivas, sino sobre todo correctivas.
En definitiva, esta sentencia interpela a los Estados miembros a incorporar verdaderamente la perspectiva de género y el enfoque interseccional en la investigación y sanción de estos delitos, con la finalidad de evitar su reproducción en el futuro. La Corte exige una vocación transformadora al sistema de justicia penal y en el caso de la defensa debemos horadar la piedra patriarcal en nuestras intervenciones como nos lo recuerda la académica argentina Julieta Di Corleto.
Tres años de Gobierno en
la provincia de Chañaral
Las comunas de la provincia de Chañaral han cambiado su cara en los últimos años. Qué duda cabe. Con un borde costero más seguro y capitales comunales que cuentan, como referencia, con un nuevo edificio consistorial y un recién construido hospital comunitario, nadie puede desconocer los avances.
Hace pocos días atrás visitamos las impresionantes obras civiles, ubicadas a un costado de la carretera 5 norte - saliendo desde Chañaral a Antofagasta - que dan cuenta del término de la primera etapa de la construcción de las obras fluviales para el encausamiento del río Salado, que el estado impulsó, tras los fatídicos aluviones.
En esa visita, comentábamos que en marzo de 1972, el presidente Salvador Allende Gossens ya había comprometido la construcción de esas obras después del aluvión de febrero de ese año, no obstante el golpe cívico y militar, se encargó de olvidarlo para siempre en los oscuros archivos de esa época de nuestra historia. Lo mágico es que, no obstante esa historia, nosotros estábamos ahí, más de medio siglo después, comprobando que el sueño se hizo realidad.
Y así como ha sucedido con esa tremenda obra - que es visible para cualquier viajero de la ruta 5 norte - en los últimos años quienes habitamos y trabajamos en Chañaral, Barquito, el borde costero, El Salado, Diego de Almagro, Inca de Oro, El Salvador y la zona precordillerana, en estos últimos tres años del gobierno del presidente Gabriel Boric Font, hemos sido testigos de esa mejor vida que todos tenemos el derecho de vivir.
Ya sea a través de los avances que las leyes de las 40 horas, del Copago 0, de las deudas por pensiones alimenticias, del sueldo mínimo, del royalty minero, de la ley contra el acoso laboral - vertical y también horizontal - y de la recientemente aprobada reforma de pensiones, que aumentará considerablemente los ingresos a los adultos mayores que, hasta ahora reciben pensiones de miseria, pero que nadie había abordado en muchas décadas, como lo hicimos, en base a la convicción que no habría justicia social para nuestros abuelos, padres e incluso para nosotros mismos, si no insistíamos hasta el final.
Pero bueno, 3 años no es mucho ni poco. Depende de lo que se mire, como sucede con una fotografía.
En el corto plazo, me quedo con la foto de hoy. El de una provincia de Chañaral con hartos conversatorios, diálogos, plazas ciudadanas, mesas provinciales y todo aquello que signifique interactuar. Así, en los últimos #3AñosDeGobierno desde este gobierno provincial hemos apuntado a la convocatoria, al respeto, a la legitimidad de no estar de acuerdo, pero sobre todo a que no cesaremos en que los esfuerzos se traduzcan en hechos concretos, de beneficio colectivo.