Correo
Día del Pisco
La denominación de origen e indicación geográfica de alimentos identifica un producto, como originario del país o de una región o localidad del territorio nacional, cuando la calidad, reputación u otra característica de este sea imputable fundamentalmente, a su origen geográfico, teniendo en consideración, además, otros factores que incidan en la caracterización de ese producto. Este sello de Origen es un programa impulsado en el país, por el Ministerio de Economía, en conjunto con el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). Su objetivo es impulsar la preservación y estímulo de formas particulares de manufactura y/o producción tradicional, a la vez de potenciar la unión en las comunidades territoriales de origen, favoreciendo el desarrollo económico de los pequeños productores a lo largo de nuestro país. Esta es una declaración que debe ser solicitada y autorizada con la inscripción en el registro o de la publicación del decreto supremo de la indicación geográfica o de la denominación de origen y que estará protegida resguardando en nuestro país este producto, siendo la duración de esta protección indefinida. Un ejemplo de producto con denominación de origen es el Pisco, donde su denominación queda reservada para el aguardiente producido y envasado, en unidades de consumo, en las Regiones de Atacama y Coquimbo, elaborado por destilación de vino genuino potable, proveniente de las variedades de vides que determine el reglamento, plantadas en dichas Regiones, establecida en la ley Nº 18.455 decreto Nº 521, de 1999, del Ministerio de Agricultura. La importancia de la denominación de Origen radica en que puede convertirse en un instrumento de desarrollo rural a través de valorar nuestros recursos endógenos, productos tradicionales y el conocimiento acumulado en la región, creando rutas turísticas que integren todos estos aspectos y generen empleo mejorando la calidad de vida y el respeto por el ambiente, la salud humana y animal.
Janet Cossio, académica de la carrera de Nutrición y Dietética UNAB
¡Pero si no llegaron de Marte, fueron elegidos!
Estimado director:
Aclaremos un punto...
Recordemos que los ex constituyentes, y los actuales consejeros, fueron elegidos por las chilenas y los chilenos, que se levantaron un día domingo, para votarlos y no llegaron solos, ni se auto-designaron, ni alguien los tocó con una varita mágica, ni salieron de una rifa...
Lo anterior es a raíz, que han aparecido muchos auto-declarados expertos políticos y afines, de todas las tendencias, opinando, criticando, culpando, subestimando, etcétera, ayer a los ex constituyentes y hoy a los nuevos consejeros, que palabras más, palabras menos, los hacen aparecer, literalmente, "Como que llegaron del planeta Marte", para redactar la nueva Constitución y se olvidan o se hacen los olvidadizos, por conveniencia, de que ayer los ex constituyentes y hoy los consejeros, fueron debidamente elegidos por las chilenas y los chilenos, según el escenario legal que nos rige y con la supervisión del SERVEL, otra cosa muy diferente, es que les guste o no, quienes salieron elegidos y descartados. Los consejeros no llegaron de Marte, fueron elegidos por la señora Juanita, el tío Rorro entre millones de personas más, el domingo 7 de mayo, el que los sigan ignorando, es seguir desconociendo la voluntad y las decisiones de las chilenas y de los chilenos, a quienes al parecer, solo los consideran importantes, antes de las elecciones, pero después, si los han visto, ni se acuerdan, y si pierden, los borran del mapa, y no es chiste... ¡Pero, si no llegaron de Marte, fueron elegidos!
Luis Soler
De la tolerancia a la aceptación
Señora director:
Tolerar no es lo mismo que aceptar. En lenguaje ontológico decimos que tolerar es rechazo postergado, lo que significa que, cuando tolero a alguien, estoy lleno de juicios negativos del otro y estos desencadenan emociones restrictivas, como rabia y frustración, y me controlo. Por el contrario, cuando acepto, ontológicamente, estoy dando cuenta que algo es, nada más. La diferencia es que las emociones que me genera la aceptación son expansivas y más relacionadas con la calma y la paz. Este tipo de emociones son claves para escucharnos, dialogar, acordar, empatizar, etc., acciones necesarias y claves para el desafío de construir la constitución que nuestro país necesita. La realidad es que tenemos un Comité de Expertos y un Consejo Constitucional democráticamente elegido. Salgamos de las conversaciones inoficiosas para centrarnos en el propósito de lograr una carta magna que convoque a una contundente mayoría. Dejémonos de tanto opinar, pasemos de la tolerancia a la aceptación y pongámonos a trabajar.
Pablo Fuenzalida, socio fundador de Dinámicas Humanas y DHumanLab
Derecho a la conectividad digital en la nueva Constitución
Estimado director:
Acabamos de elegir un nuevo Consejo Constitucional y pronto se iniciará el debate de los contenidos a incluir en la carta magna del país que, en definitiva, establece derechos y deberes tan sensibles como la necesaria conectividad digital para el desarrollo educacional.
La promoción y protección de los derechos digitales es indispensable para terminar con las brechas en el acceso a internet en zonas rurales que, apartadas de centros urbanos, sufren la migración del talento profesional de sus habitantes.
Para desenvolverse y participar de la sociedad digital se requiere acceso al ecosistema tecnológico como, por ejemplo, a la economía en red. Por ello es que las telecomunicaciones se consideran un bien de interés público.
Además, creo que los nuevos consejeros constituyentes deberían promover el acceso a internet, la protección de datos personales y establecer el derecho a la seguridad informática y confianza digital.
De esta forma, se asegurarán las condiciones para que todos tengan la posibilidad de ejercer sus derechos y garantías en los espacios digitales, incluso en los lugares más apartados de Chile, donde la educación online es un pilar para el desarrollo.
No son extrañas las evidencias que sustentan que mantener el talento en su territorio, como el que se encuentra entre microempresarios y emprendedores, potencia el surgimiento de localidades pequeñas y renuevan su imagen frente a la comunidad nacional.
Espero que esta vez se considere como imprescindible que el país tenga una red de servicios de telecomunicaciones en condiciones de calidad y velocidad adecuadas para el bien común de aquellos chilenos que necesitan capacitarse en la educación superior sin dejar sus lugares de origen.
José Tomás Cordero, vicerrector académico, Instituto Profesional IACC