Las autoridades de Kiev están trabajando a destajo en una misión delicada: desmentir toda la propaganda rusa hostil a Ucrania, amplificada ahora desde la misma administración de Estados Unidos, sin provocar el enfado del presidente Donald Trump.
Las cuentas y las páginas web del Centro contra la Desinformación de Ucrania refutan a diario mensajes lanzados directamente por el Kremlin o por figuras o cuentas anónimas afines en redes sociales sobre cuestiones como la supuesta ilegitimidad del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Estos mismos mensajes no sólo son compartidos en X por figuras clave de la administración Trump o de su entorno, como Elon Musk o el hijo del presidente, Donald Trump Jr. También son un elemento clave de la política oficial de EE.UU. hacia Ucrania.
El mejor ejemplo de esto es la idea de que Zelenski no tiene legitimidad como presidente de Ucrania, al no haber convocado elecciones al término de su primer mandato en mayo del año pasado.
Ignorando que la ley ucraniana prohíbe ir a las urnas mientras el país se encuentra bajo la ley marcial, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró en enero que Zelenski no tiene potestad para firmar ningún acuerdo de paz al no haber sometido su mandato a elecciones. El argumento pareció calar en la administración del presidente Trump, que ha apremiado repetidamente a Zelenski a convocar elecciones e incluso le llamó "dictador" esta misma semana.
El 4% de popularidad
En esa misma diatriba contra Zelenski, Trump repitió sin aclarar el origen de esa cifra que el presidente ucraniano tiene en su país un índice de popularidad ínfimo de 4%. Ninguna encuesta realizada en Ucrania sitúa el porcentaje de ucranianos que siguen confiando en Zelenski por debajo del 4%.
En un mensaje publicado en su red social a propósito de una corrección de esta cifra, Elon Musk afirmó que las 'notas de comunidad' con las que él mismo permitió a los usuarios denunciar falsedades en X están siendo manipuladas por "Gobiernos y medios de comunicación tradicionales".
El multimillonario -que defendió en EE.UU. que todo el voto fuera presencial para evitar fraudes- aprovechó para insistir en que Zelenski no convoca elecciones debido a su baja popularidad, sin tener en cuenta circunstancias que hacen particularmente difícil organizar unos comicios en Ucrania, como la necesidad de garantizar la seguridad de los votantes bajo la amenaza de ataques rusos y el derecho al sufragio de cientos de miles de soldados que mantienen el frente o de los millones de refugiados en otros países.
Precisamente a propósito de esa cifra del 4% vino la reacción más dura hasta la fecha de Zelenski a los constantes desaires de Trump. En una rueda de prensa celebrada el miércoles, Zelenski dijo que el infundio provenía de los rusos, y lamentó que Trump viva en el "espacio de desinformación" que trata de crear el Kremlin.
En respuesta a esa rueda de prensa, Trump tachó de "dictador" y de comediante mediocre a Zelenski y le acusó de querer prolongar la guerra para aprovecharse del dinero de Estados Unidos.
El vicepresidente estadounidense, JD Vance, explicó la lógica de la diatriba de Trump. "(Zelenski) está atacando a la única razón por la que su país existe, públicamente, ahora mismo. Es una desgracia", dijo Vance, dando a entender a los ucranianos que deben callar ante cualquier comentario de Trump si quieren seguir recibiendo algún tipo de apoyo.
Ni Zelenski ni ningún miembro de su administración han respondido directamente a este ataque.
