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Crisis en Italia: presidente rechaza la dimisión del primer ministro Draghi

ROMA. La crisis al interior de la coalición gobernante se produce en medio de la escalada de precios de los combustibles, inflación disparada y la búsqueda de soluciones para resolver la dependencia del gas ruso tras la invasión a Ucrania.
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La crisis que atraviesa el Gobierno italiano se resolverá el próximo miércoles en el Parlamento, por orden del jefe del Estado, Sergio Mattarella, que rechazó la dimisión presentada ayer por el primer ministro, Mario Draghi, tras la estocada de uno de los socios de su coalición, el Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Draghi, con la discreción que le caracteriza, reunió a todos sus ministros para informarles de que había decidido dimitir y poner fin al Gobierno de coalición nacional que preside desde febrero de 2021 apoyado por todos los grupos, menos por los ultras de Giorgia Meloni.

Acto seguido se dirigió al romano Palacio del Quirinale para oficializar su renuncia al jefe del Estado, que sin embargo la rechazó.

Tras semanas de tensiones, la crisis se desató este jueves en el seno de su coalición, cuando uno de sus principales socios, el M5S, decidió no votar en el Senado una moción de confianza al mismo Gobierno del que forma parte. Y Draghi decidió renunciar.

Pero Mattarella, que repite a regañadientes su mandato en el mayor cargo del país, respondió a Draghi que la crisis debía saldarse obligatoriamente en las dos sedes parlamentarias, en el Senado y en la Cámara de Diputados, previsiblemente el próximo miércoles.

"El presidente de la República no aceptó la dimisión y ha invitado al presidente del Gobierno a presentarse en el Parlamento para dar explicaciones y para que se haga en esa sede, una valoración de la situación que se ha creado tras los debates en el Senado", se lee en un comunicado de la jefatura del Estado.

Origen de la crisis

La coalición lleva tiempo tambaleándose a cuenta de un delicado decreto con ayudas a familias y empresas contra la inflación que el M5S critica severamente por verlo "insuficiente" y por incluir el financiamiento de un incinerador de basuras para Roma.

El problema es que la votación final del decreto fue planteada como una moción de confianza sobre el Gobierno, una estrategia a la que se recurre frecuentemente en la política italiana para acelerar la tramitación de leyes, pues impide presentar enmiendas.

En un movimiento paradójico y enrevesado, el Cinco Estrellas decidió no votar la moción de confianza sobre el mismo Gobierno del que forman parte.

Es una especie de autoboicot en el que algunos vislumbran el deseo del M5S de pasar a la oposición y tratar de recuperar el electorado perdido tras los últimos batacazos en las urnas y de cara a la inminente campaña electoral.

Elecciones

A lo largo de esta polémica jornada italiana surgida mientras las playas rebosan de turistas, la política nacional se dividió entre quienes aspiran a que Draghi se mantenga en el poder, con o sin el M5S y quienes prefieren "devolver la palabra a los italianos".

El líder del centroizquierdista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, instó a Draghi a acudir al Parlamento para "verificar" si puede seguir en el Gobierno, una opción que nadie descarta porque la dimisión de Draghi no iba acompañada del epíteto "irrevocable".

"Creo que en este momento sería muy importante la continuidad del Gobierno", refirió Letta, que en los últimos días ha defendido que, sin Draghi, la otra opción era adelantar elecciones.

En los mismos términos se expresaron otros partidos de la coalición, como la centrista Italia Viva de Matteo Renzi o Juntos por el Futuro, la escisión del M5S capitaneada por el actual ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, leal a Draghi.