El Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), estudio que se ha transformado en uno de los referentes para medir brechas entre comunas, reveló que Copiapó avanzó de nivel bajo a nivel medio bajo, mientras que Vallenar se estancó en nivel bajo, mientras que otras comunas como La Serena pasaron de tener medio alto a medio bajo.

El análisis realizado por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), viene a confirmar un tema advertido hace unos días en este mismo espacio respecto a las diferencias que hay cuando sigue patente el centralismo nacional y regional.

Y es que no es que Copiapó esté en niveles altos, sino que avanza un paso, a diferencia de otras capitales regionales que tienen mejores índices, lo que es un claro indicio de que la descentralización y desarrollo no está en la mejor forma.

En cuanto al centralismo regional, en este caso, entre Copiapó y Vallenar está más marcada respecto a este mismo estudio en 2021, mientras que otras comunas no fueron medidas pero seguramente se pueden tener indicadores parecidos.

Es posible que la pandemia haya aumentado brechas. Y claro las comunas comenzaron a cerrarse y encerrarse, atendiendo las urgencias y sanitizando las calles, perdiendo de vistas otros aspectos como áreas verdes, conectividad, vivienda y otras dimensiones que terminan resintiéndose.

Es función de las autoridades el usar estos datos y elaborar un diagnóstico más profundo que sume otros análisis, cifras y opiniones para que las comunas logren un desarrollo decente y que se condiga con la condición de ser una región que da parte del "sueldo de Chile".

Cuando ingresé a la universidad a principios de los años 2000, empecé a involucrarme en diversas actividades que abordaban la importancia de obtener "regalías" por la explotación de los minerales en Chile. Leí varios libros en los que destacados académicos hablaban sobre este tributo y, desde entonces, emprendí una misión para entender el tema y conocer lo que estaba sucediendo en otros países en relación a este impuesto. Me di cuenta de que en Chile, aunque la industria minera generaba empleo y dinamizaba la economía, no estaba retribuyendo adecuadamente a las regiones donde se establecía. Era algo así como: "que alguien que no conozco venga a mi casa, abra mi refrigerador y consuma todo lo que hay dentro, dejándome sin nada".

Con la aprobación de la propuesta de royalty por la Cámara alta la semana pasada, esta nueva ley permitirá una compensación justa por la explotación de los recursos naturales presentes en el territorio nacional, contribuyendo adecuadamente a la economía del país, independientemente de las fluctuaciones en los precios de los minerales. Un dato importante es que nuestra Región de Atacama, una región minera por historia y tradición, recibirá alrededor de $176.793.750.000 pesos chilenos a través del Fondo I. Este dinero se utilizará para distribuirse mediante el FNDR, y espero que se den prioridad a las ideas y proyectos presentados por la Universidad de Atacama, donde existen profesionales competentes para abordar los problemas que se presentan en la industria minera lo que se puede materializar a través de la creación un Centro de Investigación Minera de clase mundial.

De la misma forma, la comuna de Chañaral, degradada durante años por la contaminación de los relaves depositados en sus playas, podrá recibir unos 318 millones de pesos anuales a través del Fondo II de Equidad Territorial, mientras que Tierra Amarilla que será declarada oficialmente como "Comuna Minera", recibirá por medio del Fondo III 1.120 millones de pesos, lo que vendrá a reponer y compensar en algo las externalidades negativas de la actividad minera. En resumen, el royalty minero es una fuente importante de ingresos para los países productores de recursos minerales, ya que permite que el Estado pueda utilizar estos ingresos para financiar diversos proyectos e iniciativas en beneficio de la sociedad, permitiendo que los vecinos disfruten por primera vez de las riquezas que se obtienen desde sus territorios.