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Navidad para celebrar en familia

El nacimiento del Niño Jesús nos recuerda que más valioso que entregar algo material, pero siempre será mejor recibir el cariño y afecto de los nuestros. Hoy vemos que cada vez dejamos de lado costumbres de antaño y nos aproximamos a una modernidad asfixiante, logramos entender que hay algunas tradiciones que nos unen y que se deben mantener.
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La Navidad es una de las tradiciones que se mantiene sin grandes variantes pese al paso de los años. Está arraigada en nuestra sociedad y por lo general la asociamos a la fecha en que podemos reunimos en una cena familiar o a beber chocolate caliente y compartir obsequios, con los que intentamos demostrar nuestro cariño a los seres queridos.

Aunque muchos lo vean como una efémeride comercial se sigue manteniendo un espíritu de estar en familia, con los más cercanos y sin importar el valor del obsequio que se recibirá, especialmente, entre los adultos, porque los niños confían en que el Viejito Pascuero les traerá regalos y su alegría contagiará a todo su entorno.

No son pocos quienes critican el excesivo consumismo de Navidad. En parte tienen razón, más ahora que las finanzas domésticas y del país aconsejan a no endeudarse o exagerar en gastos lujosos.

Pero quienes viven y vibran con esta fecha se esfuerzan para entregar alegría mediante un lindo obsequio y son esos gestos los que reconfortan y alientan a las familias.

Cuando hoy vemos que cada vez dejamos de lado costumbres de antaño y nos aproximamos a una modernidad imperante en el mundo, logramos entender que hay algunas tradiciones que nos unen y que se deben mantener. El ideal de tener una conducta distinta para esta celebración, ser tolerantes y sobre todo solidarios no se puede perder porque esa es la esencia de las sociedades y la modernidad sabe convivir bien con ella.

Los cristianos recuerdan que Dios envió a su Hijo al mundo y su nacimiento no fue entre sedas y oro, fue en medio de la humildad y el amor de una pequeña familia y de los pastores que los acompañaban.

Un sentido de humildad que emana de quien tiene el poder y plenipotencia para demostrar a su Creación su grandeza. Y ese mensaje es el que se debe rescatar porque mientras más cultivemos la humildad seremos mejores personas. Seremos capaces de comprender al prójimo y de ayudarlo.

La comunidad celebra, pero no debe olvidar que debemos seguir trabajando por quienes más necesitan de su apoyo.

Acuerdo por la paz para 2023

Jorge Fernández Herrera , Delegado presidencial regional (s), Rodrigo RojasVeas, Rector Santo Tomás Copiapó
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Estamos cerrando un año más y es la hora del habitual ejercicio de los balances y de los deseos para el año que se avecina. A riesgo de ser grandilocuente e incluso repetitivo en el uso de los adjetivos, tengo la convicción de que este 2022 cerrará como él o uno de los años más difíciles y tortuosos, no solo para nuestra región o el país, sino para el mundo. Al hecho de estar saliendo, con avances y retrocesos, de la catástrofe pandémica y cuando avizorábamos la luz al final del túnel, nos toca sufrir con los efectos de un conflicto bélico de alcances planetarios como es la guerra desatada por Rusia y su invasión a Ucrania. La inestabilidad provocada por este conflicto ha castigado a todo el orbe y como siempre nos toca constatar que sus consecuencias resultan ser más intensas para las personas más vulnerables, las que ven como se deteriora su calidad de vida y su acceso a bienes y servicios producto de decisiones y situaciones que ocurren a miles de kilómetros de distancia, una de las derivaciones no deseadas de la globalización y de la interdependencia.

En nuestra región, la constante parece ser la inestabilidad política y social que acecha al cono sur de nuestro continente. Miramos a Perú con su permanente crisis política, ahora exacerbada por un rocambolesco intento de autogolpe y observamos a nuestros vecinos argentinos con su rampante aumento de los niveles de pobreza y su perenne conflicto sociopolítico que ellos han denominado como "la grieta", símbolo de una división asumida como insalvable. Para Chile, el panorama no resulta ser particularmente auspicioso, aun cuando podamos asumir con optimismo el haber encauzado el proceso constitucional por vías institucionales, las que nos permiten procesar de manera ordenada la necesidad de dotarnos de una nueva carta magna y asumir así el contundente mensaje de los electores en el plebiscito del 4 de septiembre de este 2022.

Es en lo cotidiano en lo que aprecio se encuentra nuestra gran deuda y las mayores dudas respecto de nuestra capacidad de resolución visto lo enervado del debate que nos ofrecen los agentes políticos responsables de ella. Nos enfrentamos a panoramas poco alentadores en materias tan relevantes para el chileno/a medio, como lo son la seguridad ciudadana, el control de la inflación, la inversión, el crecimiento, la generación de empleo, el control de la inmigración, la recuperación de la Educación, la atención oportuna en salud. Temas de arrastre, varios de ellos, y otros que se han ido problematizando luego de decenios en que los dábamos por resueltos, confirmando que las fortalezas se deben cuidar como cimientos.

¿Una visión realista o negativa?... ¿una constatación de hechos o una apología del desastre? Usted dirá. Mi humilde deseo para el año 2023 es que haya paz para todos. Una paz que solo será posible si todos los hombres y mujeres de buena voluntad contribuyen para ella.


Sigamos construyendo una Atacama


más segura

Como Gobierno sabemos que el 2022 ha sido un año con muchos desafíos. Por ello, queremos decirle a todas y todos que nosotros estaremos firmes, con todas las herramientas que tenemos, trabajando para lograr que nuestra región y todo el país cuente con seguridad social, económica y ciudadana.

Sin duda este 2022 hemos avanzado. Hemos implementado el plan Chile apoya que ha permitido llegar con recursos a varias comunas para mejorar la calidad de vida de las y los vecinos de Atacama. Además, implementamos a partir del mes de septiembre el copago cero que ha beneficiado a más de 200 mil personas en la región, disminuyendo el gasto de quienes se atienden en la Red de salud pública y permitiéndoles ahorrar ese dinero para alivianar la carga económica de sus familias.

En materia de vivienda, hemos cumplido el sueño de la casa propia para decenas de atacameños, abriendo oportunidades para que puedan tener acceso a vivienda digna, con áreas de esparcimiento, integración social real y donde puedan vivir más seguros.

Hemos reforzado la labor policial entregando más herramientas a nuestras policías. Y hace unos días nuestro Presidente anunció el Plan Nacional para Combatir el Crimen Organizado y, prontamente, nosotros levantaremos en Atacama una mesa de trabajo con el fin de redoblar esfuerzos para que nuestra región cuente con la seguridad que tanto pide y necesita nuestra comunidad.

Hoy, además, apostamos por una reforma previsional que permita un aumento inmediato de la Pensión Garantizada Universal, con sistema mixto que dé dignidad a nuestros pensionados, entre otras iniciativas.

Se viene un año cargado de esperanza, donde como Gobierno mantenemos nuestro compromiso y liderazgo, con enfoque en brindar a las y los habitantes de nuestro país más oportunidades de trabajo, vivienda, salud y mayor seguridad. Y, por su puesto, deseamos que Atacama siga creciendo y desarrollándose junto a su gente, creando nuevos espacios de convergencia social, abriendo el diálogo, trabajando en todo el territorio con nuestros alcaldes, alcaldesas y la comunidad para lograrlo.

Un saludo a todas y todos quienes vivimos en la región de Atacama en este fin de año. Seguimos avanzando.