Las personas pueden resfriarse dos o más veces en el año. Una enfermedad que tiene causas, síntomas y tratamiento. No genera gran complicación entre quienes están cerca, pero, distinto es cuando se padece de ansiedad, depresión, o aquellas que, a simple vista, no se distinguen, como la fibromialgia o la fatiga crónica. En todos estos casos, parece haber más incomprensión en un entorno que tiende a juzgar o a excluirlos del camino.
En los últimos años, se incrementaron los trastornos psicológicos. Nuestro tiempo parece consumirse entre el trabajo, los estudios, las obligaciones familiares, las deudas. El día nos parece más breve, sin dejar espacio a cosas que nos hacen sentir alegres. Todo se percibe como una tediosa rutina, que genera estrés o desmotivación.
Si nos abocamos a quien sufre de depresión, podemos advertir que muchas veces, la familia, la pareja, los amigos o los compañeros de trabajo desconocen la situación que sobrelleva. Junto a ello, creemos que diciéndole: "todo va a estar bien", "ya pasará", "arriba el ánimo que hay cosas peores", estamos aportando en su mejoría. Nada de eso puede ayudarle, porque su tristeza es profunda, su decaimiento lo consume, porque tiene una pérdida de interés por todo y, debe lidiar con una baja autoestima.
¿Qué podemos hacer? Los expertos señalan que "acompañar" es la mejor forma de proporcionar apoyo. No intentar ser terapeuta, sino sólo estar con él o ella cuando lo necesite. Valorar los pequeños avances también son una forma de apoyar y contener. Si decide buscar ayuda profesional, podemos acompañarle a sus terapias o consultas médicas, siendo una forma de estar a su lado.
¿Qué podemos decir? Las palabras pueden ser un tenue bálsamo de cariño para quien no se siente bien. "Estoy aquí para lo que necesites", "no estás solo o sola", "te ofrezco mi ayuda". Lo importante es ponerse en el lugar del otro. La empatía es lo que nos falta siempre, y es la única manera de ayudar sin esperar nada a cambio, entendiendo que quien tiene depresión está en medio de un vaivén de emociones y sensaciones, que vienen y van.
Claudia Peñailillo Cronoro
Periodista y Licenciada en Comunicación Social