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Salud mental
Desde la aparición de la pandemia, probablemente asociado al temor al contagio, a la soledad generada por las medidas restrictivas e incluso el efecto directo del virus en nuestro cerebro, hemos observado un aumento de la presencia de síntomas de salud mental.
Entonces vale la pena preguntarse ¿Cuándo es necesario consultar a un especialista en salud mental?
Debemos considerar que la mera presencia de ciertos síntomas como nerviosismo, temor o tristeza no necesariamente configuran una enfermedad de salud mental, sino que pueden ser reacciones normales a las situaciones que enfrentamos. Existen eventos frente a los cuales lo raro sería que pudiésemos seguir tan felices como antes.
Para poder diferenciar entre las reacciones vivenciales normales y cuadros patológicos que requieran tratamiento usualmente nos centramos en 2 elementos principales:
Un primer elemento es la reactividad. En cuadros patológicos solemos tener reacciones excesivas a estresores menores, o incluso estados emocionales que no podemos explicar su causa. Es muy comprensible tener pena y llorar en un duelo, no lo es tanto si lloramos porque no hay nuestro sabor preferido de helado.
Otro elemento es el impacto funcional. En cuadros no patológicos los síntomas pueden estar presentes en nuestro día a día, pero no limitan ni afectan nuestra capacidad de desempeñarnos en nuestra cotidianidad, ya sea en el trabajo, con la familia u otros.
Por lo tanto, si tenemos síntomas que afectan a nuestra funcionalidad y/o que son excesivos o sin un estímulo claro la recomendación es consultar a un especialista en salud mental para que pueda hacer un diagnóstico y orientar en un tratamiento.
Tomás León, psiquiatra y especialista en psicogeriatría de la Unidad de Memoria del Hospital Del Salvador.
Traumas oculares
Señor director:
La izquierda convirtió en símbolo el trauma ocular que sufrieron los manifestantes violentos durante la revuelta del estallido social, para tratar de justificar que hubo violación sistemática de los derechos humanos. Sin embargo los 280 casos demuestran precisamente todo lo contrario. Es una fehaciente prueba de que carabineros actuó con la máxima prudencia por lo que merecen el más rotundo reconocimiento de su nobleza en su proceder.
La primera consideración es que por cada trauma ocular hubo aproximadamente 18 carabineros lesionados. Hubo 5.000 carabineros heridos contra 280 casos de trauma ocular, y no 400 como dijo el presidente en la ONU desprestigiando a su propio país más de la cuenta. Las cifras son elocuentes.
Lo segundo era ver en Vicuña Mackenna, como cientos de encapuchados se acercaban para agredir a la unidad de carabineros estacionada frente a la embajada de Argentina o atacaban la comisaría del sector. Carabineros, restringidos en su actuar, no pudieron ni siquiera defender su iglesia que fue quemada.
Finalmente no cabe duda que carabineros apuntaba con sus escopetas hacia las piernas y no a la cara. Lamentablemente los balines al chocar contra el suelo saltan en cualquier dirección. Muchos de ellos llegaron al hall de los edificios y a las ventanas del primer piso. ¿Cómo evitar que no saltaran a la cara, sobre todo si muchos de ellos estaban agachados haciendo bombas molotov o picando miles de metros cuadrados de veredas y calzadas de adoquines de concreto para convertirlas en municiones? Además hay que tener en cuenta los perdigones de procedencia desconocida no atribuible a carabineros.
Los enfrentamientos entre carabineros y violentistas duraban entre tres y cinco horas cada día, en muchas ciudades del país y durante 6 meses. Imposible pretender que no hubiera lesiones accidentales o imprecisiones en carabineros, si mientras apuntaban eran atacados en la noche con rayos laser que obstaculizaban la visión y les llegaban piedras de todas partes, imposibles de ver y esquivar en una calle a oscuras. Este escenario extenso en espacio y tiempo lleva a la conclusión irrefutable que sólo 280 traumas oculares es la mejor carta de presentación que tiene carabineros para argumentar extrema consideración contra la violencia concertada y desatada..
Miguel Paúl Latorre, ingeniero civil USM
Constitución y buen gobierno
Señor director: Un cambio de la Constitución Política no resolverá los problemas que afectan a los chilenos, puesto que la solución de ellos no depende de la Carta Fundamental, sino que de buenas políticas públicas establecidas por gobernantes virtuosos, eficientes, realizadores y promotores del bien común.
Si eventualmente fuese promulgada una nueva Constitución y transcurridos un par de años desde su entrada en vigor nos diésemos cuenta de que todo sigue igual o peor, ¿volveremos a iniciar un nuevo proceso constituyente?
Adolfo Paúl Latorre, abogado y magíster en ciencia política
Fútbol
Estimado director:
Cuando las noticias de orden administrativo del Torneo Nacional de fútbol, que ocurren fuera de la cancha, son las más leídas, atraen mucho más, que saber los resultados de los partidos, la tabla de posiciones, etcétera, es una clara señal que lo que pasa realmente dentro de la cancha, es una soberana lata...
Como muestra un botón, se sabe al detalle del "encontronazo" entre dos jugadores en el camarín de un mismo equipo, pero no se sabe, de quién ha dado más asistencias, o es el goleador, ni hablar de la estadística de quién es el que más recorre la cancha...
Ojo, cuando los partidos se comienzan a ganar/perder por "secretaría", y no en la cancha, como dice un conocido relator, "terminó, terminó, terminó", sería todo y que la ANFP cierre por fuera y a llorar a la FIFA...
Luis Soler