El olvido
Citando al poeta uruguayo Mario Benedetti comienzan estas líneas que pretenden hablar sobre el olvido. Yennifer Vallejos Meriño, Archivera en formación
"El olvido no es victoria/ sobre el mal ni sobre nada/ y si es la forma velada/ de burlarse de la historia/ para eso está la memoria/ que se abre de par en par/ en busca de algún lugar/ que devuelva lo perdido/ no olvida el que finge olvido/sino el que puede olvidar".
Citando al poeta uruguayo Mario Benedetti comienzan estas líneas que pretenden hablar sobre el olvido. "El olvido no es victoria" nos dice, claro que no, el paso del olvido es más bien un transitar hacia la indiferencia. Pero por qué hablar del olvido es tan pertinente en estos tiempos, pues simplemente porque esta práctica está azotando fuertemente nuestro territorio. En algún momento esto fue causal de broma o chiste en algunos entornos, normalizamos casi sin querer prácticas como; el no salir en el tiempo en la televisión, que no nos visiten espectáculos artístico-culturales, ni deportivos, entre otros. Esto se fue volviendo más doloroso cuando el olvido toca de frente el valor de la vida misma, la ausencia de especialistas médicos, la restricción de acceso a atención médica oportuna, el acceso a una vivienda y por supuesto que el olvido tocó de lleno el alma de la Educación Pública de Atacama.
Escuelas con baños sin puertas, baños clausurados, emisión de gases tóxicos, escuelas con cielos de asbesto, con plagas de baratas, ratones y palomas, camarines y duchas en mal estados, salas sin vidrios y algunas salas que albergan niños y niñas sin ventanas, escuelas que empezaron el año sin libros de clases, y una larga lista de condiciones habilitantes para un óptimo funcionamiento que no han sido garantizadas durante décadas. La razón está clara, es el olvido histórico que esta vez vulneró lo más sagrado de un territorio, el olvido se coló por sobre la necesidad y la vulnerabilidad de los más desposeídos, el olvido trepó por sobre la inocencia de los niños, niñas y jóvenes de Atacama y hoy gracias a una paralización de funciones de trabajadores de la Educación este olvido ha sido expuesto a un país entero.
Qué hacer con este olvido que avanza sin contemplaciones en Atacama, no ha bastado con las decenas de publicaciones en diarios capitalinos, los mismos que nos han olvidado siempre y que solo nos recuerdan cuando nos azota alguna calamidad. No basta con ser titular de noticieros en la televisión en horario prime. No basta con visitas de ilustres autoridades a nivel central. Nada basta, porque la sensación de olvido es tan profunda que nada parece llenar ese vacío tan colmado de penas y rabias históricas.
Apelar a la memoria resulta ser la solución, Benedetti en sus líneas nos dice que solo la memoria nos devolverá lo perdido, pero en Atacama hemos perdido tanto, que no habrá trabajo de memoria que devuelva el derecho perdido de miles de niños y niñas a educarse en escuelas que alberguen condiciones dignas para ellos y ellas. Porque han sido generaciones completas educadas bajo la indolencia del olvido sistemático, del Estado, de sus autoridades centrales y también las locales.
El olvido no puede ser victoria, claro que no…Memoria ábrete de par en par y busca aquel lugar que nos devuelva lo perdido.