"Hemos estado al debe y además se ha agravado con la pandemia"
Ximena Aguilera
Ministra de Salud y la deuda que tiene el país con la Salud Mental
"Me ha tocado ver cómo nuestra convivencia interna se fue destruyendo"
Claudio Orrego — Renunció a la DC después de 33 años de militancia
El video grabado de un niño caminando en la baranda de un departamento de un piso 21 de un edificio que sería una guardería ilegal impactó a nivel nacional dado que podría haberse constituido como una tragedia.
Las circunstancias son insólitas, primero por el descuido de un menor y segundo en un contexto de un espacio que debería prestarle los cuidados necesarios y no ser expuesto a sufrir graves lesiones o incluso fallecer.
Lo ocurrido además deja de manifiesto otro punto, como es el hecho de la falta de control de recintos de este tipo. Si ya es grave el contar con guarderías ilegales como son casas, más lo es en un departamento donde hay mayores peligros. Una caída, riesgos graves a la hora de evaluar ante una emergencia como un incendio o un terremoto y la exposición a otras personas son parte de un insólito contexto.
Pero el asunto es más profundo. La aparición de jardines ilegales representan una ausencia de recintos y cómo son concebidos estos espacios para que padres den una educación en etapas donde es clave el tener un buen aprendizaje.
¿Hay una falta de responsabilidad parental o bien la oferta es mínima al punto a que se llega a este tipo de situaciones?
El cuidado de los niños debe ser del más alto estándar pero muchas veces encontrarlos es tarea compleja.
Con la pandemia, en Atacama una decena de jardines desapareció y recintos de entidades como Junji no reciben a todo tipo de niños, lo que termina por desarrollar un mercado que cuenta con costos elevadísimos para un momento en que la economía decae y la inflación sube sin control, al menos hasta el mes pasado.
Para los padres que trabajan esto termina transformándose en una disyuntiva, dado que uno debe hacerse del cuidado del menor o los menores. En ese sentido son las mujeres que terminan llevándose esta responsabilidad ya sea por decisión propia o porque la sociedad lo indica así.
En medio de tanto debate, bueno es poner el que se suscita a partir del video, que muestra una realidad que no ha sido abordad de buena manera en general.
Cuando niña me preguntaron qué quería estudiar y, sin dudarlo, respondí ser "veterinaria". Entre sonrisas burlonas me consultaban si también quería ser astronauta o bailarina. Pero lo que no sabían es que lo mío no era un juego, era vocación.
Nuestro Colegio Médico Veterinario (Colmevet) cumplió 67 años de historia trabajando por las y los médicos veterinarios, quienes también conmemoraron su día (7 de octubre). Aportes a la producción nacional, el desarrollo de investigaciones, el resguardo de la fauna silvestre y medio ambiente, el trabajo en respuesta a desastres de dimensión animal, la inocuidad alimentaria, el bienestar y la bioética animal, la tenencia responsable de animales de compañía, entre muchos más, han dado cuenta que la Medicina Veterinaria es una profesión versátil y única.
Desde el punto de vista regulatorio, sin embargo, aún falta mucho camino por recorrer para que se nos reconozca como profesionales de la salud y aumente el respeto ante acciones que realizamos a diario, de resguardo y cuidado animal, pero que impactan en las personas y entorno. Esto, no es solo una "queja" gremial, es una realidad que no siempre es entendida.
Ser médico/a veterinario/a es un enorme desafío. Se enfrentan a situaciones y pruebas que exigen perfeccionamientos y capacitaciones permanentes. Sacrificamos valioso tiempo en familia, amigos o incluso afectando nuestra salud. En clínica menor, se lidia con la desinformación de tutores, por ejemplo, poca empatía y la ignorancia sobre el significado de la vocación, cuando somos afectados por hechos de violencia o funas. El desafío es que no olvidemos que detrás del profesional, existe un ser humano lidiando sus propias batallas, pero brindando conocimientos, amor y una sonrisa para un paciente que lo necesita.
Como Consejo Regional de Atacama de Colmevet, también celebramos nuestra historia. Sabemos que es una gran responsabilidad la que tenemos; fortalecer la salud pública, aportar con evidencia científica para resguardar la salud humana y animal, y apoyar el desarrollo social, económico y político del territorio.
Evelyn Vitali
vocera del Consejo Regional del Colmevet Atacama
Gran sorpresa se han llevado los consumidores de verduras debido a la gran alza de precios que han experimentado éstas, especialmente la papa y el tomate. El kilo de papa que regularmente cuesta entre 100 y 200 pesos, en la actualidad alcanza los 400 pesos. Ni en los tiempos más críticos, superó los 270 pesos.
"Vengo para acá a hacer una denuncia de un caso puntual y salgo trasquilado", argumentó Leonel Galvez, ciudadano que llegó a la Segunda Comisaría de Copiapó para denunciar que había una persona en el Banco BCI con tarjetas bancarias desparramadas enel suelo, pero que recibió a cambio una multa por estado de ebriedad en la vía pública.
Agrupación de Jardines Particulares a nivel local indica que la situación económica ya es insostenible. A nivel regional hay alrededor de 30 de estos recintos que se han visto afectados por el no pago de mensualidades. Sobre la comuna de procedencia de los establecimientos que cierran, tres son de Copiapó, uno de Vallenar y otro de Caldera.