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Hay que ponerse a trabajar

Rodrigo Rojas Veas , Rector Santo Tomás Copiapó
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Uno de los factores básicos de la producción es el trabajo, el que comprende cualquier esfuerzo humano utilizado para producir bienes y servicios. Por tanto, el contar con una adecuada cantidad de trabajadores y su calificación para hacer el trabajo requerido son variables fundamentales para la localización de inversiones, el desarrollo de los sectores económicos y, consecuentemente, para el desarrollo social de una comunidad.

Como región hemos vivido distintos ciclos de nuestra economía, algunos expansivos caracterizados por un gran dinamismo, particularmente de la minería, en los que gran parte de los trabajadores ha provenido de otras regiones. Pero incluso en ciclos de menor actividad económica, este mismo fenómeno se reproduce. Esto ha sido endémicamente provocado por la insuficiente preparación de nuestra población en condiciones de trabajar, lo que ha originado la contradicción de que pese a existir más oportunidades de trabajo que en otras regiones, la tasa de desempleo sigue estando entre las más altas del país. En lo cotidiano, la creencia popular es que la gente que vive en otras regiones viene a trabajar acá y no deja nada en la región.

Más que una creencia, una queja permanente.

Como una confirmación de este fenómeno, recientemente, se han conocido los resultados de la encuesta nacional de demanda laboral del año 2023, ENADEL, la que muestra una serie de resultados sobre la demanda de ocupaciones de las empresas, el tipo de perfiles que requieren y las brechas que existen en nuestra región. El principal hallazgo es demoledor: el 74% de las empresas reportó que no pudo cubrir los cargos disponibles señalando como principal causa "la falta de competencias técnicas de los candidatos" seguida de la falta de experiencia mínima requerida. Pero, seamos claros: esto no es algo nuevo ni sorprende. Hace ya años que se constatan estas falencias sin que se aprecie la capacidad de modificar sustantivamente este marco de realidad que se repite crónicamente.

Se requiere un trabajo permanente entre autoridades, empresas e instituciones educacionales, tanto las escolares como las de Educación Superior, estableciendo instancias de trabajo que permitan coordinar esfuerzos y mejorar el impacto de las distintas iniciativas. Por otra parte, el acceso a la información oportuna sobre las inversiones proyectadas y la demanda de perfiles laborales que se requieren en los distintos sectores, resulta esencial para organizar la formación técnica y profesional que permita responder de manera oportuna y pertinente a la demanda.

Como Institución de Educación superior, Santo Tomás está prospectando las oportunidades que surgen en la región, las definiciones de la Estrategia de desarrollo regional y participando en todos los foros de colaboración público-privado, para así colaborar en la tarea de ofrecer más y mejores alternativas de desarrollo para quienes estudian con nosotros.

Permisología, Derecho y Cambio Cultural: Un triángulo necesario para el desarrollo ético y sostenible

Ver la permisología como la piedra angular para construir organizaciones sostenibles y éticas en un entorno cambiante y complejo, permite que el marco normativo se transforme en una ventaja y en un valor agregado. En lo cotidiano, la creencia popular es que la gente que vive en otras regiones viene a trabajar acá y no deja nada en la región. Daniela Rojas Escobar, Abogada, Directora secretaria Colegio de Abogados de Atacama
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En el mundo actual, la permisología -esa maraña de requisitos y permisos legales para operar- es vista muchas veces como un obstáculo tedioso en el camino de empresas y proyectos. Sin embargo, cuando la permisología se gestiona con ética y se considera como una parte integral de la operación, en lugar de una mera formalidad, puede convertirse en un pilar esencial para el desarrollo sostenible y ético de una organización. Este cumplimiento no solo debe partir de una obligación normativa, sino que debe enraizarse en la cultura organizacional como un compromiso que va más allá de los fines productivos. ¿Cómo logra una organización pasar de ver la permisología como un obstáculo a entenderla como una oportunidad para el cambio cultural?

Integrar la permisología dentro de la cultura organizacional, implica implementar una "cultura de cumplimiento", lo que requiere un cambio cultural que trascienda el simple cumplimiento de normas. Este cambio no ocurre de la noche a la mañana; implica rediseñar procesos, educar a los empleados y crear una conciencia interna sobre el valor de actuar con responsabilidad. Este cambio cultural hacia una organización que valore el cumplimiento y la ética puede ser complejo, pero también es una inversión a largo plazo que ofrece beneficios tangibles.

Ver la permisología como la piedra angular para construir organizaciones sostenibles y éticas en un entorno cambiante y complejo, permite que el marco normativo se transforme en una ventaja y en un valor agregado.

A medida que las empresas y organizaciones comienzan a entender el valor de una permisología bien gestionada, se vislumbra un futuro en el que el cumplimiento ya no es visto como un obstáculo, sino como un componente esencial para construir un entorno ético y sostenible.

La permisología no es solo una obligación; es una oportunidad para hacer las cosas bien, permitiendo a las organizaciones no solo protegerse de riesgos legales, sino también, construir una cultura sólida de transparencia, ética y responsabilidad.

Un aliado para la juventud y niñez

El deporte aleja de las drogas y otros flagelos. Por ello tener un torneo consolidado con 19 versiones es tan importante. Hoy es el tenis, pero mañana puede ser el hockey patín, el hockey sobre césped, el rugby, el karate, el ciclismo y otros los que pueden consolidarse con un torneo y un proceso a largo plazo.
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Ayer se realizó la ceremonia de premiación del torneo CET de tenis que reunió a más de 150 adolescentes, niñas y niños de la región en torno a una raqueta y a una pelota de tenis. La actividad estuvo llena de emociones y contó con la presencia del capitán de Chile en la Copa Davis y héroe olímpico, Nicolás Massú.

El CET se ha convertido en una tradición a nivel deportivo local. No cualquier instancia o actividad cumple su versión 19, lo que es una clara muestra de la constancia y compromiso de la organización para llevarlo adelante dando competencias y valores a miles durante estas décadas.

Es de suma importancia que este tipo de torneos trasciendan en el tiempo. La actividad deportiva es el mejor aliado para alejar a adolescentes, niñas y niños de flagelos como la droga y la obesidad.

Además se trata de una actividad distinta al fútbol, es decir es una tremenda alternativa a quienes no les gusta el llamado "deporte rey".

El torneo CET ha crecido al punto que este año rompió el récord de participantes con 151 que participaron en sectores tan diversos, lo que es de suma importancia porque es una instancia de integración territorial. Alto del Carmen y El Salvador pueden estar muy lejos geográficamente, pero estuvieron representados en torno a este torneo.

Es acá cuando decimos que la frase "a largo plazo" -tan importante en el deporte- se cumple con creces y con resultados muy positivos para el bien de la comunidad.

Hoy es el tenis, pero mañana puede ser el hockey patín, el hockey sobre césped, el rugby, el karate, el ciclismo y otros los que pueden consolidarse con un torneo a largo plazo para tener mucho más jóvenes cerca del deporte y lejos de los flagelos.