La Contraloría emitió un instructivo a los municipios que, entre otros aspectos, busca que no contraten a artistas que hagan apología en sus canciones a droga y armas, materia que ha estado en la constante polémica en los últimos años dada la influencia de estos cantantes.

Las casas consistoriales de Atacama valoraron la iniciativa, aunque precisaron que la han implementado por mutuo propio, es decir esto ya sería una especie de sello en sus gestiones.

Por lo pronto, parece positivo marcar precedentes y señales para la comunidad, pero lo cierto es que siempre hay que ir al fondo de estos asuntos. ¿Realmente los artistas dejarán de escribir de estos temas porque los municipios no los contratarán?

Tomando como base que siempre es bueno marcar precedentes y dar señales, a veces esto es mal entendido como censura lo que puede provocar un efecto contrario especialmente cuando se trata de jóvenes y adolescentes que confunden conceptos como la rebeldía. Y es que los escenarios de festivales, conciertos y vendimias organizados por los municipios no son los únicos en el país, dado que hay otros espectáculos organizados de forma privada a los que no les importará mucho que hablen de droga y armas.

Junto con prohibir, debemos ser capaces de entrar a otras capas de la sociedad donde estos temas son populares y analizar si el detonante de la narcocultura es una canción o varias canciones, o son estas las que surgen a partir de modas entre adolescentes y jóvenes.

Hoy necesitamos generar lazos con ellos desde cualquier punto posible en un contexto que en el país no sabemos cuán profundo es el tema de la droga y las armas.

Actualmente, la amplitud de herramientas para tomar decisiones se ha transformado en algo más que beneficios, desafíos para conservar no solo planteamientos y metas, la dirección correcta sobre mantenerse activos y con óptimas finalidades.

El sello modernizador, es otra buena razón para saber actuar a tiempo, en lugar de esperar a que las propuestas den con el mejor método para la solución.

Hablamos de saber asociarnos con esta realidad, de igualarnos a los requerimientos, y promover activamente una mejor sintonía con distintas disciplinas.

Hoy, ni las distancias o el acceso a la información, son límites como se acostumbraba ser en otro escenario. El aprendizaje y producción, han mejorado con el fin de lograr mayor cobertura, incluso, para espacios remotos.

De esta característica ¿Podemos decir que estamos frente a una nueva actividad? ¿Cuán asimilado está nuestro entorno respecto a esta realidad? ¿Podríamos ya plantear que el aprendizaje asoma un nuevo tono?

Un notable cambio se asoma, con el fin de sostener la idea de que el fin y los medios para toda actividad. Finalmente priorizan la adaptación, actualización y transformación de las empresas.

Con esto, asimilar de buena forma los nuevos contratiempos, es otro objetivo a la vista. Por ejemplo, dos planteamientos se presentan, el de nuestra actividad, mejorando a partir de las características ya observadas. Y, el que sigue por adaptar resultados.

Previamente, la preparación concentra nuevos conocimientos, decisiones que escapan de la tradicional forma de organizarnos. Ya se habla sobre la rentabilidad que esto conlleva.

Así, entonces, las conclusiones se hacen más categóricas, es decir, mejorar nuestra organización, del que también tenemos retos que resolver. Sin duda, fomentando su normal desarrollo.

La finalidad de todo, sigue siendo el encontrar mejores y más productivas maneras de relacionarnos. Considerando el bien común, como apoyo en las nuevas ideas. Y, siempre conservando el bien cultural y social en la decisión política de fondo.