Uso de niños y adolescentes por parte de delincuentes
En medio del alza de delitos perpetrados por menores de edad en Atacama y la utilización de adolescentes de banda que cayó en Santiago, bueno es recordar que hay una ley que rige desde este año.
Un aumento considerable de adolescentes, niños y niñas involucrados en delitos detectó Carabineros en Atacama. Sólo entre el 1 de julio y 30 de septiembre ya se registran 103 menores de edad detenidos, mientras que en el mismo periodo del año pasado eran 67 los arrestos, lo que sin duda debe ser motivo de profunda preocupación para todos.
El jefe (s) de la III Zona de Carabineros Atacama, coronel Patricio Martínez Schade, llamó "la atención de todos quienes tenemos alguna responsabilidad en el cuidado de estos menores, de manera tal de fortalecer las líneas de apoyo de aquellas entidades públicas y sociales, en la recuperación de estos niños, niñas y adolescentes que por diversos motivos han cometido algún delito".
Estas palabras hacen recordar la desprotección con la que viven niños en el país, lo que se refleja no solamente en los delitos, sino que otras acciones de la vida diaria. ¿Sabemos qué están haciendo los menores de edad afuera de las casas?
Volviendo a lo delictual podríamos decir que hay "tiro y cancha" para que bandas saquen partido a toda esta dinámica.
Junto a la desapego familiar, los adolescentes, niñas y niños pueden llegar a ser ininmputables dado que tienen menos de 18 años. Esta semana Carabineros desbarató una banda que lideraba un ingeniero con estudios de posgrado, operativo en que se recuperaron más de 160 autos robados y en que se detectó que se reclutaban menores de edad a los que se les pagaba entre un millón y dos millones de pesos. Junto a esto se les pasaba un arma de fuego, si es que no la tenían.
¿Qué pasa entonces con la Ley N° 21.444 que endurece sanciones a quiénes usen a menores de 18 años en comisión de delitos? Fue publicada en abril de este año y es de esperar que en este y otros casos se aplique todo el rigor de la ley, pero aún así no tenemos el problema resuelto.
Y es que la criminalidad ya es parte del mundo de estos y otros adolescentes, los que requieren ser insertados, escuchados o seguidos para que no se involucren en otros hechos.
La pregunta es ¿será posible competir con el "ofrecimiento" que hacen estas bandas, que incluye montos de dinero que muy pocos adolescentes tienen la posibilidad de tener en sus manos? ¿Se debe aumentar el castigo penal a los que pagan a adolescentes?
La criminalidad avanza y se diversifica y el sistema para detenerla debe ir a la par o más adelante, pensando en aristas como estas.