Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos
  • Contraportada

Ecuador: emboscada a convoy militar deja un soldado muerto

HUELGA. Gobierno del presidente Guillermo Lasso rompió el diálogo iniciado la tarde del lunes con el movimiento indigenista que lleva 17 días con manifestaciones.
E-mail Compartir

Luego de que un militar falleciera ayer en el ataque a un convoy que transportaba combustible en la región amazónica de Ecuador, que fue calificado como "acto terrorista" por las Fuerzas Armadas, el Gobierno de Guillemo Lasso rompió el diálogo iniciado la tarde del lunes con el movimiento indígena en huelga y que es liderado por Leonidas Iza.

La emboscada, que se produjo en el día 16 de protestas convocadas por los indígenas contra el alto costo de la vida, terminó con la vida del sargento José Chimarro, quien, según lo informado por el ministro del Interior, Patricio Carrillo, fue "asesinado en la madrugada por manifestantes violentos que atacaron a un convoy que transportaba combustible y se enfrentaron a las Fuerzas Armadas y la Policía en Shushufindi".

La muerte del uniformado se suma a otras cinco de civiles ocurridas en el contexto de las protestas, en las que se han reportado unos 400 heridos entre manifestantes y las fuerzas del orden.

Frente a este ataque, el presidente Guillermo Lasso señaló en un mensaje al país que "no se puede sentar a dialogar con quienes pretenden secuestrar la paz de los ecuatorianos", en alusión a las conversaciones con Leonidas Iza, principal promotor de las movilizaciones.

El mandatario agregó que en la emboscada, además, 12 miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas resultaron heridos, "varios de ellos de gravedad", y añadió que "fueron cobardemente atacados con armas de fuego y lanzas".

Cabe recordar, que el lunes se concretó el encuentro entre los líderes indígenas, entre ellos Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígena de Ecuador (Conaie), y representes del Ejecutivo, con la mediación de delegados de otros poderes del Estado.

Lasso puntualizó que "no volveremos a sentarnos a dialogar con Leonidas Iza, quien solo defiende sus intereses políticos y no los de sus bases", y luego le habló a la comunidad indígena: "Ustedes merecen más que un oportunista como líder, que los ha engañado a ustedes y a todo un país".

Finalmente señaló que cuando se cuente con "legítimos representantes de todos los pueblos y nacionalidades de Ecuador" abiertos a un diálogo "real y franco", el Gobierno regresará a la mesa de diálogo.

"Autoritario"

La Conaie aseguró más temprano que, con la ruptura del diálogo, el Gobierno está "confirmando su autoritarismo, falta de voluntad e incapacidad" y responsabilizó al jefe de Estado "de las consecuencias de su política belicista. Exigimos respeto para nuestro máximo líder".

"Lasso no rompe con Leonidas, rompe con el pueblo", señaló la confederación en Twitter, mientras que Iza afirmó que lo sucedido en la madrugada fue una "provocación" de las Fuerzas Armadas y que desencadenaron el ataque al entrar el convoy a una zona donde había una manifestación, por lo que pidió formar una comisión independiente para que investigue los hechos.

No obstante, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Nelson Proaño, dijo en la institución "rechazan enérgicamente estos actos terroristas, realizados por grupos armados al margen de la ley".

Posteriormente, al cierre de esta edición, el líder indígena pidió reanudar el diálogo con Gobierno para superar el "punto muerto" y "dejamos extendidas todas las condiciones y garantías para que este proceso de diálogo tenga un fin".

El anuncio de Lasso de romper el diálogo se dio en el día en que se preveía el segundo encuentro entre delegados del Gobierno y los manifestantes que, el día anterior Estado, de la Iglesia católica y de derechos humanos.

Sigue debate por destitución

La Asamblea Nacional de Ecuador (Parlamento) retomó ayer el debate iniciado el sábado sobre la moción para destituir al presidente Guillermo Lasso, promovida por los asambleístas afines al expresidente Rafael Correa. La moción fue presentada bajo la causal contemplada en la Constitución ecuatoriana de "grave crisis política y conmoción interna", en el marco de las protestas contra el Gobierno por el encarecimiento del costo de la vida, lideradas por el movimiento indígena. Ayer se dio la tercera sesión del pleno de la Asamblea para debatir la continuidad de Lasso.

Exasistente revela que Donald Trump quiso ir en su limusina al Capitolio y unirse a los atacantes

ASALTO. También contó que dejó ingresar a partidarios armados a la Casa Blanca.
E-mail Compartir

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump y los miembros más cercanos de su equipo eran conscientes de que existía riesgo de violencia por parte de sus seguidores en la jornada del 6 de enero de 2021 que debía ratificar el resultado electoral y aun así siguieron con sus planes, según el testimonio que entregó ayer Cassidy Hutchinson, una ayudante del entonces jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, ante el comité de la Cámara Baja que investiga el asalto al Capitolio de ese día.

Según el relato de Hutchinson, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, le aseguró unos días antes del 6 de enero que esa fecha iba a ser "grande", mientras que su jefe, Meadows, la confesó que las cosas podían ir "muy, muy mal" en esa jornada.

El 6 de enero, Trump pronunció un discurso desde los alrededores de la Casa Blanca ante sus seguidores, a los que animó a que marcharan hacia el Capitolio, en medio de sus denuncias infundadas de fraude electoral.

De acuerdo con Hutchinson, el expresidente fue alertado ahí mismo de que varias de las personas que querían asistir a presenciar su discurso portaban armas de fuego, a lo que él respondió: "No han venido aquí a hacerme daño a mí".

Enojado porque no había tantos asistentes como él deseaba, Trump ordenó a los servicios de seguridad que dejasen entrar a todos los presentes, sin importar si llevaban armas.

Poco después, cientos de sus simpatizantes irrumpieron en la sede del Congreso mientras se celebraba una sesión conjunta de las dos Cámaras para ratificar la victoria electoral de Biden. Un total de cinco personas fallecieron en esos sucesos.

Al terminar la concentración de la Casa Blanca, y cuando miles de sus seguidores se dirigían hacía el Capitolio, Trump pidió al conductor de su limusina ir junto a ellos a la sede del Congreso, algo a lo que el conductor se negó y le respondió que debían regresar a la Casa Blanca. Hutchinson, que no estaba en la limusina, dijo que el ayudante del jefe de gabinete, Tony Ornato, le contó cómo en un momento Trump incluso trató de tomar el volante para ponerse al mando del vehículo. "Soy el maldito presidente, llévame al Capitolio", le ordenó.