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La paz imposible

La de 2023 es una guerra poco común… si es que hay conflictos armados que sean comunes. Abraham Santibáñez, Premio Nacional de Periodismo 2015
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El despiadado ataque de Hamas en la madrugada del sábado 7 de octubre fue una sorpresa. El muy prestigioso servicio de inteligencia de Israel no fue capaz de prever una ofensiva por tierra, mar y aire que segó en pocas horas la vida de cientos de personas. El general retirado Yaakov Amidror, exconsejero de Seguridad Nacional israelí, sostuvo que fue "un enorme fracaso del sistema de inteligencia y del aparato militar".

Hubo quienes anticiparon lo ocurrido. No en la forma en que ocurrió sino como la inevitable conclusión de una larga política de hostigamiento. "Un error fatal", escribió el historiador israelí Jacob Talmon al primer ministro Begin, al referirse a la política de ocupación y a los asentamientos en Cisjordania y en Gaza. Premonitoriamente, tituló su misiva "La patria en peligro".

Eso fue hace más de 40 años.

La de 2023 es una guerra poco común… si es que hay conflictos armados que sean comunes.

Pese a sus raíces bíblicas, Israel es un estado moderno. Su actual adversario es un movimiento calificado como terrorista por Estados Unidos y sus aliados, cuya base de operaciones es Gaza, ciudad con una historia que se remonta al siglo XV antes de Cristo.

La fundación del Estado de Israel fue el resultado esperado de la decisión de la ONU del 29 de noviembre de 1947 de dividir el territorio de Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe.

El movimiento sionista con David Ben Gurión a la cabeza, pragmático, aceptó la resolución. Pero los árabes (palestinos y no palestinos) bajo un liderazgo más cerrad ideológicamente, no aceptaron la resolución que les daba también a ellos un estado. Era todo o nada. Desde entonces han estallado cuatro guerras "formales" e innumerables incidentes sangrientos. Algunos gobiernos han moderado sus acciones, pero no así los grupos extremistas.

Esta polarización hace que nadie se atreva ahora a pronosticar el resultado final ni la duración de los enfrentamientos. Paradojalmente, representantes del extremismo israelí -más allá de convocatoria a la unidad nacional- han reaccionado en términos que recuerdan las peores expresiones antisemitas. Se han emitido amenazas de exterminio contra los terroristas de Hamas con medidas extremas: "No se activará ni un solo interruptor eléctrico, ni un solo grifo se abrirá, y no entrará ni un solo camión de combustible hasta que los rehenes israelíes regresen a casa", proclamó el ministro de Energía, Israel Katz, en las redes sociales. Otras voces hablan de un "desastre humanitario".

Ni el tiempo ni las heridas han corregido el "error" que denunció Talmon en 1980.

Desarrollo desigual en las provincias

Es de suma importancia avanzar en infraestructura, por calidad de vida y para no perder oportunidades de progreso.
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Durante esta semana, en el marco de la X Semana de la Construcción de Atacama "Desafíos para un Desarrollo Sostenible", fue presentado el Índice de Soporte de la Infraestructura Territorial (ISIT) que mostró una radiografía de las tres provincias de Atacama en seis dimensiones.

Se trata de un insumo que, sin duda, viene a ser un aporte en varios ámbitos y que muestra la realidad con la que se vive a nivel local.

Podemos decir que aporta mucho a nivel estadístico en una región, donde el detalle falta. El desempleo, por ejemplo, mide las provincias de Huasco y Copiapó, dejando fuera a la de Chañaral, mientras que encontrar cifras de otros ítems importantes para la región es imposible.

En cuanto al detalle, se puede decir que los indicadores son dispersos y en lo general negativos, especialmente para la provincia chañaralina.

En general, Vialidad, Agua y Resiliencia se movió entre nivel bajo y medio bajo en las tres provincias. Lo bueno es que en el caso del Agua, el estudio no contempló el ingreso de funcionamiento de la desaladora, mientras que en Vialidad se muestran deficiencias esperables dado los problemas de conexión a nivel local y donde proyectos como la doble vía Caldera-Antofagasta, sigue sin poder licitarse pese a que en 2014 fue declarado proyecto de alto interés público por parte del MOP, lo que daba el mayor rango de prioridad para licitarlo.

En Resiliencia los desastres siguen marcando aspectos negativos a nivel local, especialmente en Huasco y Chañaral que siguen teniendo zonas de alto riesgo.

Telecomunicaciones terminó siendo el mejor ejemplo del centralismo, dado que solamente Copiapó tuvo un nivel alto, aunque claramente la red en la capital regional no es la mejor con puntos como los sectores altos, donde es muy mala la señal en celulares.

Es de suma importancia contar con una infraestructura adecuada, no solamente por la calidad de vida de las personas, sino que para en el futuro tener más oportunidades de desarrollo. Hoy en medio del boom del hidrógeno verde, Punta Arenas presenta problemas por falta de infraestructura y con ello puede quedar en entredicho el convertirse en un líder energético. Que no nos pase lo mismo en Atacama que tiene mucho potencial, pero que se puede quedar abajo por falta de infraestructura.

Desafíos tecnológicos de la descarbonización

Esta abierta contradicción, que impactará principalmente los tiempos de aprobación y puesta en marcha de los proyectos, plantea el análisis necesario a la programación de los tiempos de descarbonización de Chile. Luis P. Morales Vergara, Ingeniero, magister en ciencias tecnología e innovación
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Mientras Chile deja de ser el líder sudamericano en índices de innovación, en octubre 2023 encontramos el reporte del Banco Central sobre la caída del IMACEC de un 0,9% en agosto en comparación con igual mes del año anterior, en una contracción más alta que lo proyectado por los analistas que estimaban una baja de 0,2% situación que impacta en el deterioro del empleo. Producto del cambio climático, los nuevos acuerdos internacionales y la naciente reglamentación nacional, los distintos sectores productivos de Chile apuestan por la incorporación de tecnología sustentable que puedan dar continuidad a las operaciones en donde las comunidades - cada vez con más peso específico - tiene la llave de acceso a los territorios en donde se instalarán los nuevos proyectos.

Pero este cambio tecnológico y social también posee brechas por superar. De acuerdo con el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería ISCI de la Universidad de Chile, se advierte que las metas trazadas por la Política Energética Nacional y la Ley Marco de Cambio Climático, en alcanzar un 80% de energías renovables al 2030, y lograr un 100% de energía libre de emisiones al 2050, requerirá de un salto de casi cinco veces en la capacidad de generación estimada para 2030 de los sistemas de almacenamiento actualmente en desarrollo. Aquí, es donde aparecen como alternativa tecnológica los sistemas de almacenamiento de energía BESS como derivada de la pendiente inversión púbica en transmisión de energías que aqueja al país.

Sin embargo, la tecnología BESS requiere reducir incertidumbres en los procesos de evaluación ambiental ya que hoy son presentado al sistema con una solicitud de pertinencia, pero el ejecutivo prepara modificaciones reglamentarias que involucraría la presentación de un estudio de impacto ambiental para un sistema tecnológico que posee un área reducida para su operación. Esta abierta contradicción, que impactará principalmente los tiempos de aprobación y puesta en marcha de los proyectos, plantea el análisis necesario a la programación de los tiempos de descarbonización de Chile, lo cuales se suman a la paradoja del nuevo servicio de diversidad y áreas protegidas que duplica las funciones de fiscalización y pronunciamiento con más de 10 organismos públicos con competencias ambientales.