Correo
Nuevo récord
Estimado director:
Y ahora le robaron especies personales desde el interior de su auto al ministro de Hacienda, Mario Marcel...
La pregunta de la señora Juanita y del tío Rorro...
¿Y qué están esperando, qué le roben la bicicleta o la guitarra al presidente Boric?
Luis Soler
Las fortalezas del emprendimiento femenino
Cuando debatimos acerca del emprendimiento femenino, lo primero que se pone sobre la mesa son las enormes e históricas brechas existentes en comparación a los hombres, en materia de acceso a capacitación, a mayor digitalización, a financiamiento, entre otros aspectos.
La pandemia movió la brújula, y la situación de encierro llevó a más mujeres a emprender en comparación a tiempos "normales", donde la mayoría de los casos fue por subsistencia, reforzando así -a primera vista- la relación que tradicionalmente se hace entre el emprendimiento femenino y el emprendimiento por necesidad.
Sin embargo, en la mayoría de los análisis no se pone el foco en las fortalezas y los factores diferenciadores del emprendimiento femenino, porque lejos de una aproximación desde la carencia, ha sido posible evidenciar el enorme potencial que tienen las ideas que generen negocios impulsadas por mujeres, junto a las mayores habilidades blandas que poseen, que muchas veces son claves para el éxito.
En este sentido, el reciente estudio "Emprendimiento femenino: Una perspectiva de alto impacto basada en evidencia de Chile y Perú", publicado en julio de 2022 y elaborado por un grupo de investigadores donde participaron académicos de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica de Perú, muestra en sus resultados que existen patrones positivos en los emprendimiento de mujeres de ambos países, tales como la innovación, la alta calidad de los productos y la positiva actitud hacia sus labores, llegando a concluir que sus negocios tienden a crecer rápidamente y alcanzar niveles de rentabilidad superiores al promedio.
Por lo tanto, el desafío de política pública no solamente debe ser subsidiar, sino que también debe estar enfocado en potenciar aquellas características diferenciadoras propias de emprendimiento femenino, para transformarlo en un verdadero motor de la economía.
Gabriela Salvador, vicepresidenta de ChileConverge
Día Mundial de la Seguridad Informática
Este 30 de noviembre es el Día Mundial de la Seguridad Informática, y se da en un contexto extremadamente desafiante, no solo para las organizaciones, sino que también para miles de millones de usuarios. En Chile la situación no es distinta, y solo durante el último año, el 65% de las empresas del país reconoció haber sufrido algún ciberataque, de acuerdo con el reporte The State of Ransomware 2022 de Sophos.
La seguidilla de ciberataques de alta connotación pública conocidos en los últimos meses y la consolidación del Ransomware tienen una explicación: La ciberdelincuencia opera como un negocio convencional en el cual interactúan diferentes "stakeholders".
Es común observar en la "Deep Web" cómo diferentes actores del ciber crimen se relacionan: desde la venta de usuarios y contraseñas por los "Brokers de Acceso", hasta el acceso al ransomware más moderno y peligroso facilitado por los abonados de grupos de ransomware como servicio "Raas", pasando por ofertas de empleo para cibercriminales. En definitiva, esta "mercantilización" de casi todos los componentes de la cadena de ciberdelincuencia está afectando al panorama de amenazas y facillitando el camino para cualquier tipo de atacante, independiente de sus habilidades, según nuestro estudio The Threat Report 2023.
En el caso de Chile, la nueva Ley de Protección de Datos Personales es un avance, pero considerando que la informática no conoce fronteras y que la amenaza es global, se vuelve extremadamente necesario un cambio de paradigma total respecto de cómo usamos nuestros datos y nuestros dispositivos. A nivel de industria existen importantes adelantos para proteger los activos de las personas y organizaciones, pero el esfuerzo y la "cultura" de la seguridad es tarea de todos.
Juan Alejandro Aguirre
Pandemia y docencia
Hemos vuelto a la normalidad a un nuevo año presencial en la docencia. Este periodo ha permitido vislumbrar los resultados de estudiar durante la pandemia. En una investigación de campo, entre entrevistas y conversaciones durante el primer semestre, se logra apreciar que el conocimiento previo para algunas asignaturas ha sido al menos un 80% desfavorable, gran parte de los alumnos enuncia que "no aprendió nada" durante la pandemia. De alguna forma, las repetidas expresiones de desconocimiento hacen que el o la docente deba recurrir nivelar en las asignaturas más avanzadas, con la finalidad de poder cumplir los OA, y aunque ha sido un proceso desgastante, nos ha permitido como docentes visualizar algunas carencias que existen en la educación, desde el aprendizaje autónomo, hasta la motivación de estudiar desde el hogar.
Por una parte, en los alumnos de pregrado se presencia en cierta forma, la obligación de estudiar generada por sus padres o un adulto, pues el o la estudiante carece de motivación propia (es más bien una tarea impuesta). Mientras, los estudiantes más "adultos" muestran una responsabilidad mayor, lo que puede entenderse como la metamorfosis de un cambio de paradigma que les permite tomar control de sus decisiones.
También es importante considerar factores externos, por ejemplo, al estudiar desde casa - que se entiende como lugar de descanso - la simple definición de un lugar adecuado donde estudiar, es difícil, por lo que el no generar un ambiente correcto genera que los alumnos prefieren realizar actividades de ocio en un espacio prediseñado para ello. Por tanto, transformarlo en un lugar de estudio implica una transición más lenta.
Esto demuestra de alguna forma que los paradigmas de un sistema desactualizado en la educación siguen latentes hoy en día, y que el cambio que se interpuso durante la pandemia (no implica que no sea bueno) debemos promoverlo a nuestros niños desde pequeños, que los docentes somos un guía y aprender de manera independiente o autónoma es un camino largo, el cual deben transitar.
Lucy Bugueño Guajardo, Académica, Universidad Central región Coquimbo