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Artemis inició su viaje, el primer paso para que los humanos se instalen en la Luna

MISIÓN. Un objetivo es probar si la cápsula Orión puede llevar y traer de vuelta astronautas a la Tierra de manera segura. Para eso, Artemis transporta maniquíes. El jefe de la NASA espera que, tras aprender a vivir en el satélite, se instale una base y luego se avance a la exploración humana en Marte.
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Agencias

Artemis I es una misión experimental, sin tripulación, que tiene entre sus objetivos testar si la cápsula Orión es capaz de llevar astronautas de manera segura a la Luna y traerlos de vuelta. Su lanzamiento desde Cabo Cañaveral fue "increíble. Somos optimistas, los humanos volverán a pisar la superficie lunar".

La última vez que lo hicieron fue hace casi 50 años: "fuimos por un período corto de tiempo (...), pero ahora volveremos, no solo por ir, sino para aprender, para instalarnos y saber cómo vivir en la Luna", señaló el administrador de la NASA, Bill Nelson.

El objetivo general del programa Artemis es establecer una base en la Luna como paso previo para llegar en un futuro a Marte. Para ello, después de Artemis I (que transporta maniquíes), la NASA lanzará en 2024 a la órbita lunar Artemis II, con tripulación, y se espera para 2025 el despegue de Artemis III, misión en la que los astronautas, entre ellos una mujer, tocarían el suelo del satélite.

"Qué espectáculo tan increíble ver el cohete SLS de la NASA y la nave espacial Orión despegar juntos por primera vez (...). Esta prueba de vuelo nos ayudará a prepararnos para la exploración humana en la Luna y, en última instancia, en Marte", afirmó Nelson.

El cohete más potente

Para Mike Bolger, responsable del programa de sistemas terrestres de exploración, "hoy es un día increíble, el lanzamiento de Artemis I ha sido increíble. De pequeño soñé con trabajar en la NASA, podemos soñar con ello".

"Quería formar parte de aquello que puede cambiar el mundo y lo hicimos", indicó en la rueda de prensa en la que la NASA mostró una imagen de la Tierra "vista" por Artemis.

Pero esta primera misión del programa no solo quiere testar la nave Orión, de la que la Agencia Espacial Europea (ESA) diseñó, desarrolló y construyó el módulo de servicio que proporciona propulsión, energía, agua, oxígeno y nitrógeno, además de mantener la cápsula a la temperatura adecuada. Las reservas le permitirián un viaje de 20 días de autonomía.

También es una prueba definitiva para el nuevo cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS). Todos los participantes coincidieron en destacar, pese a los fallos detectados, que se trata del cohete más potente.

La NASA tuvo que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas; y ayer el despegue se retrasó una media hora: durante la preparación del lanzamiento, se detectó una "fuga intermitente" de hidrógeno líquido en la válvula de reabastecimiento en la etapa central del cohete.

"Este es un nuevo sistema y Artemis I es una misión de prueba. Servirá para aprender de los errores; el espacio es realmente duro y difícil si se pretende hacer lo que estamos haciendo", apuntó Nelson.

Emily Nelson, directora de vuelo del Centro Espacial Johnson (Houston), declaró que hoy es el principio de un emocionante proyecto y explicó que uno de los cometidos de Artemis es estudiar a los equipos, es decir testar las condiciones de máxima seguridad para los astronautas.

Aunque en Orión hay capacidad para cuatro, esta vez viajan tres maniquíes con sensores de radiación y "el comandante" se llama Campos, en honor del ingeniero de la NASA de origen hispano Arturo Campos que tuvo un papel esencial en la solución de una emergencia que podría haber dado al traste con el Apolo 13, aquella de "Houston, tenemos un problema".

"No vamos a dormir estos 26 días, pero es emocionante pensar lo que podemos ver y aprender", dijo Emily Nelson.

Emoción en las salas

Ayer, a la 1,47 hora local el cohete SLS se abrió paso hacia el espacio en medio de la noche, dejando una estela de fuego y humo generada por sus cuatro motores SR25, con la nave espacial Orión acoplada.

"Tres, dos, uno. Ignición y despegue de Artemis I. Nos alzamos juntos de vuelta a la Luna y más allá", señaló sin poder contener la emoción el comentarista.

Tras el despegue, en la sala de control, la directora de lanzamiento, por primera vez una mujer, Charlie Blackwell-Thompson, le habló a todo el equipo: "Se han ganado su lugar en la historia (...) Son parte de algo increíblemente especial, el primer paso del regreso de nuestro país a la Luna y a Marte".

Esta era la primera vez que Blackwell-Thompson se ponía al mando de un lanzamiento y se realizó con éxito, por ello se cumplió con una segunda tradición, cortar su corbata.

Dos horas después del lanzamiento, la Orión inició por su cuenta un recorrido de 2,1 millones de kilómetros en total. La nave volará cerca de la Luna, a casi 100 km de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a estar a más de 61.000 kilómetros de ella.

El Webb capta los momentos iniciales de la formación de una nueva estrella

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El Telescopio Espacial James Webb reveló las características, antes ocultas, de la protoestrella L1527, incrustada dentro de una nube de material que alimenta su crecimiento; la imagen proporciona una visión de la formación de una nueva estrella.

A pesar del caos que está provocando L1527, solo tiene unos 100.000 años, un cuerpo relativamente joven, informa la Agencia Espacial Europea.

Dada su edad y su brillo en luz infrarroja lejana, L1527 se considera una protoestrella de clase 0, la etapa más temprana de la formación estelar y donde todavía están envueltas en una oscura nube de polvo y gas.

L1527 aún no genera su propia energía mediante la fusión nuclear del hidrógeno, una característica esencial de las estrellas; su forma, aunque mayoritariamente esférica, es también inestable.

A medida que una protoestrella sigue acumulando masa, su núcleo se comprime gradualmente y se acerca a la fusión nuclear estable, que es precisamente lo que revela la nueva foto del Webb.

La nube molecular que la rodea está formada por polvo y gas densos que son atraídos hacia el centro, donde reside la protoestrella. A medida que el material cae, se mueve en espiral alrededor del centro.

Esto crea un denso disco de material, conocido como disco de acreción.

El disco que se ve como una banda oscura delante del centro brillante, es de tamaño similar al de nuestro sistema solar.

"En definitiva, esta vista de L1527 proporciona una ventana a cómo eran nuestro Sol y nuestro sistema solar en su infancia", indica la agencia.

Japón envía el módulo de aterrizaje lunar más pequeño del mundo en la misión

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Japón lanzó el módulo de aterrizaje lunar más pequeño del mundo y el primero para el país, Omotenashi, a bordo del cohete de la misión Artemis I. De 11 centímetros de largo, 24 de ancho y 37 de alto, Omotenashi es uno de los diez nanosatélites CubeSat que lleva al espacio la misión no tripulada Artemis. Los aparatos realizarán diversas investigaciones científicas. Omotenashi será el primer módulo de aterrizaje nipón en posarse sobre la superficie de la Luna y lo hará dentro de tres o cuatro días, a unos 180 km/h, protegido por amortiguadores. El equipo a cargo del proyecto calcula que existe un 60% de probabilidad de que el pequeño aparato sea capaz de transmitir con éxito ondas de radio a la Tierra tras llegar a la Luna. Este proyecto fue concebido para elaborar un "mapa" de la plasmasfera alrededor de la Tierra para comprender el entorno de radiación de la región comprendida entre el planeta y su satélite natural, para obtener información clave que ayude a proteger a los humanos y aparatos de la radiación solar durante viajes espaciales.