Agencias
Quedan menos de 24 horas para la coronación del rey Carlos III en Londres y la ciudad está completamente transformada con carpas de seguidores que esperan verlo pasar, afiches del nuevo monarca y más de 30.000 policías desplegados en el dispositivo de seguridad para el evento al que acudirán numerosos mandatarios mundiales y que atraerá a cientos de miles de personas.
La Policía Metropolitana de Londres (Met) contará con la ayuda de centenares de agentes de otros cuerpos del Reino Unido para desplegar un plan análogo al que se puso en marcha durante el funeral de la reina Isabel II, en septiembre pasado y previamente en su Jubileo de Platino, en 2022.
Ambos "fueron un éxito y hemos aprendido de ellos", afirmó el comandante adjunto de la policía londinense, Ade Adelekan, que detalló que sus efectivos se han preparado "durante meses".
Tres días antes de la coronación, además, entró en vigor una nueva Ley de Orden Público que amplía los poderes de la policía británica ante protestas y manifestaciones.
La legislación establece penas de hasta seis meses de cárcel y multas ilimitadas para quien se encadene a objetos o edificios como medida de protesta y 12 meses para aquellos que "interfieran en infraestructuras clave como carreteras, aeropuertos y vías de tren".
Reconocimiento facial
La Met podría utilizar además tecnología de reconocimiento facial para vigilar a las masas durante la celebración e identificar a individuos potencialmente peligrosos.
"¿Por qué no deberíamos utilizar cuanta tecnología esté a nuestra disposición?", se preguntó Adelekan. "Queremos una coronación segura, así que las personas que están en búsqueda y captura, o que tienen una orden judicial, serán probablemente a las que incluyamos en nuestra lista de vigilancia".
Ayer las banderas británicas ya revestían las calles y comercios de Londres, los retratos del nuevo monarca dominaban los escaparates y los más devotos instalaron sus carpas en The Mall, la avenida que va del Palacio de Buckingham hasta la plaza de Trafalgar.
Ahora flanqueado por banderas Union Jack y de países de la Commonwealth, este emblemático paseo de pavimento rosado es una de las posiciones más codiciadas para aquellos que quieran admirar a los reyes Carlos III y Camila, puesto que por allí iniciarán su trayecto hacia la Abadía de Westminster (ida y vuelta), obligando a las masas a agolparse en dos escuetos kilómetros en lugar de los ocho de Isabel II en 1953.
La recta final de los preparativos va más allá del epicentro de la Abadía de Westminster, donde se celebrará la coronación ante 2.200 invitados -6.000 menos que en la de Isabel II-.
Música de película
En relación a la ceremonia, la coronación tendrá tintes cinematográficos no solo por su suntuosa puesta en escena, sino por la música de la Marcha de la Coronación, que el escocés Patrick Doyle, uno de los más aclamados compositores de bandas sonoras, elaboró para el evento.
Su relación con el monarca se remonta a hace 33 años, cuando el entonces príncipe de Gales le escribió una carta para felicitarlo por su trabajo en la película "Enrique V", contó a Efe.
"Tengo la sensación de que tiene un gran sentido romántico, por su amor por la música, las artes, y tiene un gusto ecléctico. Al ser coronado en este momento de su vida, debe echar la vista atrás y también hay reflexión", dijo.
Moda real
Respecto a las vestimentas que usarán Carlos y Camila, la Casa Real informó que el monarca llevará primero una túnica de terciopelo carmín, fabricada para Jorge VI en 1937 y a su salida se pondrá otra en seda morada con bordados en oro.
Se reutilizarán objetos históricos de la Colección Real empleados en coronaciones pasadas -las de Jorge IV, en 1821, Jorge V en 1911, Jorge VI en 1937 e Isabel II en 1953-, como las llamadas "vestiduras" -la Súper túnica, el Manto Imperial, el cinturón para la espada de coronación y el guante- que el soberano llevará cuando sea coronado por el arzobispo de Canterbury.
Desde el Palacio de Buckingham trascendió que durante el acto se colocará un anillo especial en el cuarto dedo del soberano, que simboliza que está "casado" con el pueblo y se entregará otro a Camila, quien escogió su propia corona, fabricada por la casa Garrard para la reina María, quien también fue reina consorte y coronada junto a Jorge V en 1911.
Según la Casa Real británica, en aras de la sostenibilidad, "es la primera vez en la historia reciente que se utilizará una corona ya existente para la coronación de una consorte en lugar de un nuevo encargo".
La corona fue modificada por el joyero real, con joyas adicionales que rendirán homenaje a la difunta Isabel II.