La muerte de la reina y ese extraño fanatismo occidental
Es interesante realizar una mirada comparada a las reacciones de las personas y de los grande medios de comunicación, con respecto a las muertes, y como desde allí nos manipulan sobre lo que es correcto y lo que no.
Cuando muere Kin Jong Il, padre del líder monárquico de Corea del Norte, la televisión principalmente occidental, se mofo de lo que que llamaron el fanatismo e ignorancia de ese pueblo. Hoy el mundo y la televisión asombrados, nos relatan el cariño y respeto de los ingleses por la muerte de la reina. Lloran, dejan flores, besan la mano del nuevo rey, y cantas Dios salve al querido y misericordioso rey. Entonces sería legítimo preguntarse, porque el dolor británico, blanco, y con un pasado imperialista, es mejor que el de los orientales.
Guillermo Cortés Lutz
Labor legislativa
Si después del estallido social por parte de políticos se instauró en la ciudadanía la necesidad de una nueva Constitución y luego se propuso una que fue ampliamente rechazada, ¿para qué insistir nuevamente con todos los costos que ello implica? Mejor canalizar, a través de leyes, las mejoras que se requieran para el desarrollo y progreso del país.
Mónica Bahamonde
Zapato chino
lEn un apretado "zapato chino" se encuentran los partidos de centroderecha. En efecto, durante la campaña plebiscitaria dieron su apoyo para iniciar un nuevo proceso constituyente si ganaba la opción Rechazo, pero como no se modificó oportunamente el artículo 142 de la Constitución vigente, resulta que ahora corresponde que esta última siga rigiendo.
Para complicar más el cuadro de la centroderecha, resulta que sus militantes, adherentes y simpatizantes exigen que se respete el citado artículo y no se inicie ningún nuevo proceso constituyente, menos regido por una nueva Convención. Completa el complejo cuadro el hecho que pareciera que esa mayoría del 62% que votó Rechazo tampoco lo quiere y lo remata el hecho que los partidos se han dividido al respecto.
¿Qué irá a pasar en la centroderecha? Mi modesto consejo es que escuchen a la gente, puesto que el compromiso que tomaron (sin consultar a nadie) solo los obliga a ustedes y no puede trasladarse a un país que les señala un camino distinto.
Francisco Bartolucci Johnston
Un respiro
lQuedamos, antes del plebiscito, que si se rechazaba la propuesta de nueva Constitución, todo iba a quedar tal cual y seguiríamos el tranco tradicional. Pero una vez rechazado ese engendro propuesto, saltaron de inmediato los que proponen una nueva Constitución, desgraciadamente de ambos bandos, y empezaron con la música envolvente para que los que habían perdido se recuperaran, y con creces. Entonces, vuelven las nostálgicas ideas sobre los mapuches, de crear mininaciones, de permitir el aborto libre, de destruir el sistema de pensiones, de terminar con el sistema de salud privado, de subir los impuestos hasta que el país no respire, etc.
Llamo a los parlamentarios a oponerse con energía a un nuevo engendro y que se aboquen a solucionar los problemas del país. Dejen respirar a sus ciudadanos.
Guillermo Díaz
La monarquía profesional
lQuiero pensar que los halagos republicanos que se han dejado sentir por doquier a propósito de la muerte de SM la reina Isabel II no han versado tanto en lo que representa la monarquía, como forma de gobierno, sino en la capacidad de la que ha hecho gala esa institución para inspirar el respeto no solamente de sus súbditos, sino del mundo entero. Es este apego el que explica, en buena medida, que la reina haya dado su último suspiro gozando de un índice de aprobación envidiado por cualquier otra autoridad política y que los medios de comunicación del mundo entero, con prescindencia de su posición editorial, hayan dado cuenta de cómo esos dos atributos han dado forma a la consistencia con la que 9 de cada 10 británicos expresan su vínculo con la monarquía.
No nos confundamos. La monarquía no representa la soberanía del pueblo británico, pues el Reino Unido hace mucho rato que hizo sus deberes democráticos. Dos cruentas guerras civiles y la ejecución de un rey permitieron la transformación de una monarquía que, desde entonces, adoptó la forma constitucional que ha pervivido hasta nuestros días. Pero lo que sí representa, y lo ha resuelto desde entonces con éxito notable, es la siempre compleja percepción de unidad de un país, que pese a haber cambiado dramáticamente durante estas últimas siete décadas, continúa siendo un ejemplo emblemático de democracia, de parlamentarismo y de convivencia plurinacional. Ahí es nada. Y estos logros creo que obedecen a la "profesionalidad" con que el régimen ha sabido estar a la altura de cada circunstancia; en cómo la monarquía acompañó la evolución de un Reino Unido que dejó de ser un imperio sin renunciar a continuar siendo una potencia cultural.
Creo que el éxito en esta asombrosa capacidad de acomodación a los exigentes cambios de los que fue testigo SM fue posible porque la monarquía de la que hablamos fue algo mucho más complejo que una simple forma de gobierno; fue ante todo un extraordinario engranaje profesional del que todas y todos, republicanos o no, tenemos mucho que aprender.
Félix Aguirre Díaz Sociólogo y doctor en Ciencias Políticas, profesor titular UV