El Plebiscito que ganó el Rechazo trajo consigo un quiebre evidente entre dos procesos parecidos que se desarrollaron con apenas casi dos años de diferencia. En octubre de 2020 el Apruebo ganó con amplia mayoría (78,31%), mientras el domingo el Rechazo lo hizo también con contundencia con un 61,86%. A partir de esto la pregunta es ¿qué quieren los chilenos, entonces?

El argumento del mal trabajo del texto, las fake news y el rol del Gobierno son reales, pero hay un punto que terminó siendo un factor no considerado y que se instaló desde antes del trabajo de los convencionales.

Hablamos de la inconsistencia de sentar una base de trabajo a partir del voto voluntario y luego del voto obligatorio. Si nos vamos a las cifras, el domingo la diferencia fue de 4.465.177 sufragios, mientras que hace dos años fue de 3.022.865. Para seguir con las malas cuentas del Apruebo se suma que este domingo votó más gente, más de 13 millones de personas.

Las cifras dan un respaldo y tanto en 2020 como en 2022 ese respaldo fue contundente, pero cuando se hace el recuento hay una distorsión del impacto electoral de procesos tan importantes y que debieron definirse ya sea con voto voluntario o voto obligatorio.

Es necesario establecer este debate para el futuro, especialmente porque estamos ante un fenómeno que es digno de análisis, dada la distancia en cifras entre uno y otro proceso electoral, como también por el hecho que vivimos un fenómeno de alcance mundial. Con el de Chile serían tres plebiscitos de salida democráticos que son rechazados en el planeta, algo que seguramente no es mirado con buenos ojos fuera del país.

"En Chile fracasó el maximalismo progresista", fue el título de una columna de opinión de Diana Aurenque, directora de Filosofía Universidad de Santiago publicada en el diario El País de España. El Clarín de Argentina publicó una columna titulada "Plebiscito: la izquierda se olvidó de que Chile es un país moderado" del periodista chileno José María del Pino.

Nadie puede aventurarse si la Convención hubiese sido distinta con el voto obligatorio, pero al menos habría tenido una representación más adecuada y quizás hasta no habríamos lamentado malas frases o se podría haber llegado a más consensos. Pero esto entra en el terreno de la especulación, porque hay algo muy cierto: el día siguiente a la elección de convencionales se hablaba de la derrota de la "política tradicional" y fueron validados como representantes naturales de una sociedad en crisis.

Por ende se debe definir una base: seguir con el voto voluntario por los siglos o cambiarse al voto obligatorio por los siglos, especialmente en esta coyuntura como es definir una nueva Constitución.

Junto a esto, no se deben inventar sistemas políticos por cada elección y establecer uno que tenga consenso, siempre con la paridad de género como norte y también con escaños reservados e independientes, pero con un mecanismo que sea bien definido.

16 años | 6 de septiembre de 2006

Municipio preocupado por algunas obras bicentenario

Ante la posibilidad de que no se concreten algunos proyectos bicentenarios antes del 2010, ayer el seremi del MOP, Enrique Jiménez, señaló que las obras que están a cargo de su cartera sí serán terminadas en el plazo. Pero el alcalde Marcos López, mostró preocupación ya que hay algunas infraestructuras que tienen complejos diseños.

8 años | 6 de septiembre de 2014

Franco Parisi busca aliados en candidatos al Parlamento

El candidato presidencial Franco Parisi visitó la región y conversó con Radio Digital FM respecto a temas trascendentales para la región como Pascua Lama, Castilla y el futuro del mineral El Salvador. También manifestó su inquietud respecto a la situación de la agricultura. "Tenemos un plan completo de desarrollo para Copiapó".

4 años | 6 de septiembre de 2018

Proponen un mayor sueldo mínimo para Atacama

¿Para qué alcanza un sueldo mínimo en Copiapó? La pregunta surge luego

de que el Congreso despachara el proyecto de reajuste salarial que fijó un incremento fijo en septiembre de 2018 de $12 mil, pasando de $276.000 a $288.000.Copiapinos comentan que sueldo mínimo debería ser superior.

Muchos ciudadanos de todas las esferas políticas observaban con tristeza el extravío de la otrora conducta amistosa que llevaba a respetarnos mutuamente con espíritu fraterno, a pesar de las legítimas diferencias ideológicas. En los días actuales, era preocupante ver actitudes descalificatorias y acciones violentas que parecen ganar terreno lo que, lamentablemente, va en contra de los vientos de la unidad, el respeto, la paz interna y democrática del país que todos queremos.

La mayoría de los habitantes anhela vivir en una sociedad en donde prevalezcan valores como la justicia social, libertad, tolerancia, solidaridad y fraternidad. Se percibe el deseo unitario para seguir perseverando por el bien común de la patria. Sueño que para algunos parece irrealizable, aunque personas de buena voluntad de distintos sectores políticos y sociales, ponen sus mejores esfuerzos para disipar malsanos aires de polarización e intolerancias que carcomen lentamente el alma nacional.

Se dice que el hombre es intolerante por naturaleza. Basta mirar hacia atrás y avizorar los crueles dolores sufridos por la humanidad a través de la historia. Empero, no por ello debemos darnos por vencidos en el noble afán de trabajar por la mutua comprensión, prudencia, entendimiento y respeto entre nuestros semejantes. Hoy como ayer, hay que continuar sembrando la tolerancia en las comunidades de nuestro país. Quienes están conscientes saben que, desde lo más profundo del ser, despiertan fuerzas misteriosas que llamamos valor, fe y esperanza. Valor, que se cobija en la pujanza de la inteligencia y en las energías positivas de que está dotado. Fe, en que vendrán días beneficiosos. Esperanza, en que el trabajo conjunto de los chilenos hará posible levantar un Chile más próspero, tolerante, humano y justo.

En este plebiscito no hay vencedores ni perdedores, se espera que unidos seamos capaces de construir con visión de futuro, confianza y generosidad una mejor nación. Hoy se requiere cordura, diálogo y amistad cívica para consolidar la democracia, y también voces sensatas y constructivas para enfrentar los nuevos desafíos que se avecinan para nuestra querida república.

Omar Monroy

Escritor e historiador regional