Rechazo a la reforma tributaria: ¿problema político o técnico?
Como es de público conocimiento, se ha rechazado la idea de legislar en torno a la Reforma Tributaria impulsada por el actual gobierno. Sin duda, ha sido un profundo golpe para el presidente Boric, toda vez que una parte importante de sus promesas de campaña, requieren del financiamiento que esta reforma iba a proveer.
Si bien hay un tema político profundo, es necesario reflexionar sobre los aspectos más técnicos de la reforma, para tratar de entender cómo estos conceptos se plasmaron en el debate político nacional.
En función de esto, y en mi opinión, primó un sentido político más que técnico, puesto que se desechó "la idea de legislar", vale decir, se cerró la puerta para cualquier debate o modificación de la reforma enviada, procedimiento que es vital en nuestra democracia. Sin ir más lejos, en las últimas reformas tributarias, tanto la de Piñera como la de Bachelet, el Legislativo realizó un intenso trabajo de análisis, modificación y mejoras de los proyectos originales. Lamentablemente, este proyecto no tuvo mucha oportunidad de debate.
Desde el punto de vista técnico, la reforma no potenciaba el crecimiento, prueba de ello era la propuesta de impuesto al stock de patrimonio, o impuesto a los súper ricos, que se habría transformado en un incentivo mayor para la salida de capitales del país. En esa misma línea, el aumento del impuesto global complementario para las rentas más altas, si bien parecía una medida efectiva, se estima que su impacto sería marginal respecto a la recaudación total. También fue un punto polémico la rebaja de los arriendos como gastos para efectos de determinar la base imponible, toda vez que eso obligaba a declarar los arriendos percibidos como ingresos, gravando a una parte de la clase media que ha visto en la inversión inmobiliaria una alternativa para mejorar su situación económica.
A pesar de que esta reforma pretendía equilibrar los tributos nacionales respecto al resto de los países de OCDE, y con ello financiar un estado de bienestar similar a los países desarrollados, no se debe perder de vista que estamos en un país en vías de desarrollo, una economía emergente, por lo que, desde mi punto de vista, esta reforma, lejos de ayudar, habría generado una problemática mayor, disminuyendo la inversión y por ende la actividad económica nacional. A modo de ejemplo, se tiene la reforma implementada por Michelle Bachelet, la que finalmente recaudó mucho menos de lo planificado dada la contracción económica que provocó.
José Navarrete Oyarce, director Magíster en Tributación Universidad Andrés Bello
Un nuevo año escolar, una nueva oportunidad
Cada inicio del año escolar supone para los niños, niñas y adolescentes romper con el ritmo de las vacaciones. Una rutina que suele ser más relajada, con actividades al aire libre, horario flexible y, en ocasiones, con menos responsabilidades. En este escenario es altamente probable que sea todo un esfuerzo retomar las actividades escolares. Si bien no existe una receta infalible, sí podemos como adultos colaborar para que puedan retomar una rutina más exigente de mejor manera para su salud física y bienestar emocional.
Lo primero es sondear qué disposición han estado teniendo estos primeros días frente a un nuevo inicio de año escolar: ¿les gusta ir al colegio? ¿Se sienten bien y seguros/as estando ahí? Sabemos que la disposición es muy importante para conocer y aprender. Promover una disposición positiva, flexible y curiosa puede ser una manera adecuada de animarlos. Si, por el contrario, aparecen sus miedos, también es la oportunidad de enseñarles a gestionar esas emociones difíciles.
Otro elemento a considerar es que podemos contribuir a que tengan una mayor conciencia de lo importante que es llevar una vida equilibrada con horas de descanso, alimentación sana, actividades recreativas y momentos a solas como parte de una disciplina amable y con sentido.
Desde esta perspectiva, ordenar las horas de sueño es fundamental: los niños, niñas y adolescentes necesitan dormir cierto número de horas específicas de acuerdo a cada edad. La evidencia demuestra que durante el sueño el cerebro procesa lo aprendido en el día, reforzando incluso los aprendizajes. Apagar las pantallas más temprano, dos horas antes de irse a dormir, mejorará la calidad del sueño.
Retomar la rutina requiere un tiempo de transición que, progresivamente, instale las mejores condiciones para aprender. La clave del éxito está en nosotros, los adultos: en las acciones y en el discurso que realicemos.
Gilda Bilbao, Directora Programa de Formación Pedagógica, U. del Desarrollo