Correo
La madre de Fernanda
Señor director: La madre de Fernanda nunca asiste a las reuniones de apoderados. Tampoco responde a las comunicaciones que se le envían, ni a las citaciones a entrevista. Fernanda está presentando problemas de conducta en el último tiempo y ha bajado sus notas. Pareciera ser que a su madre esto le es indiferente, y el problema sólo se acrecienta a medida que pasan los días.
Pero, la verdad, es que a la madre de Fernanda no le es indiferente.
Le es imposible.
Como madre soltera de 3 hijos, sostenedora de su hogar, trabaja 8 horas diarias en un lugar al que debe viajar dos horas para llegar. En su caso, no puede apelar a la coparentalidad, porque el padre no existe. Tampoco puede acceder a mayor flexibilidad en su trabajo, ya que si se ausenta no hay quien la cubra.
La situación de la madre de Fernanda es más frecuente de lo que quisiéramos. En esta semana de conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, no nos olvidemos de ellas. De las que quieren estar, pero no pueden.
Bernardita Yuraszeck, presidenta del directorio Fundación Impulso Docente
El gobierno "feminista"
A un año del "gobierno feminista" era de esperar un trabajo focalizado en las mujeres, en sus necesidades, en sus problemas, en sus deseos y esperanzas. Sin embargo, la ministro que debería liderar la anunciada agenda integral, no evidencia una pauta de trabajo con los objetivos que debería promover y defender este llamado "gobierno feminista", en el cual el deber es responder a las diferentes urgencias: este año es el que se registró más violencia, enero de 2023 fue el más violento desde 2009, en donde casos que antes se consideraban como lesiones o amenazas, ahora se interpretan como intentos de asesinato, pero la ministro está focalizada en defender ideas que están fuera de su cartera, en cerrar convenios entre municipalidades y el sernamEG, desplazando la urgencia de la violencia, y como lo ha manifestado Orellana, está centrada en la comunicación y contención, cuando la urgencia es la prevención y solución a este grave problema, no queremos seguir conmemorando más tragedias los 8M.
Isidora Suárez Allendes, Mujeres Nuevas Generaciones UDI
Día Internacional de la Mujer
En el Día Internacional de la Mujer, quisiera resaltar la importancia de la participación de las mujeres en las áreas de innovación y ciencias en nuestro país. Que Chile se siga desarrollando en estos ámbitos, que son los que en el largo plazo permitirán impulsar el crecimiento desde una perspectiva diferenciadora y con valor agregado, en parte depende de que también se desarrolle y se aborde el interés de las niñas en la ciencia y la tecnología, desde la educación temprana.
Según datos de la UNESCO, hoy solo el 30% de las investigadoras son mujeres. Por su parte, en Chile representan solo el 34% de las personas con doctorado que investigan en universidades, según el estudio Radiografía de Género impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en 2022. Pasamos por un momento en el que se ha acrecentado la necesidad de romper las brechas de género, y para ello, uno de los caminos que se deben tomar es partir por, desde temprana edad, hacernos cargo de esas niñas que muestran interés por la ciencia. Aquí la escuela tiene una gran responsabilidad, sin embargo, también existen actores claves como las universidades o municipios que pueden ofrecer infraestructura y actividades que potencien la educación STEM en la comunidad.
Hemos sido testigos de que cada vez surgen problemas más complejos por resolver en el mundo, y que para solucionarlos es necesaria una intervención científica o tecnológica -como el caso del Covid-19 por ejemplo. En este sentido, proveer de una educación con igualdad de género que entregue exactamente las mismas oportunidades, permitirá que los grandes problemas del mundo, sean resueltos por hombres y por mujeres.
Isabel Loncomil, profesora y cofundadora de LIRMI
La mujer migrante
Ser migrante es equivalente a ser delincuente. No solo en Chile, sino que en el mundo globalizado. Los medios de comunicación y discursos de autoridades condicionan una opinión pública desfavorable hacia la migración, asociándola a la ilegalidad, a la inseguridad, a la extranjereidad. Así, se generan las condiciones para que la ciudadanía exprese lo peor de sí a través de las redes sociales e incluso, en ocasiones de gran descontento social, en violentas manifestaciones antimigrantes.
Las mujeres migrantes enfrentan esta opresión en una lucha cuerpo a cuerpo y deciden seguir adelante con sus proyectos migratorios, por la sobrevivencia propia y la de sus familias. Entendemos esta opresión como racismo, cuyo fin es sacar fuera del grupo "mayoritario" (o dominante), fuera de la norma, fuera de lo humano a personas racializadas, es decir, sometidas a un proceso de jerarquización de las poblaciones, que permite situarlas, nombrarlas, etiquetarlas o aplicar políticas focalizadas en ellas. En el caso de las mujeres migrantes, el racismo permite calificarlas como "quita maridos", prostitutas, "malas madres", e incluso buenas para la limpieza o para cocinar, porque también estamos ante una opresión capitalista que va de la mano y se reproduce en base a la estructura patriarcal.
El cuerpo migrante es un "cuerpo para el capitalismo", una "fuerza de trabajo explotable y disponible" señalan Tijoux y Riveros (2019) para enfatizar que en los cuerpos se inscriben los estigmas y, al mismo tiempo, el cuerpo es el soporte de las experiencias. Los cuerpos de mujeres migrantes están expuestos al abuso, a la explotación, al trabajo informal, a la violencia, al riesgo, al abandono y también a la opresión machista. Para muchas mujeres migrar es una decisión ante la violencia de género, la violencia económica, la ausencia de una paternidad responsable. E involucra a las hijas e hijos, tanto si se dejan en el país de origen, como si emprenden el viaje con ellos, porque en las sociedades contemporáneas, la sostenibilidad de la vida depende principalmente de ellas, quienes por mandato patriarcal han asumido las labores de reproducción social. Así, el cuidado de las familias queda a cargo de las mujeres y de aquellos cuerpos que asumen roles "femeninos".
Pero no se trata de cuerpos domésticos, sino de mujeres, niñas y disidencias migrantes que valientemente atraviesan fronteras, a pesar de todos los muros, zanjas y papeles. Y este 8 de marzo marcharemos con ellas y por ellas, para liberarnos juntas de todas las opresiones
Dra. Nanette Liberona Concha, académica de la Universidad de Tarapacá. Especializada en Relaciones Interétnicas y Migraciones