La superestrella de Hollywood desde los 90 y favorito de las revistas de farándula, Brad Pitt (58), anunció su retiro de la gran pantalla, aunque sin poner una fecha concreta, ya que en el último tiempo ha estado trabajando tras las cámaras, como productor que adapta grandes novelas, y mirando el campo de las artes visuales, reveló a la escritora Ottessa Moshfegh ("Mi año de descanso y relajación"). "De un tiempo a esta parte, me veo ya en mi última etapa", y piensa "cómo va a ser esta nueva fase, cómo voy a planteármela", le dijo el actor.

En camiseta, tomando agua a temperatura ambiente y mostrando unos candelabros de porcelana hechos por él mismo, el protagonista de "El club de la pelea" habló en su casa con la revista masculina GQ para revelar cómo vive el alejamiento de las luces, mediante Plan B Entertainment, su productora, que este año va a estrenar "Ellas hablan", adaptación de la novela de Miriam Toews, dirigida por Sarah Polley, sobre un grupo de mujeres menonitas que se unen para enfrentar a sus violadores.

"Es una de las películas más profundas que se han hecho en la última década", dice Pitt, quien también prepara el estreno de "Blonde", basada en la biografía ficcionada de la vida interior de Marilyn Monroe, de la bestseller de terror estaodunidense Joyce Carol Oates, dirigida por Andrew Dominik y protagonizada por Ana de Armas.

A esto se suman "otras novelas de éxito que Plan B también ha adaptado a la gran pantalla: 'El ferrocarril subterráneo', de Colson Whitehead; 'Americanah', de Chimamanda Ngozi Adichie (finalmente cancelada por HBO); o 'El curioso incidente del perro a medianoche', de Mark Haddon. Emerge así una imagen de Pitt como una suerte de poder en la sombra del mundo literario", sostuvo Moshfegh.

"Y, sin embargo, pese a toda esta nobleza como productor y a una selección de papeles cada vez más cuidada, Pitt no tiene ningún problema a la hora de prestar su talento a algún taquillazo que otro, siempre que el momento sea apropiado, y más aún si hay una conexión personal de por medio", agregó la escritora, en referencia a su próximo estreno, "Bullet Train", dirigida por David Leitch y donde debuta Bad Bunny.

Leitch ha sido doble del actor en "Troya" y "Sr. & Sra. Smith": "Cuando hablé con Brad", dijo el realizador, "el objetivo principal era hacer una película entretenida y escapista, fresca y original, que motive a la gente a volver a los cines".

En la pandemia, Pitt, asimismo, aprendió a trabajar en cerámica y mostró dos candelabros pintados de negro y dorado: "Me gusta que pesen, como una Leica o un reloj bueno. Podrías tirarlo a la basura y dentro de 2.000 años alguien lo desenterraría porque podría sobrevivir a una erupción volcánica".

Agencias

Mirar a la cara a Ethan Hawke es ponerle rostro a la mayoría de películas de terror de Hollywood en la última década, una chapa que el actor sobrelleva como puede mientras sigue alargando su legado en este género con el estreno del filme "The Black Phone" (Universal).

La cinta se estrenó este viernes internacionalmente y le augura una "gran acogida", porque transita entre las historias de fantasmas y una leyenda global que ha atemorizado a generaciones repartidas por los cinco continentes: el viejo del saco.

"No hay nada más terrorífico que esa icónica figura que se afana en robar niños. Es lo peor", dijo Hawke a agencia Efe.

El hombre del saco en España, el coco en Latinoamérica, "boogeyman" en Estados Unidos o el viejo del saco en Chile son solo algunos de los nombres que recibe este ser que, según la cultura, puede adoptar aspecto humano o configurarse como una suerte de criatura con cabeza y dedos alargados que perturba a niños y padres.

El personaje al que interpreta Hawke en "The Black Phone" se inspira en esta leyenda y acaba personificado en un sádico mago enmascarado que utiliza sus trucos para raptar y torturar niños a finales de la década de los setenta en Denver, Colorado..

"Mi personaje es absolutamente malvado y está fuera de sus cabales. Lo mejor que puede hacer cualquiera es alejarse de él. Eso es todo lo que puedo decir de él", recalcó el actor mirando a la cámara con su característica expresión de desconcierto y sonrisilla a medias.

La película está coprotagonizada por Mason Thames, quien hace el papel de Finney, un tímido niño que tratará de escapar de las garras del asesino condicionado por una infancia de maltratos físicos por parte de sus compañeros de clase y mental por parte de un padre alcohólico que acumula botellas de cerveza y paquetes de Kellogg's.

La actriz Madeleine McGraw hace las veces de Gwen, la hermana de Finney, quien cuenta con poderes divinos y agallas como para dirigirse a Dios en una sociedad profundamente católica y espetarle: "¿Qué diablos pasa contigo?, ¿por qué no me haces caso y traes de vuelta a mi hermano?".

Hannibal y "poltergeist"

Pero sin duda el aspecto más novedoso de esta producción es su forma de conjugar la historia de un asesino en serie con el terror derivado de las casas con fantasmas o espíritus.

"Hay unas partes en las que parece que estás viendo a Hannibal Lecter y otras en la que estás frente a 'Poltergeist'. Eso es lo que creo que la hace original", reveló Hawke.

Finney recibirá instrucciones para salir del sótano donde está recluido a través de un teléfono negro que lo conecta con las ánimas de otros niños a los que este particular viejo del saco les arrebató la vida.

Una visión del cine de terror que, según Hawke, sigue "un patrón clásico" y se inclina hacia "la interpretación del género que tienen Steven Spielberg o Stephen King".

Su director, Scott Derrickson, se basó en el exitoso y breve relato que recibe el mismo nombre, "The Black Phone", y que el autor Joe Hill escribió en 2004.

"Es muy bueno. No es un cliché, de verdad; no saben lo difícil que es hacer una película que dé miedo y a la vez te llegue. Él (Scott Derrickson), lo consigue", argumentó el intérprete estadounidense sobre el cineasta que lo llevó a la cima del terror con "Sinister" en 2012.

Tras esta cinta, Hawke es incapaz de quitarse el rótulo de "actor de películas de miedo", un estereotipo que también acompaña a otros intérpretes muy prolíficos en este género en la última década, como Patrick Wilson ("The Conjuring").

"Es una mochila que todos cargamos. Ocurre lo mismo con Anthony Hopkins; tras verlo hacer de Hannibal Lecter ya no le crees si lo ves interpretando a un amable abuelito", explicó Hawke, quien dudó antes de aceptar el papel en "The Black Phone" por no seguir alimentando este lugar común.

A sus casi 52 años, Hawke cree que "todavía hay tiempo para cambiar" de etiqueta, aunque no será fácil tras el impacto que se augura a esta película que hoy protagoniza y que contará con su propia atracción de casa encantada en los parques temáticos de Universal ubicados en Orlando y Hollywood a partir de septiembre.

"Hay partes en las que parece que estás viendo a Hannibal Lecter y otras en las que estás frente a Poltergeist".

Ethan Hawke