La delincuencia se ha transformado en la principal preocupación de la comunidad a propósito del alza de los delitos y el modus operandi más violento de delincuentes y bandas, pero lo cierto es que solamente se están cosechando años de gestiones débiles y acciones que permitieron controlar una criminalidad "normal" para el país, pero que en cualquier momento podía estallar con alzas desmedidas como ocurre actualmente.
Lo que se vive hoy no puede tomarse como un panorama particular, sino que como parte de falencias que estaban escondidas producto de la mala gestión de puntos claves y estructurales, que van desde la institucionalidad hasta la falta de gestión para mejorar a las policías en procedimientos y en controles administrativos a propósito del desfalco de miles de millones de pesos.
En lo institucional, las autoridades en general se dieron demasiada vuelta en imitar ejemplos de otros países. Hace ya años, más de una década, que Canadá se había convertido en un "faro" por sus índices delictuales. La paz que se vivía (y se vive) en el país de Norteamérica deslumbró a expertos, intendentes y alcaldes al punto que era posible ver un desfile de representantes canadienses por comunas.
Sin embargo, por ese entonces ya era posible advertir que era demasiado difícil replicar el modelo. Y es que canadienses planteaban que incluso se hacía un trabajo urbanístico que iba desde el uso de vegetación hasta la forma de construir barrios y edificios, algo que podemos mirar bien de lejos tomando en cuenta que ni siquiera hay una política urbanística uniforme a nivel país y menos con un estándar de un elevado nivel de calidad de vida. Menos si aún hay sectores de comunas de Atacama y el país, que ni siquiera tienen iluminación, o bien en sectores de la Región Metropolitana cuyas autopistas fueron construidas sin que se pensara que serían el sitio ideal para encerronas.
Así el país se fue dando vuelta en modelos extranjeros que hoy podrían haber ayudado de mejor forma para la seguridad de los barrios, pero que ya no fueron insertados en su totalidad y que, seguramente, no se insertarán.
Hace unos años no era importante, pero ahora con una criminalidad distinta y en alza comienza a notarse como una falencia estructural.