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"Imagínate que yo tenía la mayor de las adrenalinas el día que me tocó salir a cubrir mi primer incendio, estaba emocionada porque pudimos apagar el fuego de una casa, comenzamos a verificar que hubiésemos apagado todo y entre el humo, miré al suelo porque algo me molestaba al caminar, eran juguetes y cosa de niños. Salvamos su vida, pero los recuerdos de ellos perecieron. Para nosotros es vital educar a la ciudadanía en la prevención de incendios, porque al salir de esa casa y ver una familia devastada, genera un choque de emociones en muchos de nosotros, que queremos salvar lo que más se pueda y especialmente vidas".
Petruska Ireland, es madre de la teniente Aguilar, ella fue la primera mujer voluntaria de la Primera Compañía de Bombero. Actualmente trabaja junto a sus dos hijas como voluntarias en el mismo cuartel y nos comentó que su vocación se despertó en la infancia al ver a su familia rescatando a personas en playas peligrosas de la región. Golpeó las puertas hasta que a los 17 años tras su insistencia logró ingresar a la Primera Compañía de Bomberos. Sus compañeros la destacan por la solidaridad, el sacrificio y el desinterés como valores de su arriesgado trabajo el cual hoy por hoy comparte junto a sus hijas de quienes expresó sentirse tremendamente orgullosa. Junto a esto comentó que les ha tocado cubrir emergencias juntas y se describió como una persona a quien le gusta mucho enseñar especialmente a la comunidad.
Ireland, destacada instructora de Rescate Urbano señaló que "he enseñado en establecimientos cosas de bomberos. Me parece imprescindible que los niños y jóvenes puedan aprender cómo reaccionar y actuar ante una emergencia, qué es la labor que hacemos y lo valioso que es el tiempo ante un accidente, incendio, rescate", señaló la profesional quien siempre en su vida priorizo su casa, hijos y voluntariado y quien quedó muy marcada con el aluvión del año 2015. "Era tantas personas a las cuales queríamos rescatar, pero el barro imposibilitaba transitar por algunos sectores, creo que el aluvión y las emergencias donde mueren niños, son de esas huellas que quedan en la memoria, de esas que a veces generan muchísima tristeza y te preguntas ¿continuo? Y donde después de un rato te auto respondes, démosle, continuemos ayudando, lo que no logramos quizás en esta emergencia, será en una próxima, por lo mismo consideramos vital las inducciones a la comunidad en materia de emergencia.
Petruska o "Petu" como le dicen sus compañeros ingresó hace 27 años al cuartel. "Soy la más antigua. La que más tiempo estuvo en el cuartel hasta hace ocho años que comenzaron a sumarse más 'jovencitas' a veces cuesta conciliar trabajo, la crianza de los hijos y el tiempo como voluntarias, pero es posible cuando uno lo desea y mi prioridad siempre fue mi familia. Actualmente mi mayor orgullo fue ver cuando mis hijas ingresaron a bomberos, porque me sentí más acompañadas de mujeres, me siento orgullosa por las funciones que ellas han realizado, nos ha tocado trabajar en emergencias juntas, ha sido bastante enriquecedor y gratificante ver el ingreso de ellas y otras mujeres estos estos últimos años", señaló.
En torno a las tareas dentro del cuartel, resaltó que son las mismas que sus compañeros y que jamás nadie le dijo que no podía hacer algo por ser mujer. "Dentro de la Compañía tratamos de incentivar el aprendizaje a través de las capacitaciones y todos somos capaces de hacer cualquier acción", resaltó la profesional que durante varios años fue la única dentro de la compañía".