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La Casa Matta cumple 40 años como Museo Regional

DE ATACAMA. Este será el último que funcionará el actual recinto, ya que en 2023 dará paso a las nuevas dependencias. Esta casa estuvo a punto de ser demolida.
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El historiador Danilo Octavio Bruna, ex jefe de la Biblioteca Patrimonial del Museo Regional de Atacama, realizó una síntesis sobre la historia de la Casa Matta, donde hoy funciona el Museo Regional, que hoy jueves cumple 40 años en este inmueble. Y que este año 2022, cerrará terminando su ciclo como espacio museal.

El libro "Chile Ilustrado" del autor Recaredo S. Tornero, publicado en 1872, señala que en Copiapó en aquella fecha había seis casas que nada tenían que envidiar a las mejores del país. Una de aquellas casas era la de los Matta.

El arqueólogo Ángel Durán Herrera, en 1982, valiéndose del número del Rol de la casa, revisó los archivos notariales concluyendo que en 1860 la casa de los Matta ya estaba construida desde unos 20 años antes por lo menos. No existen en Copiapó archivos más antiguos, porque un incendio en plenas fiestas patrias de 1901 quemó aquellos archivos salvándose solamente los de 1960 y siguientes. Por lo tanto se ignora el año en que finalizó la construcción.

La hizo construir el empresario Eugenio Matta Vargas, llegado desde Chiloé, industrial panificador que se casó en Copiapó con la rica heredera de una fortuna minera, doña Petronila Mercedes Goyenechea, con quién tuvo los siguientes hijos Felipe Santiago, Francisco de Paula que falleció joven, Manuel Antonio y Guillermo, además una hija, María que dio origen a los Rodríguez Matta.

Los hijos varones fueron enviados a estudiar a Alemania, desde donde regresaron influenciados por aquella cultura. Guillermo Matta fundó en Copiapó la logia Masónica. Manuel Antonio, fue el fundador del Partido Radical en 1863.

La familia originaria la legó a los Matta Aguirre, quienes la habitaron hasta la década de 1930. En 1942 figura vendida a la Sociedad Agrícola y Ganadera Hornitos. El Estado la arrendó para que funcionara en ella la Escuela Normal Rural, ocupación que se prolongó hasta 1964, quedando deshabitada hasta la década de los 80.

El intendente militar Arturo Álvarez Esgolia, tuvo la intención de demolerla para construir bloques de departamentos para alojar profesionales y técnicos que debían llegar a la ciudad con motivo de la regionalización del país, pero fue ascendido y llamado a Santiago para hacerse cargo de la Digeder.

Años más tarde, en 1982, otro intendente militar, el coronel Alejandro González Samohod, aceptó la petición que le hizo un grupo de copiapinos que gestionaban un inmueble para el Museo en Formación, este coronel vino a conocer la casa, y le pareció factible la restauración, por ser la única en pie de la época de apogeo de la minería de la plata, y por el renombre de la familia que la había habitado.

Con Fondos de Desarrollo Regional y Fondos de la Dibam, comenzó la restauración hasta que ya instalado el museo, se reinauguró el 26 de mayo de 1982, donde funciona hasta ahora.

Arquitectónicamente la casa está calificada como de estilo Neoclásico. No existían ya, en los 80 otras dependencias por calle Rancagua, en las cuales antiguamente estuvieron las caballerizas, cocheras, cocinerías y habitaciones de sirvientes. Tuvo antiguamente un huerto que abarcaba más de la mitad de la manzana, siendo sus únicos vecinos el Seminario de San Francisco, hasta la década de 1940. La casa había sido declarada Monumento Nacional por Decreto Supremo N° 1813 del 24 de junio de 1979.

Exhibición

Hoy la Casa Matta, cuenta con cinco salas de exhibición, la Biblioteca Patrimonial donde se exponen aproximadamente cinco mil libros, donde el más antiguo data de 1609; la Sala de época, que representa un espacio donde las familias plutocráticas del siglo XIX , realizaban su tertulias; la Sala Histórica, que hoy nos muestra bienes culturales del Batallón Atacama; la Sala de arqueología y etnografía, donde se hace una revisión del legado de los pueblos originarios, en la que destaca la cultura Copiapó y Diaguita, y cerrando con una muestra etnográfica del pueblo Colla; la Sala de la Minería, donde hay un repaso de objetos del mundo minero, y donde destaca la nota de don José Ojeda, "Estamos bien en el refugio los 33". En el patio central se encuentra la Cápsula Fénix 2, que fue la que bajo en octubre de 2010, para rescatar a los 33 mineros atrapados al interior de la mina San José.