Cada semana es posible ver en distintos puntos de Copiapó contenedores de vidrio, que forman parte de la red de reciclaje de la comuna, con elementos dispuestos en su alrededor. El colapso motiva a dejar a las personas más vidrios, lo que termina convirtiéndose en un exabrupto para los planes que apuntan a proteger el medioambiente.

Sin embargo, si se viera parte del vaso medio lleno, se podría decir que -al menos- está sobrando que faltando y eso tiene relación con que las personas ya miran estos puntos como parte de su vida diaria y los ocupan aunque claramente con excesos.

Esto nos lleva a tener una mirada más optimista en medio de cifras que son muy negativas para el país. El pasado domingo 15 de mayo Chile otra vez vivió un sobregiro ecológico y de forma anticipada con peores datos respecto a 2022, dado que ese año el sobregiro fue un 17 de mayo.

No parece haber conciencia en torno a los cuidados que debemos tener como sociedad respecto a los recursos naturales y la huella ecológica dado que con este sobregiro, ya sobrepasamos los límites de lo que pueda regenerar la Tierra durante un año.

Hay responsabilidades compartidas. Por una parte, los sistemas de reciclaje siguen siendo muy acotados, de hecho los contenedores de vidrio de Copiapó son los más connotados, dado que el resto de los desechos van a parar a los receptáculos o bien son dejados afueras de las viviendas para que se las lleve el camión de la basura.

Por otra parte, la cultura de reciclaje es ínfima en la población. La organización de los desechos sigue siendo uniforme en la mayoría de los hogares con basura que no es separada, algo que a esta altura ya debería ser parte de las acciones diarias o al menos semanales. No es necesario tener un gran sistema para reciclar, de hecho antiguamente como el año 1000 en China y Japón, el papel ya utilizado era transformado en pulpa para hacer papel.

El aluvión que arrasó, en marzo de 2015, con las localidades de Diego de Almagro, El Salado y Chañaral dejó en evidencia la precaria infraestructura pública existente y, en particular, nuestra fragilidad ante una emergencia de esta naturaleza que, sin ir más lejos, ya nos había golpeado duramente hace poco más de 40 años antes, en 1972.

Por eso, resulta tremendamente importante que - tras varios años de espera - entre julio y septiembre de 2022, en los inicios de nuestro gobierno del presidente Gabriel Boric, se haya aprobado el proyecto y se destinen los recursos para su concreción. Gracias a ello, estamos a pocos meses del inicio de la construcción de las primeras obras fluviales y de control aluvional en el río Salado, que se erigirán en el entorno de su cauce, a la altura de la salida norte de Chañaral.

Esto será posible porque recién en julio del año pasado, la dirección de Obras Hidráulicas obtuvo la Resolución de Calificación Ambiental que le autorizó a intervenir los centros poblados de nuestra provincia que fueron afectados por el aluvión de 2015 y luego, en septiembre de 2022, recibió la Recomendación Favorable ó RS, que finalmente permitió iniciar un proceso de expropiación para este año.

Pero, ¿por qué se habla de expropiación?. Porque los estudios indican que, a lo menos, en el sector norte de Chañaral, los trabajos de la primera etapa deben considerar el inicio de la conducción aluvional o embudo que abarque un ancho de cauce del orden de los 90 metros, además de enrocados y pretiles en algunos puntos, lo que necesariamente va a considerar terrenos privados. Para ello, durante esta semana un grupo de tasadores ha recorrido esa zona de Chañaral, donde se estima en un centenar los lotes que deben intervenirse, con el fin de levantar la información necesaria que permita tasar esos territorios y para lo cual se disponen poco más de 2.904 millones de pesos.

En ese camino, desde la Delegación Presidencial de la provincia de Chañaral llamamos a toda la comunidad a informarse oportuna y verazmente, primero con el fin de contar con todos los antecedentes para la mejor toma de decisiones y segundo, porque de la agilidad de este inicial proceso de tasación y expropiación, dependerá que se cumpla con el cronograma que el ministerio de Obras Públicas que ya contempla la construcción de la primera obra para el segundo semestre de este año.

No vaya a ser que, por falta o distorsión de la información, tengamos que seguir esperando más tiempo para contar con las obras que requerimos y nos merecemos para vivir tranquilos ante eventos que ya sabemos, no son aislados.