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América Latina: uno de cada tres mayores de 65 años no tiene ingresos

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó esta semana que el 34,5% de las personas mayores de 65 años no tiene ningún tipo de ingreso laboral ni pensiones en América Latina y el Caribe, una situación "de vulnerabilidad e inseguridad económica" agravada por la pandemia.

"La proporción de personas mayores sin ingreso laboral ni pensión aumentó de 31,9% en 2019 a 34,6% en 2020 y 34,5% en 2021. Esta brecha de cobertura es la más alta de toda la serie disponible desde el año 2012", señaló el nuevo informe publicado por la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe.

A nivel regional se observa que un 46,8% de los mayores de 65 años recibe solamente pensión, un 5,1% recibe ingreso laboral y pensión, mientras que 13,6 % reporta solo ingreso laboral, en total, solamente el 51,9% reciben una pensión.

Advirtió que la falta de recursos como ahorros u otras fuentes privadas y la disminución de la capacidad para generar ingresos laborales en edades avanzadas, puede llevar a situaciones de pobreza en la vejez.

"La pandemia visibilizó la importancia de los sistemas de protección social, entendidos como el conjunto de políticas y programas que garanticen una cobertura integral frente a los distintos riesgos sociales a lo largo del ciclo de vida", recoge este análisis de la OIT.

La organización afirmó en el informe "Panorama de la protección social" que la protección social es "fundamental" para fomentar la inclusión y cohesión social, la reducción de la pobreza y las disparidades sociales.

Recordó que el desempeño de los sistemas de protección social y sus desafíos se relacionan con una "triada de objetivos": cobertura, en relación a la cantidad de población alcanzada por la protección de riesgos sociales y acceso efectivo a prestaciones suficiencia, el nivel o cuantía de las prestaciones monetarias o en especie, y sostenibilidad, es decir, la capacidad relativa de una economía para afrontar los costos presentes y futuros de un sistema de protección social.

En este sentido, la OIT registró que la cobertura contributiva se redujo 0,4% entre 2019 y 2021, pasando del 47,4% al 47% de la fuerza de trabajo ocupada.

"La caída en el nivel de cotizantes para el año 2020 representa un retroceso de 7 años y, pese a la recuperación, los niveles de 2021 son similares a los del 2018", indicó.

El nuevo documento incluye los 10 desafíos para la consolidación de sistemas de protección social para la población mayor, entre los que se encuentran recuperar el crecimiento económico, aumentar el empleo formal y el espacio fiscal; consolidar regímenes contributivos que aseguren prestaciones suficientes y sostenibles; afianzar regímenes no contributivos financiados con recursos de rentas generales; establecer adecuados mecanismos de actualización del valor de las prestaciones en respuesta a la inflación de cada país e incorporar mecanismos de financiamiento solidarios.

la protección social ha retrocedido 7 años.

¿Tiene la propina los días contados en Estados Unidos?

En el distrito donde se localiza la capital del país norteamericano entrará en vigor el 1 de enero de 2023 la iniciativa 82, que elimina el aporte extra del cliente a los garzones, traspasándolo de manera gradual al empleador hasta 2027.
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"Tu trabajo debería ser juzgado por tu jefe, no por un extraño", cuenta Adam Eidinger. Tras varios años como mesero, comienza a vislumbrar lo que muchos trabajadores del gremio ansían en Estados Unidos: la posibilidad de no depender de las propinas.

El distrito de Columbia, donde se localiza Washington, la capital de Estados Unidos, podría despojarse de la cultura de la propina muy arraigada en el país tras un referéndum en el que el 74% de los votantes aprobaron que los garzones tengan un salario mínimo sin necesidad del dinero extra que aporta el cliente.

Sin embargo, la llamada iniciativa 82, que todavía no ha entrado en vigor, también ha causado revuelo entre los dueños de restaurantes, quienes no ven "ningún sentido" a la propuesta.

La medida entrará en vigor el 1 de enero de 2023, estableciendo una retribución de 6 dólares por hora el primer año y un aumento gradual hasta llegar al salario mínimo en 2027, aunque antes debe ser revisada por la Asamblea Legislativa del Distrito de Columbia.

En caso de implementarse, este territorio se sumaría a Alaska, California, Minesota, Montana, Nevada, Oregón y el estado de Washington, donde las propinas ya no vienen como una exigencia por defecto.

Tras trabajar en la industria de la gastronomía y vivir de primera mano los entresijos del sistema de las propinas, Eidinger decidió abogar por los derechos de los trabajadores y convertirse en uno de los impulsores de la iniciativa 82.

Discriminación

Durante su etapa como mesero, Eidinger vio cómo el sistema de propinas era "confuso" y daba pie al "robo del salario", así como a la discriminación de mujeres y trabajadores "no blancos" al recibir menos propinas que los blancos. "Tu trabajo debería ser juzgado por tu jefe, no por un extraño que te juzga por tu apariencia", reivindica a Efe Eidinger.

La iniciativa ha contado con el apoyo de grupos como Restaurant Opportunities Centers United (ROC-DC), cuya organizadora principal, Sophie Miyoshi, cree que permitirá a los empleados sortear el "acoso de algunos clientes", además de revertir el que considera el principal problema del sistema: la "extrema" dificultad para controlar a dónde va a parar finalmente el dinero de las propinas.

En la era de las transacciones digitales, la "mayoría de pagos se hacen mediante tarjeta de crédito", por lo que los trabajadores reciben sus propinas a final de mes junto a su sueldo, explica Miyoshi: "Hay poca por no decir cero transparencia frente a eso".

Algunos restaurantes de Washington ya han hecho campaña para que el proyecto no prospere y la Junta del Distrito de Columbia la revoque como hizo con la iniciativa 77, predecesora casi idéntica de la 82, en 2018.

No obstante, la vocera de Phil Mendelson, presidente de la Junta del Distrito de Columbia, dice que "no tiene intención de derogar la iniciativa".

También hay trabajadores que se posicionan en contra. Los impulsores de la propuesta calculan que solo el 10% no da su apoyo, algo que ROC-DC achaca a la "desinformación" promovida por grupos de presión de la oposición.

La propina no se eliminaría, principalmente porque "es muy difícil deshacerse de ella" en Estados Unidos y aún tiene un "buen futuro" en el sistema estadounidense, predice Michael Lynn, profesor de Comportamiento del Consumidor y Marketing en la Escuela de Administración de la Universidad de Cornell.

¿aumenta el menú?

Los propietarios de establecimientos ya han advertido que deberán afrontar la posibilidad de que los clientes opten por aportar menos dinero extra o directamente no hacerlo, ya sea mediante la creación de una tasa de servicio o la subida de los precios del menú para así mantener a sus trabajadores.

Es el caso de la Taberna del Alabardero en D.C., cuyo mánager, José Ramón Pereira, calcula que la aplicación de esta iniciativa, a su juicio "populista" y "sin sentido", supondría 10% más de gastos. Por ese motivo, se plantean incorporar un 10% de tasa de servicio a la cuenta.

Las propinas que reciben los garzones en este restaurante en pleno centro de la ciudad representan el 95% de su salario, por lo que Pereira argumenta que "este tipo de negocio sería inviable" en Columbia.

"En ningún restaurante en D.C. que esté dentro de la ley, nadie gana menos del mínimo", recuerda Pereira, ya que actualmente la ley establece que si las propinas no permiten al trabajador llegar al sueldo mínimo, el propietario debe hacerse cargo de la diferencia. "Esto ya está cubierto, no tiene sentido alguno", añade.

El modelo

Por el contrario , el mánager del restaurante Mi Casita, Alberto Vázquez, ve adecuada la iniciativa como respuesta a la inflación, aunque alerta que estados adyacentes como Maryland y Virginia no se rigen por ello y piensa que "la mayoría de los empleados van a buscar trabajo en otros lados".

No existe solamente esa posibilidad, expone Lynn, que en el pasado fue garzón: "Los restaurantes la están teniendo difícil para que la gente vuelva a trabajar en ellos tras la pandemia".

Lynn argumenta que el salario "garantizado", junto a las largas jornadas que tienen que desempeñar los meseros, los ha forzado a mirar hacia otro lado y buscar empleo fuera de la industria de la hostelería, lo que se ha dado "en todo Estados Unidos" y arroja la duda sobre si este modelo competitivo es realmente el que tiene los días contados.

el tema de la propina no es nuevo en estados unidos, pero reflotará a contar del 1 de enero próximo.