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"El cáncer no es un resfrío, acá en el Hospital de Copiapó toman el cáncer como un resfrío"

TESTIMONIO. Pamela Camblor, madre de joven de 16 años que falleció hace una semana de cáncer, contó cómo vivió la enfermedad de su hija y espera que ningún otro niño o niña tengan que morir esperando tratamiento.
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Una lamentable noticia recibió la región el fin de semana pasado con la muerte de Catalina, una joven de 16 años que en julio de este año fue diagnosticada de cáncer y falleció antes de poder recibir su tratamiento de quimioterapias.

Un caso conocido a través de Radio Nostálgica cuando su madre, Pamela Camblor, llamó a principios del mes de octubre emplazando a las autoridades por la falta de especialistas, ya que, su hija, operada el 25 de julio por tumores en uno de sus ovarios, estaba a la espera de la única médica oncóloga del hospital, que se encontraba con licencia médica, para que pudiese iniciar su tratamiento.

Una niña de solo 16 años que tenía toda una vida por delante, alegre, preocupada de su familia, en especial de los más pequeños. Compartía habitación con su abuela a quien cuidaba y de quien era muy cercana. Estaba en primero medio en el Liceo Belén y al salir del colegio su sueño era estudiar párvulo.

A pocos días de su muerte, su madre contó su historia y el dolor que hoy enfrenta la familia con la pérdida de Catalina, pero que sufren desde antes, cuando fue diagnosticada.

"Días antes del 25 de julio, yo llevé al servicio de urgencia a mi hija por un problema de dolor abdominal. La doctora que la recibió en el hospital ese día, le hizo exámenes de sangre y me dijo que los resultados habían salido alterados, en la resonancia aparecía que tenía un tumor", relató.

Producto de ello fue derivada al servicio de urgencia de ginecología del Hospital Regional de Copiapó, donde fue nuevamente revisada, esa vez con una eco para confirmar el diagnóstico, que lamentablemente resultó ser certero, por lo que fue derivada al oncólogo, quien fijó una fecha para operar a la menor.

"El doctor Cervantes la vio, me llama y me dice que la quería operar porque él iba a salir de vacaciones. Le hicieron la cirugía y después de la cirugía, en el test rápido de la biopsia, salió que era maligno, que tenía cáncer. La mandaron a biopsia, llegó el 25 de agosto y ahí el resultado. Me dieron hora para el 1 de septiembre y ahí el doctor me vuelve a decir que es cáncer y que la va a inscribir en el comité. El comité llegó con el resultado el 14 de septiembre y de ahí se suponía que tenía que ver a la doctora Bermúdez, que era la oncóloga que debía haberle hecho el tratamiento de quimioterapia, el cual no se lo hicieron", continuó la madre.

La espera del tratamiento de su hija la llevó incontables veces al hospital a solicitar respuesta y explicación por el atraso. "Subí a hablar a la dirección, la secretaria empezó a ver qué pasaba con el caso de mi hija. Le dijeron que la doctora Bermúdez había salido con licencia. Mi hija siguió esperando".

Tras la espera decidió llevar a su hija de forma particular con un especialista que confirmó la aparición de más tumores en los ovarios, por lo que el médico decidió hospitalizarla de emergencia para realizar una serie de exámenes.

"Ese día viernes le pudieron hacer solamente la resonancia porque el hospital había estado de aniversario y los funcionarios se habían ido de paseo y no le pudieron hacer la eco doppler, se la hicieron el lunes siguiente. El doctor esa semana gestionó el traslado a Antofagasta, pero me decían que no había respuesta", añadió.

Es por ello, que Pamela comenzó a llamar a parientes y ver la posibilidad de conseguir una hora médica en Antofagasta para el tratamiento de su hija, la que finalmente pudo conseguir y de esa forma Catalina pudo viajar con la esperanza de mejorar de la enfermedad.

"Mi hermana la acompañó porque Catalina decidió que la acompañara a su tía para que yo pudiera quedarme con su

"Nosotros acá en Atacama no queremos que haya más Catalina. En la actualidad necesitamos un Centro Oncológico para que a ninguna persona le vuelva a pasar lo mismo"

Pamela Camblor, mamá de Catalina