Nos encontramos en el mes de noviembre que es el mes de la adopción y cuando analizamos los procesos que ha vivido nuestro país en torno a esta materia, surgen preguntas respecto de cómo hemos avanzado y, por cierto, al hacer el análisis surgen siempre nuevos desafíos. El más importante que se puede visualizar hoy en día es el de agilizar los procesos del sistema de adopcion.
Los niños, niñas y adolescentes no pueden esperar. Hace algunos días el codirector del Centro Británico de Trauma, Earmon McCory, en una publicación de un medio escrito nacional, indicó que el abandono y maltrato a niños, niñas y adolescentes, produce cambios en su cerebro, los mantiene en hipervigilancia y eso significa que posterior al daño vivido, aun cuando estén en ambientes relativamente protegidos, una sonrisa, una simple expresión facial o una broma, puede ser para ellos una amenaza y tenemos el deber como Estado de mitigar esto.
La misión del Estado y la sociedad civil, en su conjunto, es proteger a los niños, niñas y adolescentes de posibles vulneraciones, reparar el daño causado y acompañar su trayectoria de vida y qué mejor forma de cumplir con esto, restituyendo el derecho a vivir en familia.
El Servicio de Protección Especializada a la Niñez y la Adolescencia, cumple un rol importante dentro de este proceso, en cuanto a la declaración de susceptibilidad de niños, niñas y adolescentes y el acompañamiento a las familias declaradas idóneas para adoptar. Así como también en la posibilidad que tienen las personas adoptadas a conocer su origen y completar su identidad.
Entendiendo el desafío de agilizar los procesos es que el ministerio de Desarrollo Social y Familia del cual depende nuestro Servicio y con un arduo trabajo liderado por la propia ministra Javiera Toro Caceres, ha instalado con grandes avances la discusión parlamentaria respecto de la reforma al sistema de adopción, concitando un apoyo transversal de parlamentarios, en particular, de la Comisión de Familia, Infancia y Adolescencia, del Senado, lo que da cuenta de que existe la voluntad política para avanzar.
Finalmente, la sociedad civil juega un rol fundamental y por eso la invitación es a atreverse a mirar la adopción desde el impacto positivo que puede generar en un niño, niña y adolescente y a las personas que tienen la curiosidad a atreverse a ser protagonistas de una entrega de amor infinita que puede cambiar vidas.
Grandes enólogos apuestan por vino en el desierto
Su inicio comienza con dos enólogos cambiando por unos días el valle de Maipo por el de Huasco, Alejandro Galaz y Felipe Tosso, emprenden camino a este proyecto ya imaginándose las variedades a plantar, llegan al lugar que les habría sido recomendado, ya que los olivos se daban en perfectas condiciones y considerando que esto es un muy buen presagio para la plantación de la vid llegan esa mañana y se encuentran con este valle que les muestra otra cara, ya que la temperatura era muy baja en pleno verano, en el mes de febrero, lugar que está entre 20 y 30 km del mar, con mucha camanchaca, lo que cambia de inmediato los planes que llevaban, y que las variedades a plantar ya no serían de clima cálido o templado serían de clima frío, apostaron por Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Syrah .
La solicitud al dueño del lugar era que tuvieran una calicata que básicamente es una excavación a una profundidad media o baja donde reconocer geotécnicamente el terreno y observar que tipo de suelo tiene y cuáles son sus componentes.
Claramente se encuentran con un suelo aluvial con algo de arcilla y mucha arena, pero se dan cuenta que también tiene otro componente que es de color blanco, lo que les hace presumir que podrían estar en frente de suelos calcáreos, ¿y si fuera así, estarían frente a un suelo bastante único en nuestro país?, se miraron con entusiasmo e incrédulos ya que en Chile predominan suelos aluviales, coluviales, arcilla y algo de granito. Si fuesen calcáreos, sería el mejor de los escenarios ya que estos suelos comúnmente dan los mejores vinos del mundo.
Después de una pequeña prueba y frente al resultado se dan cuenta que sí, son suelos calcáreos por lo que el equipo con mucho entusiasmo decide plantar y con ansias de ver buenos resultados.
Decidieron plantar Chardonnay, Sauvignon blanc, Pinot Noir y Syrah. Al segundo año, todas las plantas murieron, algo había en el suelo que hacía que las vides no pudieran aguantar, excepto entre el 2 a 3 % de la superficie sobrevivió, eso permite que al tercer año con lo que había quedado pudieran probar las uvas que resultaron tener un sabor único, radical de una excelente calidad, lo que los impulsa a seguir con el proyecto. Deciden hacer un nuevo estudio de suelo y el resultado fue presencia de sal, es más, había diez veces más sal de lo que la literatura dice que la vid puede soportar.
Frente a esta gran dificultad, se hacen asesorar con un especialista y llegan a una solución que tenía que ver directamente con el riego, lo que soluciona exitosamente el problema de tiempo en tiempo, por lo que se siguen probando nuevos métodos para solucionarlo definitivamente.
Este problema de alguna forma hace que los vinos tengan un carácter único, salinidad y una gran mineralidad. Reflejan fielmente nuestra tercera región con sus oscilaciones térmicas, suelos y clima, Actualmente ya cuentan con un lugar importante dentro de los vinos de gran calidad en el mundo. Están dentro de las nuevas tendencias donde no solo se describe como un gran vino sino una nueva experiencia.