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Impacto social y urbano marcan los cuatro años del "18-0"

COPIAPÓ. Advierten pocas iniciativas para recuperar espacios y desinterés político en jóvenes.
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Hoy se conmemoran exáctamente cuatro años del Estallido Social o 18-0, momento de la historia donde la población se alzó y demostró el malestar social de golpe.

Si bien el ex Presidente Sebastián Piñera lo llamó como "un golpe de Estado no tradicional", para la opinión de la mayoría ese malestar no tenía que ver con procesos de cambios de constitución o de estructura del poder ejecutivo, sino más bien de una seguidilla de necesidades que nunca fueron resueltas.

No obstante, en regiones de Chile el estallido comenzó el 19 de octubre, donde Atacama no fue la excepción.

Demandas sociales

Para Octavio Echeverría, sociólogo copiapino que vivió todo el proceso en octubre y noviembre del 2019, el descontento social se fue estructurando de a poco en Copiapó.

De acuerdo al experto, todo parte en marzo con las manifestaciones por el Rio Copiapó, donde vinieron de diferentes personas de varias partes de la región, luego continuó con un gran paro de profesores, entre los meses de julio y agosto, y finalmente hubo una conmemoración a lo que fue el paso de la caravana de la muerte el 17 de octubre. "Todos estos hechos en Atacama explotan el día después del 18-0, es decir, el 19 de octubre", afirma Echeverría.

"Hay que señalar además que la convocatoria masiva del 19 de octubre fue reprimida desde el inicio, lo cual fue una jugada que enardeció aún más la rabia y generó algo que no se veía hace mucho tiempo en Copiapó: hoguera en cada esquina de la Plaza de Armas de Copiapó", enfatizó el sociólogo.

Respecto al malestar de ese tiempo, Echeverría señalo a este diario que hubo grandes manifestaciones y se originaron cabildos ciudadanos a discutir de temáticas de la región y de problemáticas sociales a partir del malestar social, el cual iba creciendo tras una seguidilla de conflictos por movilizaciones sociales que parten desde el 2010 hasta el 2019. "Luego, viene el tema articulador de crear una nueva constitución, que debilitó los temas de fondo", indicó Echeverría.

"Hay que entender que el proceso de malestar no es un proceso de reconstitución, sino que de fragmentación y de oposición a todo lo que tenga que ver a lo político. El caso convenios últimamente, los casos de corrupción como Corpesca, SQM, son un vaivén de gobiernos que no han rendido frutos a las demandas que se exigían el 2019. Recordar también la cantidad de independientes del proceso constitucional anterior que, con el tiempo, se volvieron como los políticos anteriores. Esta desilusión generalizada y entendida por la gente, que no se considera ni de izquierda ni de derecha en estos días, es lo que originó que hoy se empiece a aceptar visiones extremistas y con los discursos más radicales par resolver problemáticas sociales", finalizó Echeverría.

Ni izquierda ni derecha

Mientras los adultos estaban disconforme a los procesos políticos, el descontento de los estudiantes fue aún mayor.

Asi lo hace entender la Dra. Carmen Burgos, directora del Instituto de Investigación de Ciencias Sociales y Educación IICSE de la Universidad de Atacama, quien vivio de cerca el proceso del 18-0 con los estudiantes de la casa de estudios.

"En Copiapó fue bastante álgido el estallido social de acuerdo a lo visto por mis estudiantes y por mi. Luego en el tema de la constitución, considero que hubo una baja en la motivación de los estudiantes de la UDA de participar en todo tipo de procesos democráticos. Hoy en día los estudiantes levantan la voz para temas como defensa del medio ambiente y derechos sociales, pero lo político está muy estereotipado y ningún estudiante se pone bajo una camiseta de un color político. Ellos quieren hacer un trabajo a nivel social y estar presentes en procesos de cambios, pero no quieren asignarse ni de izquierda ni de derecha", afirmó la docente de la UDA, quien en estos instantes se está especializando en España.

Asimismo, Burgos especificó que justo en esos años se estaba realizando una investigación con un grupo académico de Colombia sobre la participación política de los jóvenes en procesos democráticos en países de Latinoamérica, donde se avanzó en países como Venezuela, Colombia y Chile. En el levantamientos a través de estudios comparados, donde una de las tesis que se barajaron fue, precisamente, la poca motivación de jóvenes en la política. "Si bien la UDA está viendo programas para generar mayor interes político en estudiantes, este escenario lo veo muy marcado en los estudiantes", comentó Burgos.

Críticas administrativas

Si bien el fenómeno social del debilitamientode la política es un problema, hay otro problema que surge en Copiapó y es el tema de la inversión por la infraestructura pública de espacios para la ciudadanía.

Jaime Muñoz es un arquitecto y empresario local que ha trabajado gran parte de su vida en la capital regional y manifestó que a nivel administrativo "cada vez va en desmedro la inversión pública lo que es infraestructura de espacios públicos, sobre todo en Copiapó. Si bien antes del estallido social se produjeron daños en la región, el deterioro es una cosa paulatina que viene desde hace mucho antes".

Para el profesional las municipalidades hacen gestiones para adquirir programas, pero después reclaman que no llegan

"La convocatoria masiva del 19 de octubre fue reprimida desde el inicio, lo cual fue una jugada que enardeció aún más la rabia y generó algo que no se veía hace mucho tiempo en Copiapó".

Octavio Echeverría, Sociólogo local

"Si bien en Copiapó íbamos saliendo de un Parque Kaukari como proyecto insignia a nivel local, el estallido social llegó a opacar un poco más y detener cualquier obra que se estaba haciendo".

Jaime Muñoz, Arquitecto y empresario local