Durante mucho tiempo hemos intentado recuperar la vitalidad, la salud y la esperanza de vida que tenemos cuando somos unos jóvenes quinceañeros. En la medida que pasan los años la capacidad de producción de energía a nivel celular acaba disminuyendo, repercutiendo de manera directa en la alteración de nuestra piel en la cual por ejemplo aparecen manchas, lunares o arrugas, junto con alteraciones en nuestros órganos vitales los cuales acumulan una gran cantidad de grasa lo que puede afectar el funcionamiento de riñones, hígado, cerebro y sistemas orgánicos como el cardiovascular el cual hace arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias) producto de la acumulación de material oxidado. Por lo anterior, las enfermedades suelen incrementar su incidencia en la medida que pasan los años. Se puede constatar que a mayor edad hay más probabilidades de que emerjan patologías como la hipertensión, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, la demencia y el cáncer, siendo esta última, la que más se relaciona con una mayor edad. Por lo tanto, el recuperar la juventud celular, no solo nos dará mayor vitalidad sin no que afectará la salud pública disminuyendo la aparición de la mayoría de las enfermedades crónicas de alta frecuencia.

Existen distintas teorías para explicar el proceso de envejecimiento, dentro de las más famosas se incluye la pérdida de la capacidad energética y funcional de la mitocondria por aumento de radicales libres que la dañan producto de su propio accionar metabólico. La otra teoría muy conocida es la de la pérdida de los telómeros, los telómeros son los extremos de pequeños programas de información en forma de ADN que se llaman cromosomas, habitualmente muchos de ellos tienen forma de una X, con el paso de los años los extremos de esa x acaban disminuyendo de tamaño y cuando este tamaño llega a un nivel crítico la célula inicia la activación de un proceso de autoeliminación que se denomina apoptosis. Lamentablemente las dos teorías anteriores no han conseguido mostrar una efectividad importante en la reducción del envejecimiento.

Afortunadamente en esta última década ha emergido una nueva teoría que está mostrando resultados efectivos y abriendo la posibilidad cierta tanto de estancar como revertir el proceso de envejecimiento, esta teoría científica representa un hito importante en la compresión de la mantención de nuestro material genético. En concreto la nueva teoría consiste en mantener en buen estado a aquellos agentes que regulan la posición de los interruptores que modulan la expresión del genoma (material genético), así entonces si nosotros mantenemos esos interruptores en su posición origina interrumpimos el envejecimiento y si restauramos su posición lo revertimos. Esto se le denomina técnicamente alteración epigenómica de los activadores de sirtuina y está teniendo resultados brutales demostrando mediante alteraciones genéticas de ratones que se puede acelerar o revertir el envejecimiento de ratones gemelos. Ya se poseen fármacos que favorecen su activación siendo uno de ellos derivados de la vitamina B3 junto con muchos otros agentes que podrían implicar una nueva era de prolongada juventud, vitalidad y salud.

Este viernes 20 de octubre en Chile arrancarán los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Santiago 2023, uno de los eventos deportivos más importantes organizados por el país desde hace más de 60 años, cuando fue el escenario del Mundial de Fútbol de 1962.

Las competencias polideportivas estarán concentradas principalmente en Santiago de Chile y el amplio despliegue de la organización ha estado acompañado de un gran interés por asistir a las competencias.

Para esta importante cita Chile debió ponerse a tono en cuanto a infraestructura deportiva, con el fin de ofrecer a los deportistas las condiciones necesarias para una competencia de primer nivel y con deportistas de alta competencia.

Este último punto hace reflexionar sobre las condiciones que el Estado de Chile y las distintas instituciones deportivas le entregan a los deportistas nacionales y a aquellos niños y jóvenes que se interesan por desarrollar una carrera en torno al deporte.

Todo lo que se debió construir e invertir, que en total sumarían más de 720 millones de dólares por parte del Estado, nos muestra que tan lejos estamos en infraestructura deportiva, pero también nos da cuenta de cuánto se requiere en implementación y en el fomento a la actividad deportiva a nivel país si lo que se quiere es llegar a los estándares internacionales.

En definitiva, estos Juegos Panamericanos se transforman en la vara perfecta para medir qué tan lejos estamos de contar con las condiciones necesarias para que nuestros deportistas se desarrollen de manera adecuada.

Si bien Chile es uno de los países más estables económicamente en el continente, en materia deportiva estamos muy al debe, algo que, sin embargo, se puede corregir con un trabajo serio público-privado que permita a futuro tener mejores resultados al nivel competitivo y que finalmente lleve a que más personas se interesen por la actividad deportiva, con todos los beneficios que esta reporta.

Sin duda el deporte nacional ha tenido avances, principalmente en infraestructura, pero también retrocesos, como el debilitamiento de los clubes de fútbol, por ejemplo.

Es importante hacer los análisis que se requieran y desarrollar planes de mediano y largo plazo que lleven al deporte chileno a un siguiente nivel.